ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

miércoles, 21 de octubre de 2009

Pasar por el tubo

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OPINIÓN ARTICULOS
Pasar por el tubo
21.10.2009 -
ARMANDO F. BARTOLOMÉ COORDINADOR LOCAL DE UP Y D DE GIJÓN

E STOS días ha celebrado su XX aniversario la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona Urbana (FAV) de Gijón con gran apoyo del Ayuntamiento y despliegue mediático. Las rebeldes asociaciones de vecinos cumplieron un papel importantísimo durante la Transición política y primeros años de la democracia. Posteriormente, el poder político fue poco a poco amaestrándolas, especialmente a partir de los años noventa.
Es seguro que en estos veinte años han surgido de la FAV muchas iniciativas y propuestas interesantes para nuestra ciudad y es necesario reconocer también la labor de muchos convecinos nuestros que han participado en ella. Por tanto, ¡felicidades por el pasado! Ahora bien, el presente y el futuro de la participación ciudadana y vecinal en una sociedad de progreso pasa por la independencia: las asociaciones vecinales deben ser independientes económica y políticamente.
Las asociaciones privadas deben ser mantenidas preferentemente por las cuotas que paguen los asociados, que son los que, en definitiva, deben controlar su marcha si es que realmente tienen interés (es). Si las subvenciones públicas tienen un peso muy importante en el presupuesto de cualquier asociación, ésta necesariamente se vuelve dependiente y acrítica con el poder político porque «nadie muerde la mano que le da de comer». Y si el que subvenciona es el propio Ayuntamiento, el destino de estas asociaciones vecinales es pasar a formar parte de la «clientela y la propaganda municipal». Se compra el silencio y las subvenciones son el bozal. En Asturias sabemos muchísimo de todo esto.
Por otro lado, las asociaciones vecinales deben hacer política (en sentido amplio), pero no estar politizadas partidariamente. Deben ser independientes de los partidos políticos y mucho más si éstos gobiernan. Y la práctica en Gijón no ha sido ni es así en muchos casos. Los dos partidos que gobiernan, siguiendo la inveterada tradición leninista de controlar todo lo que se mueve, han tenido y tienen una gran presencia en estas asociaciones, y ahí están las fotos del aniversario publicadas estos días para confirmarlo, o la actual composición de la Junta Ejecutiva de la FAV en donde PSOE e IU se reparten los cargos.
Las subvenciones encadenan a las asociaciones y disuaden la participación ciudadana libre y crítica. La poca participación ciudadana no constituye un problema económico en las asociaciones vecinales oficiales porque son mantenidas artificialmente con el dinero público (de todos nosotros) y su debilidad de masa crítica es aprovechada por los partidos políticos (IU y PSOE, preferentemente) para controlarlas y por el propio Ayuntamiento (PSOE e IU), que interesadamente sólo reconoce a la politizada FAV como interlocutor válido de los vecinos gijoneses. Se cierra un círculo vicioso que proporciona a nuestros gobernantes una coartada perfecta y de apariencia democrática para tener todo bajo control y manipular. Conclusión: nada de plataformas vecinales por libre: «hay que pasar por el tubu».
La propia alcaldesa moralizó sin fortuna sobre el asunto en su intervención en los actos de clausura del aniversario de la FAV al declarar, más o menos, que hay vecinos buenos, desinteresados y amantes del bien común (los subvencionados y sumisos) y otros malos, insolidarios y preocupados sólo por sus intereses. Lamentable intervención de la alcaldesa de todos los gijoneses. Nunca fue tan verdad aquello de que la libertad tiene un precio.