ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

viernes, 5 de marzo de 2010

UPyD: Un ideario transversal

Transversal es el partido formado por sujetos autónomos que sin renunciar a sus criterios e ideas, están dispuestos a encontrar puntos fundamentales de acuerdo con sus semejantes.

Esto permite que tengan cabida en upyd personas con ideas propias y distintas, incluso en algunos asuntos importantes, pero que están de acuerdo en el proyecto político y en la estrategia para su consecución.

Este carácter transversal se funda en buena medida en la concepción instrumental del partido, empeñado en impulsar un proyecto de política básicamente institucional.

De esta manera el partido puede dedicarse a la acción política sin el lastre de cultivar y preservar esencias políticas. Una vez aprobado el objeto y finalidad de su labor, y fijados ambos en su programa político, los afiliados aúnan sus esfuerzos en esa dirección, aunque siguen siendo sujetos libres con criterio propio en todo lo demás.

Esto permite trabajar sobre ejes diferentes que, como no son de “derechas” ni de “izquierdas”, pueden ser compartidos por un amplio espectro social, en concreto todos los ciudadanos conformes con la idea de progreso, con el laicismo y con el carácter nacional del partido, dando prioridad a los consensos básicos constitutivos de la democracia por encima de sus diferencias.

¿La transversalidad tiene límites? El carácter instrumental del partido establece una frontera clara entre lo que puede y no puede acoger su transversalidad. Así excluye todas las concepciones fundamentalistas e intransigentes, sectarias y no instrumentales, antisistema o anticonstitucionales. Por el contrario, incluye todo lo que sea consistente con la regeneración de la democracia española en un sentido progresista, laico y nacional, y excluye todo lo que resulte reaccionario, identitario o nacionalista.

Tiene también otras consecuencias positivas: estimula un debate constante de sus posiciones sobre temas socialmente polémicos, a la vez que exige renunciar a una concepción de un partido capaz de dar soluciones y respuestas a cualquier asunto imaginable.

UPyD : Un partido instrumental

Un partido político no puede convertirse en un fin en sí mismo sin perder su legitimidad, pues tienen una clara justificación: canalizar la participación de los ciudadanos en la vida pública y representar un determinado proyecto político en las instituciones democráticas, sea en labores de gobierno o de oposición.

Cuando los partidos acaban siendo un fin en sí mismos, una maquinaria electoral al servicio de intereses privados, sus programas acaban reducidos a propaganda, mientras que el proyecto político original se desvanece.

Convertidos en administradores del statu quo, consagrados a la autopreservación, renuncian a las reformas ambiciosas, se adaptan a la situación y, finalmente, sus políticas van haciéndose intercambiables pues tienen el mismo objetivo: perdurar y vivir del sistema.

Consecuencias de lo anterior: la profesionalización de la política y el aumento de la burocratización interna. La primera supone que los miembros del partido se convierten en meros funcionarios o en profesionales del desempeño de cargos públicos; en ambos casos procuran conservar su modus vivendi. A esto se une la selección negativa: los más obedientes y conformistas de sus militantes coparán esos cargos y aspirarán a perpetuarse en ellos.

La segunda consecuencia, la burocratización convierte al partido en el centro del interés, desplazando la preocupación por la cosa pública. La regeneración política a la que aspira upyd no puede lograrse ya con estos partidos.

Se hacía, pues, necesario crear un nuevo partido, capaz de impulsar un proyecto de reforma de la democracia española, impulsado por ciudadanos libres de servidumbres, cuya subsistencia no dependiese de la pertenencia a un aparato o de un cargo político en las instituciones; en el que su modelo de funcionamiento no sea la preocupación política principal, y en el que se contemple como un lastre la institucionalización de una “escuela” de formación de cuadros y futuros profesionales de la política como son las tradicionales “juventudes”.

En un partido instrumental, las cuestiones de organización están sometidas a los principios de adecuación, eficacia y eficiencia para los objetivos políticos que se propone alcanzar. Es decir, el partido será un instrumento para alcanzar sus objetivos políticos, esto es la reforma de la Constitución y de la Ley Electoral, la adopción de las medidas necesarias para la regeneración de la democracia.