ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

martes, 21 de febrero de 2023

¿Puede ayudar a la mejora de los tiempos para el acceso, valoración y reconocimiento de la dependencia y discapacidad integrar los procedimientos y equipos de valoración de cada una de estas situaciones.?

  Pregunta del Diputado del Grupo Mixto don Luis Armando Fernández Bartolomé a la Consejera de Derechos Sociales y Bienestar sobre si cree que podría ayudar a la mejora de los tiempos para el acceso, valoración y reconocimiento de la dependencia y discapacidad integrar los procedimientos y equipos de valoración de cada una de estas situaciones.



Las dos principales causas que llevan a una persona a estar en situación de dependencia son el envejecimiento y la discapacidad.

La discapacidad es un elemento inseparable de la dependencia: todas las personas en situación de dependencia lo son a consecuencia de una discapacidad (funcional, cognitiva, provocada por el envejecimiento o no) que les dificulta o impide atender por sí mismas las necesidades de la vida ordinaria, y que precisan, por tanto, de apoyos externos.

Es cierto que esto no ocurre al revés, no todas las personas con discapacidad son dependientes.

Sin embargo a pesar de esta relación entre ambas situaciones, la opción que se ha adoptado en nuestro país es clasificar y valorar por separado discapacidad y dependencia:

-        las situaciones administrativas de discapacidad y de dependencia son distintas

-        se reconocen con un procedimiento diferente

-        dan derecho a prestaciones diferenciadas

-        en general, son atendidas por redes y dispositivos diferentes

La ley estatal no contempla ninguna homologación entre el grado de dependencia y el de discapacidad (existe alguna excepción para discapacitados que precisan ayuda de una tercera persona o tiene reconocida una pensión por gran invalidez).

Es decir, aunque una persona tenga reconocido un porcentaje de discapacidad y esto implique una dependencia evidente, debe realizar los trámites pertinentes para el reconocimiento de la dependencia si quiere alguna prestación recogida en la ley de dependencia.

Simplificando, el certificado del grado de discapacidad y el reconocimiento de la situación de dependencia no son lo mismo. Para la solicitud del reconocimiento de la situación de dependencia no es preciso disponer de un certificado del grado de discapacidad. Y el certificado del grado de discapacidad no te da acceso al reconocimiento de la situación de dependencia, y por tanto, no tienes acceso a sus prestaciones.

Pero es que además en general, los procedimientos y baremos para la valoración de la discapacidad y la dependencia están totalmente desconectados, también en Asturias, lo que supone que las personas se ven sometidas a procesos burocráticos duplicados, dictámenes por tribunales valoradores distintos, a la presentación de la misma documentación en ambos procesos, a largas esperas en el reconocimiento en ambas situaciones, etc… y esto crea desorientación, cansancio y un desconocimiento de los recursos y derechos que existen.

Una consecuencia de esta desconexión de los dos sistemas de valoración es la existencia de una cantidad muy importante de personas que cumpliendo los requisitos para estar en ambas situaciones sólo han accedido a una de ellas.

Especialmente importante es la existencia de población potencialmente dependiente no atendida, porque teniendo reconocida la situación de discapacidad no ha accedido al reconocimiento de la situación de dependencia.

Pero también, podríamos señalar que otra de las consecuencias de la existencia de procedimientos desconectados y con equipos de valoración distintos es la dificultad organizativa para las administraciones autonómicas, la sobrecarga administrativa y la ineficiencia en la aplicación de los recursos públicos, teniendo en cuenta la íntima relación, causa-efecto incluso en muchas de las situaciones, entre dependencia y discapacidad.

En los últimos años muchos expertos han apuntado la necesidad de estudiar fórmulas de coordinación entre ambos sistemas, apuntando la necesidad de establecer pasarelas entre reconocimientos de dependencia y discapacidad (en Castilla y León y Cataluña, por ejemplo, se puede valorar el grado de discapacidad por los informes aportados en los procedimientos dependencia sin una nueva valoración).

Permitir "pasarelas" entre dependencia y discapacidad que permitiría agilizar, según las estimaciones menos optimistas, un 25 % del total de las solicitudes (que no es poca cosa).

El INFORME DE EVALUACIÓN DEL SISTEMA PARA PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA PERSONAL Y ATENCIÓN A LAS PERSONAS EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA va más allá y recomienda, además de establecer estas pasarelas entre los reconocimientos de dependencia y discapacidad, estudiar la posibilidad de integrar los instrumentos y equipos de valoración de la discapacidad y de la dependencia, de acuerdo con la CDPD, y homologar la situación de discapacidad (33%) para las personas en situación de dependencia.

Esto agilizaría las solicitudes, bajando la lista de espera en ambos procedimientos, evitando duplicidades en los procedimientos, además de la posibilidad de implementar mejoras en la gestión de los recursos públicos.

En Asturias, donde las listas de espera para el reconocimiento de dependencia y discapacidad han sido caballo de batalla toda la legislatura, la gestión de ambos procesos se hace por equipos distintos y no parece que haya suficientes mecanismos de coordinación entre ambos. Así que el estudio de ambas posibilidades (pasarelas e integración de equipos y procedimientos) podría ayudar a mejorar la gestión en ambos ámbitos. 



Es cierto que en Asturias, más allá de los planes de choque y las encomiendas de gestión para la reducción de las listas de espera, se han ido introduciendo en los últimos años mejoras en la gestión de los procesos de valoración y reconocimiento.

Es un dato objetivo por ejemplo que, en el caso de la dependencia, los esfuerzos a nivel de contratación de personal, las mejoras en las aplicaciones de expedientes, la compra de vehículos y la flexibilidad de las condiciones de trabajo de los valoradores han dado sus frutos.

La aprobación del nuevo Decreto para el reconocimiento de la dependencia avanza en la simplificación del procedimiento y la regulación de los procedimientos de revisión (si bien no está exento de críticas por algunos colectivos como el de trabajadores sociales). Veremos qué resultados ofrece su aplicación…

Pero en todo caso, permanece la gestión separada por equipos distintos no interconectados para dependencia y discapacidad.

Y nosotros creemos, y así se lo plateamos ya en la negociación de los presupuestos para 2023, que es necesario explorar las posibilidades que estas dos medidas (pasarelas e integración de equipos) pueden ofrecer para mejorar la gestión y la aplicación de recursos públicos, pero sobre todo para dar una mejor respuesta a los asturianos en el proceso de acceso, valoración y reconocimiento de las situaciones de dependencia y discpacidad

Propuesta que incluimos en el documento para la negociación del Presupuesto:

Plan de mejora del acceso, valoración y reconocimiento de las situaciones de dependencia y discapacidad

A partir de un análisis territorial detallado, este plan debe incluir:

o   Estudio para la integración de los procedimientos y equipos de valoración de la dependencia y de la discapacidad.

o   Definición y establecimiento de pasarelas entre reconocimientos de dependencia y discapacidad.

o   La simplificación de los procedimientos de valoración.

o   Aumento del número de valoradores.

o   Plan de formación de los valoradores y la habilitación de personas de apoyo en las valoraciones de personas con discapacidad intelectual, daño cerebral o problemas de salud mental

o   Establecimiento de fórmulas flexibles para las valoraciones, en función del entorno y el territorio.