Pregunta del Diputado del Grupo Mixto don Luis Armando Fernández Bartolomé a la Consejera de Derechos Sociales y Bienestar sobre si cree que podría ayudar a la mejora de los tiempos para el acceso, valoración y reconocimiento de la dependencia y discapacidad integrar los procedimientos y equipos de valoración de cada una de estas situaciones.
Las dos principales
causas que llevan a una persona a estar en situación de dependencia son el
envejecimiento y la discapacidad.
La discapacidad es un
elemento inseparable de la dependencia: todas las personas en situación de
dependencia lo son a consecuencia de una discapacidad (funcional, cognitiva, provocada
por el envejecimiento o no) que les dificulta o impide atender por sí mismas
las necesidades de la vida ordinaria, y que precisan, por tanto, de apoyos
externos.
Es cierto que esto no
ocurre al revés, no todas las personas con discapacidad son dependientes.
Sin embargo a pesar de
esta relación entre ambas situaciones, la opción que se ha adoptado en nuestro
país es clasificar y valorar por separado discapacidad y dependencia:
-
las
situaciones administrativas de discapacidad y de dependencia son distintas
-
se
reconocen con un procedimiento diferente
-
dan
derecho a prestaciones diferenciadas
-
en
general, son atendidas por redes y dispositivos diferentes
La ley estatal no contempla ninguna homologación entre el grado de
dependencia y el de discapacidad (existe alguna excepción para discapacitados que
precisan ayuda de una tercera persona o tiene reconocida una pensión por gran
invalidez).
Es decir, aunque una persona
tenga reconocido un porcentaje de discapacidad y esto implique una dependencia
evidente, debe realizar los trámites pertinentes para el reconocimiento de la
dependencia si quiere alguna prestación recogida en la ley de dependencia.
Simplificando,
el certificado del grado de discapacidad y el reconocimiento de la situación de
dependencia no son lo mismo. Para la solicitud del reconocimiento de la
situación de dependencia no es preciso disponer de un certificado del grado de
discapacidad. Y el certificado del grado de discapacidad no te da acceso al
reconocimiento de la situación de dependencia, y por tanto, no tienes acceso a
sus prestaciones.
Pero es que
además en general, los procedimientos y baremos para la valoración de la
discapacidad y la dependencia están totalmente desconectados, también en
Asturias, lo que supone que las personas se ven sometidas a procesos
burocráticos duplicados, dictámenes por tribunales valoradores distintos, a la
presentación de la misma documentación en ambos procesos, a largas esperas en
el reconocimiento en ambas situaciones, etc… y esto crea desorientación,
cansancio y un desconocimiento de los recursos y derechos que existen.
Una consecuencia de esta
desconexión de los dos sistemas de valoración es la existencia de una cantidad
muy importante de personas que cumpliendo los requisitos para estar en ambas
situaciones sólo han accedido a una de ellas.
Especialmente importante es la
existencia de población potencialmente dependiente no atendida, porque teniendo
reconocida la situación de discapacidad no ha accedido al reconocimiento de la
situación de dependencia.
Pero también, podríamos
señalar que otra de las consecuencias de la existencia de procedimientos
desconectados y con equipos de valoración distintos es la dificultad
organizativa para las administraciones autonómicas, la sobrecarga
administrativa y la ineficiencia en la aplicación de los recursos públicos,
teniendo en cuenta la íntima relación, causa-efecto incluso en muchas de las
situaciones, entre dependencia y discapacidad.
En los
últimos años muchos expertos han apuntado la necesidad de estudiar fórmulas de
coordinación entre ambos sistemas, apuntando la necesidad de establecer
pasarelas entre reconocimientos de dependencia y discapacidad (en Castilla y
León y Cataluña, por ejemplo, se puede valorar el grado de discapacidad por los
informes aportados en los procedimientos dependencia sin una nueva valoración).
Permitir
"pasarelas" entre dependencia y discapacidad que permitiría agilizar,
según las estimaciones menos optimistas, un 25 % del total de las solicitudes
(que no es poca cosa).
El INFORME DE EVALUACIÓN
DEL SISTEMA PARA PROMOCIÓN DE LA AUTONOMÍA PERSONAL Y ATENCIÓN A LAS PERSONAS
EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA va más allá y recomienda, además de establecer estas
pasarelas entre los reconocimientos de dependencia y discapacidad, estudiar la
posibilidad de integrar los instrumentos y equipos de valoración de la
discapacidad y de la dependencia, de acuerdo con la CDPD, y homologar la
situación de discapacidad (33%) para las personas en situación de dependencia.
Esto agilizaría las
solicitudes, bajando la lista de espera en ambos procedimientos, evitando
duplicidades en los procedimientos, además de la posibilidad de implementar
mejoras en la gestión de los recursos públicos.
En Asturias, donde las
listas de espera para el reconocimiento de dependencia y discapacidad han sido
caballo de batalla toda la legislatura, la gestión de ambos procesos se hace
por equipos distintos y no parece que haya suficientes mecanismos de
coordinación entre ambos. Así que el estudio de ambas posibilidades (pasarelas
e integración de equipos y procedimientos) podría ayudar a mejorar la gestión
en ambos ámbitos.
Es cierto que en Asturias,
más allá de los planes de choque y las encomiendas de gestión para la reducción
de las listas de espera, se han ido introduciendo en los últimos años mejoras
en la gestión de los procesos de valoración y reconocimiento.
Es un dato objetivo por
ejemplo que, en el caso de la dependencia, los esfuerzos a nivel de
contratación de personal, las mejoras en las aplicaciones de expedientes, la compra
de vehículos y la flexibilidad de las condiciones de trabajo de los valoradores
han dado sus frutos.
La aprobación del nuevo
Decreto para el reconocimiento de la dependencia avanza en la simplificación
del procedimiento y la regulación de los procedimientos de revisión (si bien no
está exento de críticas por algunos colectivos como el de trabajadores
sociales). Veremos qué resultados ofrece su aplicación…
Pero en todo caso,
permanece la gestión separada por equipos distintos no interconectados para
dependencia y discapacidad.
Y nosotros creemos, y
así se lo plateamos ya en la negociación de los presupuestos para 2023, que es
necesario explorar las posibilidades que estas dos medidas (pasarelas e
integración de equipos) pueden ofrecer para mejorar la gestión y la aplicación
de recursos públicos, pero sobre todo para dar una mejor respuesta a los asturianos
en el proceso de acceso, valoración y reconocimiento de las situaciones de
dependencia y discpacidad
Propuesta que incluimos en
el documento para la negociación del Presupuesto:
Plan de mejora del acceso, valoración y reconocimiento
de las situaciones de dependencia y discapacidad
A partir de un análisis territorial
detallado, este plan debe incluir:
o
Estudio para la integración de los procedimientos y
equipos de valoración de la dependencia y de la discapacidad.
o
Definición y establecimiento de pasarelas entre
reconocimientos de dependencia y discapacidad.
o
La simplificación de los procedimientos de valoración.
o
Aumento del número de valoradores.
o
Plan de formación de los valoradores y la habilitación
de personas de apoyo en las valoraciones de personas con discapacidad
intelectual, daño cerebral o problemas de salud mental
o
Establecimiento de fórmulas flexibles para las
valoraciones, en función del entorno y el territorio.
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