ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

jueves, 18 de febrero de 2010

La soberanía, esa antigualla

Francisco Sosa Wagner, El Mundo
La soberanía, esa antigualla
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18 de febrero de 2010
En el pobre debate político español se ha acuñado la palabra soberanismo para resumir las apetencias secesionistas de algunos territorios. No admitido por la Real Academia, el extraño neologismo entronca obviamente con la noción de soberanía que ha sido la viga maestra de la construcción del Estado moderno.

Como se sabe, pero no está de más recordar, su formulador más agudo fue Bodino, quien publicó su obra Six Livres de la République en el último tercio del siglo XVI (1576). Signo distintivo de la soberanía era -para este pensador- el hecho de que su titular carecía de superior hallándose tan solo sometido a las leyes fundamentales que no podía infringir. El fin del Estado será justamente el ejercicio del poder soberano orientado por el Derecho. Una idea revolucionaria pues, en su inocente apariencia, estaba liquidando la concepción medieval según la cual el poder servía para ejecutar los designios de Dios.

Este poder, indivisible y eterno, explicarían más tarde Hobbes y Rousseau, se fundamenta en el contrato social, en un acuerdo a favor de «una persona o una asamblea de personas» trabado entre individuos libres e iguales que confían el Gobierno a sus representantes, reflexión ésta de gran calado porque supone la neutralización de los estamentos y de la Iglesia. El humus que permitiría llegar nada menos que a las revoluciones americana y francesa está formándose lentamente.

La polémica acerca de si el titular de esa soberanía era el príncipe o el pueblo fue tan viva que cavó las trincheras desde las que se estuvieron disparando tiros durante buena parte del siglo XIX. No es extraño que, cansados de tanta sangre, algunos juristas aplicaran el bálsamo de sus sutilezas para desactivar tanto dramatismo. Uno de los más ilustres, Georg Jellinek, rebajó los humos de la tradicional soberanía para reducirla a una categoría histórica: el poder del Estado -aseguraba- se manifiesta en el hecho de estar sometido a sus propias leyes y no a las de ningún poder extraño, así como por disponer de órganos para determinar su voluntad. La polémica se enriquecería con copia de opinantes (Preuss, Hermann Heller, etc, antes Laband) y es nada menos que Kelsen quien, irreverente ante el hechizo del concepto, lo disuelve en el contexto de su teoría acerca de la validez del ordenamiento y de su configuración del derecho internacional que restringe la soberanía de los Estados podando unos excesos peligrosos que conducen al desarrollo del imperialismo y, con él, a la destrucción de amplias esferas de libertad.

Han pasado muchos años desde estas formulaciones y los acontecimientos no han hecho sino confirmar en Europa una tendencia que fuerza a explicar la soberanía de otra manera, porque hoy no puede ligarse sin más al Estado sino a una combinación que incluiría a éste y a la supranacionalidad europea. Lo que nos obliga a abandonar la idea tradicional para abrazar la de soberanía conjunta o compartida, apta para garantizar la diversidad de los niveles de Gobierno con la unidad de la acción política y de su medio de expresión más solemne que es la producción jurídica. Utz Schliesky ha desmenuzado en un denso estudio esta idea. El actual ejercicio de los poderes soberanos se ha desplazado así desde la individualidad de esos Estados a su actuación como miembros de una comunidad, razón por la cual se ha esfumado el poder único e indivisible para emerger otro de rasgos renovados basado en la existencia de un orden jurídico complejo e irisado pero dotado de los suficientes elementos para ser reconocido como un todo unitario, trabado por el Derecho y cimentado por el principio de lealtad de la Unión con los Estados y viceversa.

Me atrevería a utilizar la expresión de soberanía diluida para describir esta nueva situación jurídico-constitucional.

Convengamos, pues, en que la soberanía, entendida al modo tradicional, ha devenido una pieza herrumbrosa en el mundo europeo y global que se está construyendo. Enormemente reaccionaria por añadidura.

Porque es, por ejemplo, la culpable del fracaso de la Cumbre de Copenhague, que, si contra algo se ha estrellado, ha sido justamente contra la insolidaridad de las naciones dotadas de soberanía. Hoy, nadie que se halle en pleno uso de sus facultades mentales duda de la necesidad de contener los desvaríos que se cometen en este planeta desbocado, por lo que las políticas ambientales se han convertido en un objetivo esencial de toda sociedad civilizada. Y ello más allá o incluso al margen de la polémica sobre el cambio climático y de si están bien o mal fundadas las afirmaciones de tal o cual climatólogo: sencillamente porque nuestro despilfarro debe acabar, ya que miles de millones de habitantes del planeta no tienen por qué soportar el egoísmo que cultivamos con injurioso descaro las sociedades ricas. Todas ellas envueltas en la bandera desflecada de la soberanía.

Si miramos a Europa, la desintegración del mercado interior y la imposibilidad de articular una política económica común se deben asimismo al nacionalismo soberano de algunos Gobiernos.

Sería difícil explicar a un marciano -como ha notado Paul Kennedy- las razones por las cuales andamos los 7.000 millones de habitantes del planeta encuadrados en 192 Estados, muchos de ellos fallidos o simplemente desintegrados. Un mapa ridículo de naciones separadas, grandes o pequeñas, ricas o pobres, pacíficas o belicosas, cada una de ellas estimulando a sus ciudadanos a cantar, trémulas las gargantas, sus himnos, a enarbolar sus banderas añosas y a formar ejércitos bien nutridos de funcionarios. Lo estamos viendo estos días con la magna desgracia ocurrida en Haití. Causan estupor los miramientos con los que está desembarcando allí la ayuda norteamericana (la señora Clinton se ha deshecho en excusas al bajar del avión) y las acusaciones de imperialismo que he oído desde los bancos de una izquierda ridículamente antiamericana en el hemiciclo del Parlamento Europeo. Procede hablar con claridad: defender hoy la soberanía de Haití no es defender a una nación, es defender sin más las trapacerías y la ladronería que sus dirigentes llevan practicando allí impunemente desde hace años.

UN LIBRO reciente, el de Caroline Fourest (La dernière utopie. Menaces sur l'universalisme, Grasset, 2009), ha puesto de manifiesto, además, cómo son precisamente circunstancias nacionales las que sirven para limitar aquí o allá la libertad religiosa o la de expresión convirtiéndose «la soberanía en la excusa permanente para practicar una visión restrictiva de los derechos del hombre». Una moda peligrosa -sigue explicando la señora Fourest- que se completa con la exaltación de la diversidad y esas diferencias que nos enriquecen cuando en realidad son coartadas para sacralizar desigualdades entre las personas y presentar como verdades inconcusas lo que no es sino un montón deforme de prejuicios. Pues una cosa es utilizar la diversidad para luchar contra la tentación de reducir el hombre de la Declaración universal al macho, blanco y heterosexual y otra bien distinta utilizarla para insistir en aquello que nos diferencia en lugar de hacerlo para subrayar lo que nos une.

Sólo en un país como España, en el que se desvaría recio y en el que se hallan extraviadas nociones elementales de la Teoría del Estado, ha podido acuñarse una palabra como el soberanismo para reivindicar experimentos políticos que ignoran el hecho de que la Historia, según dejó escrito Ortega, tiene de río el no saber andar hacia atrás. Lo extravagante es que quienes por tal senda caminan son tenidos en ambientes muy selectos por progresistas.

Francisco Sosa Wagner es catedrático y eurodiputado por UPyD. Su último libro es Juristas en la Segunda República (Marcial Pons, 2009).

El ayuntamiento reserva terreno para al menos 60 viviendas de cooperativas

Gijón - El Ayuntamiento de Gijón ha firmado un convenio de colaboración con UGT, CCOO y la Federación Gijonesa de Asociaciones de Vecinos para facilitar y promover el acceso a la vivienda en el municipio que reserva terreno para construir, al menos, sesenta viviendas en régimen de cooperativas.

El documento ha sido rubricado por la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, los máximos responsables de los sindicatos, Justo Rodríguez Braga y Antonio Pino, respectivamente, y la presidenta de la organización vecinal, Teresa Prada.

La regidora ha explicado que las viviendas se construirán en Nuevo Gijón, el Lauredal, y La Camocha.

No obstante, ha aclarado que se trata de una reserva "mínima" y ha aclarado que a lo largo del tiempo el Consistorio reservará más terreno para estas promociones.

Según ha explicado, se trata del tercer convenio consecutivo para el desarrollo de este tipo de pisos y los anteriores se desarrollaron con "entera satisfacción".

Pino ha asegurado que se trata de un acuerdo de "referencia" y ha advertido que no es fácil implicar a Ayuntamientos en iniciativas de este tipo.

En este sentido, el responsable de UGT ha apuntado que el documento ha sido remitido a las Administraciones locales de Castrillón y Avilés para el impulso de programas similares.

Rodríguez Braga ha valorado la actuación del equipo de gobierno gijonés y sus políticas sociales que, ha dicho, están dirigidas en la misma línea que las de los sindicatos.

Desde 2003, CC OO ha construido a través de su cooperativa 63 viviendas en Roces, 64 en Tremañes y ha iniciado 34 en Roces II según ha explicado Pino.

UGT, por su parte, ha edificado 270 y ha iniciado otras 76 entre Roces y el Cerillero.

http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=543068

La limpieza en colegios se lleva 4,4 millones del Plan E

Otro millón se destinará a mantenimiento en los centros

El Ministerio de Política Territorial ya ha dado el visto bueno a 45 de los 72 proyectos que el Ayuntamiento de Gijón costeará con cargo al segundo Plan E, el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, y que suponen una inversión de 20,8 millones de euros. El ministerio también ha autorizado otra partida de casi 5,4 millones de euros que se destinará al mantenimiento de los centros educativos de la ciudad, al permitir este nuevo Plan E financiar a su cargo gastos corrientes de programas de actuación de naturaleza social que se contemplaran en el presupuesto municipal.

De esa partida ya aprobada, 4,4 millones servirán para costear las labores de limpieza de la red municipal de centros educativos, 365.000 euros para los gastos en energía eléctrica, 135.000 euros para gas y 110.000 para el suministro de agua. También se incluyen otras dos partidas de 362.000 euros en total.

El Plan E permite destinar hasta un 20% de los fondos que reciben los ayuntamientos a gastos corrientes. A Gijón, que en el primer Plan Zapatero recibió 48,5 millones de euros, le corresponden en este segundo Fondo Estatal unos 30 millones de euros, de los que 23,8 se destinan a inversión repartida en 72 proyectos, en su mayoría relacionados con la administración tecnológica, pero cuyas partidas más destacadas se reservan a la primera fase del nuevo edificio del albergue Covadonga y Proyecto Hombre, así como a la reforma del estadio de El Molinón. Entre los proyectos recién aprobados por el ministerio, se incluyen los aparcamientos disuasorios vinculados al plan de vías.

http://www.lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=542981

déficit de inversiones en colegios

El concejal del PP Manuel Pecharromán criticó ayer la falta de inversión de la Consejería de Educación del Principado en algunos colegios de la ciudad. Según el edil popular, el área de José Luis Iglesias Riopedre tiene pendientes ampliaciones y reformas en los colegios públicos Campoamor y Cabueñes, así como la construcción de un centro educativo en la nueva área residencial de Roces.
Respecto al colegio de Cabueñes, afirmó que se encuentra «absolutamente colapsado», al tiempo que recordó que padres y madres y docentes llevan 25 años solicitando una ampliación de sus instalaciones, peticiones que «siguen sin ser atendidas». Manuel Pecharromán recordó que la consejería había anunciado las obras para después de Navidad, pero el proyecto ni siquiera ha sido licitado. Mientras, «los alumnos siguen teniendo el baño en un contenedor, en el patio».
El concejal del PP también se refirió al colegio Campoamor, cuya ala de Primaria fue derribada por la consejería el pasado verano por motivos de seguridad. «Sin embargo, las obras de adecuación ni han comenzado, ni siquiera están licitadas». Además, aseguró que este retraso causa también perjuicios al colegio Los Campos, donde se trasladaron hace ya meses 120 alumnos del centro de Moreda mientras se ejecutaban los trabajos.
Por último, Pecharromán lamentó que la zona de Roces, donde se construyen unas 4.000 viviendas en las que residirán unas 10.000 personas, continúa sin contar con un centro educativo para satisfacer la demanda de los ciudadanos que, en breve, comenzarán a instalarse allí. El área cuenta con una reserva de suelo para un colegio y una guardería.

http://www.elcomerciodigital.com/v/20100218/gijon/pecharroman-critica-deficit-inversiones-20100218.html

La concertada pedirá a Riopedre que aumente plantillas ya para el próximo curso

El consejero de Educación y los sindicatos de la enseñanza concertada se reunirán mañana al objeto de tratar de desbloquear un conflicto que, si no lo remedian las negociaciones, desembocará en la segunda jornada de huelga del sector, prevista para el próximo miércoles.

Los sindicatos piden, entre otras cosas, una propuesta concreta de la Administración educativa asturiana para el aumento de plantillas docentes en la concertada, que mejorará las ratios y reducirá la carga lectiva de los aproximadamente 2.500 profesores asturianos que prestan sus servicios en la enseñanza privada, pero sostenida a través de los conciertos educativos con fondos públicos.

En principio los sindicatos de la concertada pedirán al consejero Riopedre que el calendario de plantillas afecte ya, aunque sea parcialmente, al próximo curso escolar.
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/02/18/concertada-pedira-riopedre-aumente-plantillas-proximo-curso/874843.html

El mundo en las aulas

Ochenta países están representados en las aulas asturianas. Una ONU con mochila y libros de texto, pequeños ciudadanos que llegan -y no es una frase hecha- de los cinco continentes: de países enormes como China, Rusia o los Estados Unidos, o de pequeños estados como Belize, Barbados o Albania. La palma se la lleva Ecuador, con más de mil escolares en Asturias, desde Infantil a Bachillerato y a los módulos de Formación Profesional.

Los datos están extraídos de la estadística de enseñanza en Asturias, editado por el Sadei, y corresponden al año 2008, aunque las diferencias con el curso actual son mínimas. Colombianos, rumanos y brasileños ocupan las siguientes plazas del ranking de alumnado. Hay doce países que superan el centenar de alumnos, y otros 26 países que superan los treinta.

La globalización ha convertido la clase en un mundo de contrastes, razas y religiones, enriquecedor muchas veces, pero un problema para el normal desarrollo académico en otras. Nunca Asturias tuvo tanto escolar inmigrante como en este curso, más de siete mil según concretó el consejero de Educación en el pasado mes de septiembre. Y eso que Asturias es una de las tres comunidades, junto con Galicia y Extremadura, con menor presión de la inmigración en el sistema educativo. El alumnado inmigrante supone en el Principado un 5% sobre el total de los matriculados, cinco puntos menos que la media nacional y diez puntos menos que las comunidades con más escolar procedente de la inmigración, La Rioja y Baleares.

Cursan estudios no universitarios en España unos 750.000 niños y jóvenes extranjeros, de los que algo más de 300.000 pertenecen a la Primaria. En Asturias, esa Educación Primaria tiene representación de casi setenta países y es con mucho la de mayor volumen. El 80% del alumnado extranjero asiste a centros públicos en Asturias, dos puntos menos que la media nacional. La enseñanza concertada agrupa a más del 18%, cuatro puntos más que en el total de España.

De los diez países más representados en las aulas asturianas, seis son hispanoamericanos, uno asiático, uno africano y dos europeos, Rumanía y Portugal. Precisamente Rumanía cuenta con el mayor número de alumnos en Educación Infantil, mientras que Ecuador lidera las demás clasificaciones, salvo la de alumnado de los programas de Garantía Social y la de Formación Profesional de Grado Superior.

Un alumnado muy diverso que tiene por lo general un denominador común: muy pocos de los alumnos extranjeros que inician sus estudios en la Primaria en Asturias llegan a Bachillerato. Es cierto que se trata de un sector poblacional muy poco estable, pero también es verdad que la población escolar inmigrante protagoniza buena parte del fracaso académico en nuestras aulas. De cada 100 niños ecuatorianos de Primaria alcanza el Bachillerato apenas el 9%, cifras similares en el caso de los marroquíes o argentinos. Peor estadística tienen los niños rumanos, que llegan al Bachillerato algo menos del 5% de los que empiezan Primaria.

Hay cifras que meten miedo. De los casi 2.500 niños extranjeros que cursan la Primaria en Asturias, hay unos 240 que estudian Bachillerato y algo más de un centenar que llegan a los módulos superiores de Formación Profesional. Es decir, casi un 90% de los niños extranjeros no pasan más allá de la Educación Secundaria Obligatoria.

Hace ahora diez años, en el curso de las transferencias educativas al Principado de Asturias, había en la región algo menos de 300 alumnos extranjeros en Primaria y unos 250 en ESO. Desde entonces es una población que no ha abandonado una subida tendida, con algún pico que se podría explicar por causas de índole económica. Por ejemplo, el de los cursos 2002-03 y 2007-08 (unos 500 alumnos más tan sólo en Primaria y de una sola tacada).

Por otra parte el sindicato Comisiones Obreras de la Enseñanza convoca para el próximo martes, a las siete en Oviedo, una manifestación contra los proyectos de retraso en la edad de jubilación y en reivindicación de la prórroga de jubilaciones anticipadas del profesorado.
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/02/18/mundo-aulas/874858.html

Aulas de inmersión lingüística y de acogida, proyectos de choque para poder entenderse

La presencia de escolares extranjeros obliga a un esfuerzo del sistema educativo. En Asturias funcionan seis aulas de inmersión lingüística (IES Alfonso II y Pando, en Oviedo; Calderón de la Barca, en Gijón; La Magdalena, en Avilés; Rey Pelayo, en Cangas de Onís, y Cuenca del Nalón, en La Felguera). El pasado curso casi 200 escolares se beneficiaron de este programa educativo en el que no sólo se aprende español a marchas forzadas, sino otras áreas de conocimiento. Los adolescentes permanecen en las aulas entre tres y seis meses, aunque compaginan presencia en sus centros escolares de origen.

Las aulas de inmersión lingüística en la Primaria tienen también su prolongación en la Secundaria. Cuando un colegio detecta un problema de déficit lingüístico avisa a la Administración, que envía profesorado adscrito en los IES. Es como una especie de servicio a la carta.

Hay, por otra parte, 42 aulas de acogida, con 74 tutores especializados en una enseñanza de adaptación curricular que el curso pasado afectó a más de quinientos alumnos.

No sólo estamos ante un problema de desconocimiento del idioma, sino a un bajo nivel de conocimiento general en relación con los niños españoles de su edad. La Administración ha editado una guía para familias extranjeras en varios idiomas.