ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Prevenir las heridas del alma.

 Pregunta del Diputado del Grupo Parlamentario Ciudadanos don Luis Armando Fernández Bartolomé a la Consejera de Derechos Sociales y Bienestar sobre si contempla su Consejería establecer protocolos en los centros sanitarios, escolares, de ocio y de tiempo libre para la detección y atención de casos de negligencia, violencia física, psicológica o sexual, así como de los problemas de salud mental que pueden padecer los menores .


Camila tiene catorce años y ha cambiado de carácter de forma radical durante el último curso. Su familia está muy preocupada, pero no consigue saber qué le pasa. Parece ser que a principios de este año escolar tuvo una discusión con su amiga Fabiola y dejaron de hablarse. Desde entonces está muy irritable y agresiva en casa, y reciben notas de la escuela en las que sus profesores comentan que está iniciando peleas continuamente y que se está quedando sola por eso. Camila a menudo se siente tan mal que no es capaz de ir a la escuela. Cuando su antigua amiga Fabiola pasa por casa para traerle las tareas, Camila se muestra muy callada, y sus padres le agradecen a Fabiola que siga haciendo intentos por ayudarla. Camila está teniendo problemas para dormir, y no consiguen que salga sola de casa. Cuando se encuentran olvidados en la cocina unas escritos de Camila en los que expresa que quiere morir, sus padres deciden consultar a una experta, y después de varias semanas averiguan con sorpresa que la causante de todos esos problemas es Fabiola, que ha estado poniendo en contra de Camila a toda su clase mediante falsas apariencias y manipulación psicológica, a la vez que aislaba y le creaba nuevos problemas a Camila. Cuando se descubre la situación, Camila les pide a sus padres que la cambien de centro educativo, porque nota que Fabiola todavía domina la situación y que muchos profesores y compañeros creen que es inocente y que la culpa de todo es de Camila.

La lucha contra la violencia en la infancia es un imperativo de derechos humanos. Para promover los derechos de los niños, niñas y adolescentes consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño es esencial asegurar y promover el respeto de su dignidad humana e integridad física y psicológica, mediante la prevención de toda forma de violencia

Las graves repercusiones de la violencia y los malos tratos sufridos por los niños, niñas y adolescentes son sobradamente conocidas. Esos actos, entre otras muchas consecuencias, pueden causar lesiones que pueden provocar discapacidades. Entre otras:

- problemas de salud física, como el retraso en el desarrollo físico y la aparición posterior de enfermedades.

- dificultades de aprendizaje incluidos problemas de rendimiento en la escuela y en el trabajo.

 - consecuencias psicológicas y emocionales como trastornos afectivos, trauma, ansiedad, inseguridad y destrucción de la autoestima;

- problemas de salud mental como ansiedad y trastornos depresivos o intentos de suicidio, 

- comportamientos perjudiciales para la salud como el abuso de sustancias adictivas o la iniciación precoz en la actividad sexual.

La violencia sobre personas menores de edad es una realidad execrable y extendida a pluralidad de frentes. Puede pasar desapercibida en numerosas ocasiones por la intimidad de los ámbitos en los que tiene lugar, tal es el caso de las esferas familiar y escolar, entornos en los que suceden la mayor parte de los incidentes y que, en todo caso, debieran ser marcos de seguridad y desarrollo personal para niños, niñas y adolescentes. Además, es frecuente que en estos escenarios de violencia confluyan variables sociológicas, educativas, culturales, sanitarias, económicas, administrativas y jurídicas, lo que obliga a que cualquier aproximación sobre la cuestión requiera un amplio enfoque multidisciplinar.