ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

sábado, 2 de octubre de 2010

El Gobierno recorta su inversión un 50% y minimiza los fondos para el metrotrén

Fomento fía la continuidad del túnel hasta Cabueñes y la obra de las nuevas estaciones a la llegada de financiación privada El Gobierno central recortará casi un 50% sus inversiones en Gijón en 2011. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) incluyen consignación para cuatro proyectos perfectamente identificados: El Musel (95 millones), la depuradora del Este (6,4 millones), el by-pass ferroviario de Veriña (600.000 euros) y todo lo que tiene que ver con el metrotrén (218. 830 euros). Recibirán una partida global de más de 102 millones de euros, pero se trata de una cuantía 100 millones de euros por debajo de lo que la Administración central destinó para la ciudad este año que aún no ha finalizado.
La inversión recogida para dar continuidad a las obras del metrotrén en la ciudad está reducida por primera vez a la mínima expresión. Tan sólo se incluye una cantidad testimonial para estudios y proyectos pendientes relativos a esta actuación que Fomento, con la llegada de los socialistas al poder en 2004, rebautizó como de penetración del ferrocarril en Gijón.
167 millones de euros
Las licitaciones concretas del puzzle ferroviario gijonés se remiten en el anteproyecto presupuestario al Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI), un plan de Fomento aún por definir que prevé movilizar, en colaboración con el capital privado, una inversión de 17.000 millones de euros en dos años. En torno al 70% de ese dinero con financiación mixta irá destinado al ferrocarril para mejorar las redes ferroviarias de altas prestaciones y de cercanías. Y por esa vía es como la Administración central quiere dar salida, de una vez, a un conjunto de obras enquistadas en Gijón que, no obstante, sí cuantifica en los últimos Presupuestos Generales del Estado: 167 millones de euros. En ese montante estarían incluidas la prolongación del túnel del metrotrén hasta Cabueñes, la construcción de la estación de la plaza de Europa y la obra de diseño arquitectónico de todas las terminales subterráneas del futuro tren suburbano.
Plan de vías con plusvalías
Quedarían fuera de estas previsiones, en principio, los trabajos relacionados con la eliminación de la barrera ferroviaria entre Moreda y el Humedal y la construcción de una nueva estación intermodal en Moreda (el plan de vías). Esa operación concreta depende financieramente de la sociedad Gijón al Norte, que debe obtener plusvalías con las venta de los suelos ferroviarios para sacarla adelante.
Fomento 'vende' el PEI como un mecanismo inversor plenamente financiable que permitirá al Estado controlar el déficit y al mismo tiempo favorecerá la creación de empleo tanto a corto como a largo plazo. Primero, para la construcción de infraestructuras y, posteriormente, para su conservación y mantenimiento.
Basado en un modelo concesional, el PEI establece el pago de las infraestructuras, una vez se haya finalizado y puesto en servicio la obra, a lo largo de un amplio periodo de tiempo (de 25 a 30 años). De esta forma, su repercusión sobre las cuentas públicas se aplaza a 2014. El pago se realizará al concesionario (empresa adjudicataria) mediante un canon único que paga la inversión, la conservación y mantenimiento de las infraestructuras.
Los proyectos recogidos en este plan se darán a conocer en las próximas semanas y la selección se ha hecho atendiendo a criterios de rentabilidad social, medioambiental y económica.
Las piezas que hay que ir ensamblando al túnel subterráneo de 3,9 kilómetros que se terminó de construir en 2006 han sido en los últimos años un continuo quebradero de cabeza para Fomento y un motivo de descontento constante para el Ayuntamiento gijonés. La postura ministerial desde los tiempos de Magdalena Álvarez siempre fue proclive a dar largas con este asunto. Se aseguraba que hasta que no se aprobasen definitivamente los proyectos constructivos y se preparasen las licitaciones sería imposible conocer el calendario y los presupuestos.
Esta postura ambigua la encarna a la perfección el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Víctor Morlán, cada vez que preside el consejo de administración de Gijón al Norte y repasa la situación de las distintas actuaciones ferroviarias previstas en la villa de Jovellanos. Lo que nunca explica Morlán, ni nadie en Fomento, es por qué las ingenierías adjudicatarias de los proyectos han incumplido de forma tan flagrante sus contratos con la Administración central. Algunos proyectos se adjudicaron hace más de tres años y aún no se han entregado a Fomento.
La única actividad relacionada con el túnel del metrotrén son, en este momento, las inspecciones periódicas de su interior para revisar luminarias y bombas de achique. El contrato de Fomento con Ofiteco para ejecutar estas tareas es por tres años y comprende un importe global de 751.270 euros.

Preocupación con los presupuestos públicos

n El alivio por la congelación de los impuestos municipales en 2011 no compensa la merma de las partidas estatales
Tanto el borrador de los Presupuestos Generales del Estado como el de las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento arrojan las primeras cifras acerca de lo que Gijón puede esperar de los dineros públicos para el año próximo. Pero, así como el Consistorio anuncia moderación con el dinero que va a recaudar o a cobrar a los gijoneses, las cuentas de la Administración central han deparado varias sorpresas para la ciudad.

El fuerte ajuste presupuestario que el Gobierno ha aplicado a las inversiones ha afectado evidentemente a Asturias, que recibirá un 40 por ciento menos que el año anterior. En el caso particular de Gijón lo más llamativo es que no hay tal reducción, sino que en un ejercicio más no se consignan fondos públicos para obras planificadas y proyectadas desde hace años. Es el caso de la operación de supresión de la barrera ferroviaria y de la construcción de la futura estación intermodal de Moreda. En las cuentas del Estado para 2011 estas obras figuran como asignadas a un plan extraordinario del Ministerio de Fomento, que persigue la colaboración del sector público y del privado en el desarrollo de algunas infraestructuras españolas. Sin embargo, dicho plan aún no ha sido confeccionado, lo que supone una evidente incertidumbre acerca de si en 2011 se podrá licitar alguna de las obras pendientes desde hace, por lo menos, cuatro años.

Ese es el mismo tiempo que llevan en espera los accesos al puerto de El Musel por las futuras autovías de Aboño y de Jove. Salvo que la consignación esté recogida en alguna partida genérica de los Presupuestos, ambos trazados tendrán que seguir esperando, aun cuando las obras de ampliación de El Musel concluirán en los próximos meses. Otra obra muy esperada en el concejo es la planta de depuración de aguas para la cuenca Este. Puede suceder lo mismo: que su dotación presupuestaria esté recogida en una partida general, pero la ausencia de una asignación específica y cuantiosa parece anunciar que el inicio de obras de la depuradora no se podrá ver hasta finales de 2011 o comienzos de 2012.

Estos tres ejemplos -la estación intermodal, los accesos al puerto y la depuración de aguas- inciden en un hecho común: se trata de infraestructuras de gran importancia para la ciudad, cuya ejecución se va demorando año tras año, hasta el punto de que la credibilidad de las autoridades estatales o locales se ve seriamente comprometida.

El capítulo de las inversiones de mayor cuantía en la ciudad está claramente disminuido, aunque hay que reconocer que este año se concluye una obra de tanto peso como la citada ampliación portuaria.

Por lo que respecta a las cuentas locales, el objetivo del Ayuntamiento es el de congelar impuestos municipales como el de construcciones y obras, el de actividades económicas, el de plusvalías o el impuesto de circulación. El peso fiscal que soportan los españoles se ha incrementado en los últimos meses, especialmente con el IVA. Por tanto el alivio municipal puede ser bien recibido. Sin embargo, lo que se deduce del citado capítulo inversor del Estado es que el empeño del Ayuntamiento de Gijón debe dirigirse ahora mismo a reclamar partidas cuya inexistencia preocupa, y mucho, a la ciudadanía.