n El alivio por la congelación de los impuestos municipales en 2011 no compensa la merma de las partidas estatales
Tanto el borrador de los Presupuestos Generales del Estado como el de las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento arrojan las primeras cifras acerca de lo que Gijón puede esperar de los dineros públicos para el año próximo. Pero, así como el Consistorio anuncia moderación con el dinero que va a recaudar o a cobrar a los gijoneses, las cuentas de la Administración central han deparado varias sorpresas para la ciudad.
El fuerte ajuste presupuestario que el Gobierno ha aplicado a las inversiones ha afectado evidentemente a Asturias, que recibirá un 40 por ciento menos que el año anterior. En el caso particular de Gijón lo más llamativo es que no hay tal reducción, sino que en un ejercicio más no se consignan fondos públicos para obras planificadas y proyectadas desde hace años. Es el caso de la operación de supresión de la barrera ferroviaria y de la construcción de la futura estación intermodal de Moreda. En las cuentas del Estado para 2011 estas obras figuran como asignadas a un plan extraordinario del Ministerio de Fomento, que persigue la colaboración del sector público y del privado en el desarrollo de algunas infraestructuras españolas. Sin embargo, dicho plan aún no ha sido confeccionado, lo que supone una evidente incertidumbre acerca de si en 2011 se podrá licitar alguna de las obras pendientes desde hace, por lo menos, cuatro años.
Ese es el mismo tiempo que llevan en espera los accesos al puerto de El Musel por las futuras autovías de Aboño y de Jove. Salvo que la consignación esté recogida en alguna partida genérica de los Presupuestos, ambos trazados tendrán que seguir esperando, aun cuando las obras de ampliación de El Musel concluirán en los próximos meses. Otra obra muy esperada en el concejo es la planta de depuración de aguas para la cuenca Este. Puede suceder lo mismo: que su dotación presupuestaria esté recogida en una partida general, pero la ausencia de una asignación específica y cuantiosa parece anunciar que el inicio de obras de la depuradora no se podrá ver hasta finales de 2011 o comienzos de 2012.
Estos tres ejemplos -la estación intermodal, los accesos al puerto y la depuración de aguas- inciden en un hecho común: se trata de infraestructuras de gran importancia para la ciudad, cuya ejecución se va demorando año tras año, hasta el punto de que la credibilidad de las autoridades estatales o locales se ve seriamente comprometida.
El capítulo de las inversiones de mayor cuantía en la ciudad está claramente disminuido, aunque hay que reconocer que este año se concluye una obra de tanto peso como la citada ampliación portuaria.
Por lo que respecta a las cuentas locales, el objetivo del Ayuntamiento es el de congelar impuestos municipales como el de construcciones y obras, el de actividades económicas, el de plusvalías o el impuesto de circulación. El peso fiscal que soportan los españoles se ha incrementado en los últimos meses, especialmente con el IVA. Por tanto el alivio municipal puede ser bien recibido. Sin embargo, lo que se deduce del citado capítulo inversor del Estado es que el empeño del Ayuntamiento de Gijón debe dirigirse ahora mismo a reclamar partidas cuya inexistencia preocupa, y mucho, a la ciudadanía.
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