ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Carrera profesional o igualitarismo y estancamiento?

PACO G. REDONDO PROFESOR DE GEOGRAFÍA E HISTORIA En diciembre de 2005 el Gobierno asturiano firmaba un acuerdo con UGT y CC OO para desarrollar entre sus funcionarios sanitarios la carrera profesional, en base a cuatro niveles de evaluación en 20 años con unos incentivos de hasta 2.500 euros anuales por tramo. Se optó por ampliarlo a la Educación, con una gran división sindical entre organizaciones negociadoras y los críticos con el sistema. El argumento de que las subidas salariales no se aplicaban a los docentes porque son muchos o tienen muchas vacaciones ya no se sostenía, pues los sanitarios son más. Que las políticas sociales (sanidad, educación, pensiones) son prioritarias hay que demostrarlo en los Presupuestos.

Sin embargo, se ponía en marcha un proceso administrativo donde primero te pedían el compromiso de ser evaluado -en parte redundante, pues ya lo establece la LOE- para los niveles y después se concretarían los requisitos, en principio sólo dos eran necesarios: ser funcionario de carrera y llevar 5 años como docente a 1 de enero de 2007, y firmar la adhesión antes de julio de 2007.

En realidad no puede haber carrera profesional docente propiamente dicha, pues los cuerpos docentes son estatales, mientras no haya un estatuto docente nacional, aunque esta última palabra les da alergia a los del PSOE y PP, que tienen que pactar con los nacionalistas seguir unos años más disfrutando de los cargos. Se trata de incentivos autonómicos, fuente de agravios comparativos: ¿cuándo la España autonómica es viable?

La aprobación de una ley el 29 de diciembre de 2009 en el Parlamento asturiano venía a dar cobertura al proceso, pues el TSJPA lo había declarado alegal en junio de 2009, permitiendo a quienes en su momento firmaron y cobran seguir cobrando el nivel uno (los sanitarios ya cobran el cuarto), y abriendo otro plazo para los de nueva incorporación en 2010; de momento están mareando la perdiz.

Siempre se ha dicho que ser funcionario entraña una gran ventaja, el puesto de trabajo de por vida, pero ello no es un privilegio, sino un mérito, en cuanto consecuencia del trabajo y la preparación demostrada en una oposición. El gran inconveniente, las congelaciones salariales en vacas flacas (entre 2010 y 2011 nos bajarán el sueldo un 13%). Y si no hay posibilidad de cambiar y prosperar, tentación de burocracia y rutina. Esto se ha tratado de resolver con los sexenios, complementos por 100 horas de formación adicionales en los últimos seis años.

En el caso de la enseñanza es difícil medir la productividad, no se trata de fabricar 1.200 tornillos en vez de 1.000, sino de enseñar y formar más y mejor: ¿Cómo se mide? Lo cual no debe hacernos confundir la igualdad de oportunidades con la igualdad de resultados, que lleva al estancamiento personal, y llevó a la Europa comunista al colapso económico y al socialismo real a su colapso político a finales del siglo XX.

Después el acuerdo se reescribía a la baja, de 20 años se pasaba a 29 y no se sabe del nivel dos para la enseñanza. Ahora lo que la gran mayoría espera es cuándo se abrirá el nuevo plazo para poder inscribirse y acabar con dudas y agravios. Primero dijeron que en el segundo trimestre del año, después que en octubre, ¿y ahora? Recordemos que el próximo mayo habrá elecciones autonómicas?

¡Pero qué gobierno!

incapacidad del Ejecutivo asturiano para completar un sencillo proceso administrativo

En breve resumen. Cuando, a consecuencia de las huelgas médicas, don Vicente Alberto hubo de aumentar el sueldo a galenos y enfermería, llamó a UGT y CC OO a fin de escenificar un pacto -ventajoso políticamente para los firmantes- en el que, bajo el concepto de «carrera profesional», se hacía extensible una porción del incremento a todos los funcionarios de la Administración. Los requisitos exigidos para acogerse a la subida salarial no representaron escrúpulo alguno para el común de los empleados de la función pública, pero sí para unos cuantos de los de la enseñanza, en parte porque el Gobierno aprovechó para insinuar un alza de las obligaciones como contrapartida, en parte porque gente un poco suspicaz y espiritual la de la enseñanza, vio dragones donde no había otra cosa que ladradores y ligeramente malintencionados gozques. Como consecuencia, algunos sindicatos acudieron a los tribunales y estos declararon nulo todo el proceso.

Para «sanarlo», hacer viable el cobro de las nuevas cantidades y el que los que las estaban cobrando no tuviesen que devolverlas, en los presupuestos para el 2010 se incluyó la cobertura legal correspondiente (por cierto, en el proceso de acuerdo de «sanación» encontró el señor Valledor el pretexto para largarse de IU, que tanto tiempo llevaba buscando), la cual requería un ulterior desarrollo reglamentario. El caso fue que dicho reglamento durmió el sueño de los justos durante casi todo este año y cuando, finalmente, fue enviado al Consejo Consultivo, éste lo devolvió porque faltaba un trámite de obligado cumplimiento. En consecuencia, a finales ya de octubre, hubo que empezar toda la tramitación de nuevo, con lo que se corre el riesgo de que, de no llegarse antes de finales de diciembre al término del proceso -el cual incluye petición de adscripción de los funcionarios, valoración individual de los mismos, confirmación posterior e inscripción definitiva, todo con sus plazos-, un avatar judicial no sólo impida la percepción de las prestaciones que se vienen cobrando o que se anunciaron que podrán cobrar nuevos funcionarios, sino el que haya que devolver las de más de dos años.

Se puede pensar que todo esto se ha hecho malintencionadamente y que el objetivo último del Gobierno es proclamar que, pese a su voluntad, se ve obligado a no pagar esas cantidades comprometidas. Es posible, pero no muy probable. Lo más verosímil es que nos hallemos, una vez más, ante la actuación ordinaria de un Gobierno y un partido que atesoran ingentes cantidades de i+d+i (incompetencia, despilfarro, ineficacia). Porque, en efecto, la incapacidad para realizar con un cierto decoro un sencillo proceso administrativo o legislativo es una de las más notables características del Gobierno socialista asturiano. Recordemos, por ejemplo, y por no salirnos del ámbito de la educación, que cuando, tras ocho años de dilación, se publicó el decreto 249/2007, de 26 de septiembre, de derechos y deberes de los alumnos, se empeoró notablemente el anterior decreto 732/1995. Posteriormente, y tras una campaña de protestas en la que LA NUEVA ESPAÑA y quien esto firma algo tuvimos que ver, el Ejecutivo socialista rectificó afirmando que parte de lo inaceptable de aquel texto «se debía a un error de redacción».

Pero aquí, al respecto de toda esta historia del reglamento de Evaluación Docente de que hablamos, hay algo mucho peor aún: la destrucción o el desprecio de todo el proceso administrativo -y, por tanto, de las reglas más elementales que han de regir la Administración y el Derecho-. Porque, en efecto, es inconcebible que, a lo largo del itinerario del documento, no haya habido un letrado que advirtiese de la necesidad de completar el expediente, lo que implica que los cargos políticos han hecho caso omiso de dicha advertencia o que hayan pensado que, a fin de cuentas, el Consejo Consultivo, con gente nombrada por ellos, iba a silenciar los errores. ¿Grave? Puede ser aún peor. Puede resultar que la advertencia jurídica no haya aparecido, bien porque el PSOE haya destrozado de tal modo la Administración que no se cumplen los mínimos requisitos exigidos para la tramitación de expedientes, bien porque haya reducido a los funcionarios al sometimiento y al acatamiento.

En cualquier caso, estos hechos no brotan en terreno yermo. Son fruto de una mentalidad general del socialismo español, entre adánica y rousseauniana revolucionaria, que piensa, de un lado, que la realidad puede modificarse por el mero imperio del deseo y, de otro, que las leyes no son más que cortapisas carentes de entidad.

Romántico adolescente, este tipo de izquierdista, sentado en la popa del Estado, ve el mundo al igual que el pirata esproncediano cuyas palabras encabezan este artículo, «Que yo tengo aquí por mío?», y piensa que su voluntad es la única ley.

En todo caso, anoten, pues, que, sobre otros desastres de que esta Administración es responsable -los económicos, los del paro, los del déficit y la deuda, los de la sumisión a Madrid, los culturales?-, hay que sumar uno más: ha dejado la Administración destrozada, hecha unos zorros. O unas zorras, si ustedes son partidarios del lenguaje no sexista.

Y, a todo esto, no sé si se habrán fijado: IU, parte del mismo Gobierno que el PSOE, receptora de honores, dineros y poder por estar en él, lleva más de dos meses amatagada y arronchada, como si la cosa no fuese con ellos, al igual que si no resultasen exactamente igual de responsables de todos los desastres de estos últimos años.
 

UPyD Gijón: competencias municipales.

La concejala de Empleo, Igualdad y Juventud, Begoña Fernández, presentó ayer la sexta edición del programa Educar para la Igualdad en la que habrá un total de 429 talleres distribuidos entre los ciclos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.
    Lo que no se nos dice en la noticia es cuanto cuestan estos programas. Lo cierto es que son absolutamente precindibles porque la tarea de educar es propia de los colegios y debería ser competencia en todo caso de la comunidad autónoma. ¿Que hace el Ayunatamiento metiendose en estos fregaos? ¿Cuantos sueldos están relacionados con esta actividad?
    Urge definir claramente las competencias de los Ayuntamientos  y cada mochuelo a su olivo.

Las obras del plan E agotan los plazos

Empieza el tiempo de descuento para el segundo plan E, esto es, el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local. El próximo 31 de diciembre acaba el plazo otorgado para la finalización de las 72 iniciativas adjudicadas en Gijón, que suponen la inversión de 23,8 millones de euros. Muchas cuestiones llegarán a tiempo pero otras, tal y como ocurrió el año pasado, deberán alargarse. El propio decreto que aprobó este plan extraordinario fijaba la posibilidad de solicitar seis meses de prórroga, opción a la que el Ayuntamiento ya se ha acogido para varios proyectos. Ante la más mínima duda de retraso, lo mejor es asegurarse un aplazamiento.
Eso es lo que habrá que hacer, entre otras cosas, con la construcción del nuevo edificio de Servicios Sociales, el que debe acoger el Albergue Covadonga, Calor y Café y Proyecto Hombre. Y el edificio de servicios científico técnicos del campus. También con la escuela infantil de seis unidades en Nuevo Gijón. Estas tres cuestiones son las que más difícil tienen cumplir con los plazos establecidos inicialmente. Sin contar siquiera cómo se desarrollan las obras, el calendario de contratación lo complica. El proyecto de la escuela de Nuevo Gijón cuenta con un plazo de ocho meses y la adjudicación definitiva se produjo en junio. Difícil, pues, que esté lista en diciembre. A finales de julio llegó la adjudicación del edificio del campus, que tiene un plazo de seis meses y medio (incluida la redacción del proyecto). Pero lo cierto es que, a estas alturas, poco más se ha hecho que el movimiento de tierras.
Algo similar sucede con la construcción del albergue de transeúntes, con un plazo de ocho meses y adjudicado en mayo. Pero hasta el verano no llegaron las primeras labores y, por el momento, nada es visible del nuevo inmueble. Muy justos van a llegar otros proyectos, como las mejoras en el pabellón deportivo de Mata Jove o la ampliación de la escuela infantil de Montevil. Y la restauración paisajística de espacios del entorno periurbano. Y los cambios necesarios para lograr la eficiencia y ahorro energéticos en el alumbrado exterior. En todos estos casos, la finalización de las obras sucedería en diciembre si el inicio de las labores no se hubiera retrasado demasiado después de la adjudicación.
También es probable que necesiten prórroga otros proyectos menos visibles para los ciudadanos, como algunos relacionados con las mejoras informáticas en el Ayuntamiento. Por ejemplo, la iniciativa denominada 'Definición de procedimientos y puesta en marcha de un entorno para la monitorización de sistemas', que cuenta con un plazo de ocho meses y no fue adjudicado hasta abril. En similar situación (peor, incluso, porque fueron adjudicados en mayo) está la adquisición de varios sistemas de almacenamiento. En principio, según los calendarios propuestos en un principio, pocas iniciativas más deberían tener problemas.
Por contra, hay cuestiones que ya están listas. Por ejemplo, el Centro de Cultura Antiguo Instituto ya luce nueva entrada (aunque continúan los trabajos en el lucernario). El aparcamiento disuasorio de Sanz Crespo está en uso, y finalizado el que se habilitó en el solar delante del nuevo Palacio de Justicia (aunque con vallas todavía). A buen ritmo van las obras en El Molinón. Y la adecuación de una nueva sala de control en Emulsa.
La evolución es, por lo tanto, similar a lo que ocurrió en la primera edición del plan E, cuando el Ayuntamiento solicitó prórroga para 8 de los 40 proyectos. Iniciativas como la avenida de la Pecuaria, la cubierta del Intra, la ampliación de Los Pericones y el punto limpio de Tremañes no pudieron finalizar a tiempo y el Estado concedió un aplazamiento hasta junio.
Pero, sin duda, la peor situación la vivió (y la vive) el nuevo pabellón deportivo de Ceares-Coto-Viesques. 18 meses después del inicio de las obras, en mayo de 2009, no ha sido inaugurado. La puesta en funcionamiento estaba prevista para octubre, pero en ese mes todavía se licitó el suministro del equipamiento técnico-deportivo. Tenía un plazo de construcción de ocho meses, pero se han sumado una tras otra demoras achacadas a las condiciones meteorológicas. Su finalización coincidirá, por lo tanto, con la puesta en marcha de algunas cuestiones del segundo plan E (que destinó parte de su presupuesto a sufragar gastos corrientes del Ayuntamiento).

Animalismo no es humanismo

11.11.2010 -
FERNANDO SAVATER
FILÓSOFO Y ESCRITOR
 
Es comprensible el movimiento sentimental que se compadece de los animales y los convierte a todos en víctimas potenciales del hombre. Antaño, la sociedad humana se fue fraguando en combate contra las bestias: los animales eran adversarios que nos disputaban la comida y el territorio, incluso que nos elegían como presas. Algunos antropólogos han apuntado (y Bruce Chatwin recogió esta teoría) que hubo cierto gran felino prehistórico que se alimentaba de homínidos y contra el cual éstos se asociaron por primera vez. En cualquier caso, la batalla ha terminado y los animales han sido derrotados definitivamente. Ya no son una amenaza ni rivales dignos de consideración, por lo que todos -incluso los más fieros, el tiburón blanco, el tigre de Bengala o la cobra- se han convertido en pobres animalitos. Merecen nuestra compasión como víctimas, ya que los hemos vencido. Fue precisamente Gautama Buda, en el 'Sutta-Nipata', quien por primera vez señaló que tenemos una responsabilidad con ellos porque somos los más poderosos.
Desde esta óptica, las corridas de toros, que simbolizan a su modo el ancestral enfrentamiento del hombre con la bestia, resultan para algunos reprobables. Y sin embargo en ellas la fiera, el toro bravo, recupera algo de su perdida y temible dignidad. En cualquier caso, lo que resulta excesivo es pretender homologar éticamente a los animales con los humanos y dotarlos por tanto de derechos como los que reconocemos a éstos. A veces, se argumenta que también antaño se negaron tales derechos y hasta la posesión de alma a los negros o las mujeres. Es un razonamiento radicalmente antihumanista, que podría cínicamente ser interpretado así: 'Ya que hoy pueden tener derechos humanos los negros o las mujeres. ¿por qué no vamos a reconocérselos también a los chimpancés y a las vacas?'. Evidentemente, el progreso de la comprensión ética no va bien por ese camino.
Hay otra argumentación antitaurina no menos chocante. Cuando se constata, obviamente, que la desaparición de las corridas supondría dejar de criar reses bravas y enviar al matadero a los cientos de miles existentes, algunos radicales dan por bueno ese exterminio si de tal modo se acaba con el dolor de los toros en la plaza. Ahora bien, todos los seres vivos padecen dolor y sin duda los seres humanos son más capaces de sufrimiento que ningún otro, por tener imaginación y memoria. Al final de su obra 'El mundo como voluntad y representación', el pesimista Schopenhauer -convencido de que nuestra existencia es fundamentalmente dolorosa- abogó por que la verdadera actitud ética de la Humanidad sería renunciar a la procreación y dejar de reproducirse. Otros, aún más atroces, proponen esterilizar en los países del Tercer Mundo a la mayoría de la población, para evitar nuevas vidas destinadas a padecer sufrimientos y miserias. Quienes no compartimos ese planteamiento apocalíptico para los humanos difícilmente podemos encontrar razones para extenderlo a otras especies, aunque no sean nuestros semejantes. El dolor es uno de los precios que pagamos por la vida -la muerte es nuestra deuda definitiva- pero no anula ni condena el valor de la existencia.
Es evidente que no podemos tratar a los animales como meras cosas, porque son seres vivos y por tanto sensibles. Pero a cada especie la consideramos según su propia naturaleza y también según las exigencias de la nuestra. El hombre ha criado -que casi equivale a decir 'creado'- las especies que nos alimentan, nos visten, nos prestan su fuerza o participan en nuestros ritos. No es maltrato adecuarlos a la función para la que su condición les dispone. En el caso del toro de lidia, el trato adecuado es lidiar a ese escaso cinco por ciento de la especie que justifica con su combate bravo en la plaza -que nada tiene que ver con la tortura- la perpetuación del resto de la raza.