«Gijón será, desde hoy, la ciudad más inclusiva. Porque pondremos el foco en la pobreza». La presidenta de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, Esperanza Fernández, aseguró ayer que vivía «un hito histórico. Esta fecha será siempre recordada». Porque, desde ayer, las entidades sociales que trabajan en la ciudad lo hacen de forma coordinada. Porque, desde ayer, en Gijón está en marcha la primera Red de Atención a Personas Sin Hogar abierta en todo el país. Porque, desde ayer, «ofreceremos a las personas en riesgo de exclusión un mejor servicio, más individualizado y donde se prime la dignidad de la persona».
Escuchando, y respaldando, el discurso de la concejala socialista estaban los responsables de la atención directa, los firmantes del convenio, que no son otros que el Albergue Covadonga, que preside Álvaro Díaz; la Cocina Económica, que preside Luis Torres; Cáritas, dirigida por Adolfo Rivas; Siloé, dirigida por Susana González, y Proyecto Hombre, a cuyo frente está Luis Manuel Flórez, 'Floro'. Todos ellos coincidieron en la importancia de un convenio que «viene a poner sobre el papel lo que ya era un hecho, porque nosotros llevamos veinte años trabajando de forma coordinada».
El cambio entre la oferta social anterior y posterior a la firma del convenio es, sin embargo, «sustancia, porque evitaremos duplicar servicios y, sobre todo, mejoraremos la respuesta que damos a las personas que carecen de recursos». Así lo explicó el presidente de la Fundación Albergue Covadonga, Álvaro Díaz, que centralizó las miradas de los medios de comunicación porque, desde ayer, su dispositivo, que ofrece comedor social y alojamiento, se convierte «en la puerta de entrada en la red».
«No centralizamos»
Tal y como ya adelantó EL COMERCIO, el Albergue Covadonga será el único que ofrezca un servicio residencial temporal, ya que la Cocina Económica, que hasta el pasado mes de septiembre también contaba con albergue nocturno, está reconvirtiendo sus plazas en habitaciones de media estancia.
En total, las cinco entidades ponen en conjunto albergue, residencia, doce pisos tutelados, dos comedores sociales, cinco centros de día, cuatro programas de trabajo en la calle, dos oficinas de información cuatro talleres, dos recursos de tratamiento de adicciones, servicios básicos de cuidado personal, tres programas de apoyo y seis servicios de orientación, información, asesoramiento y acompañamiento.
Todos ellos «repartidos por toda la ciudad», ya que la presidenta de la Fundación Municipal de Servicios Sociales quiso insistir en la idea de que «cuando nos acusan de centralizar los servicios -en referencia al edificio que el Ayuntamiento de Gijón levanta en El Natahoyo para dar cabida al Albergue Covadonga, Proyecto Hombre y Calor y Café- parecen desconocer de la realidad. Nosotros tenemos los pisos distribuidos por toda la ciudad, ya que en todas partes son necesarios».
Álvaro Díaz abundó en esa idea y, sobre todo, en el fin de la oferta «de albergue», ya que es firme defensor «de las viviendas tuteladas, donde se puede trabajar más con la persona, de una forma individualizada, haciendo un acompañamiento y logrando el principal objetivo, que es que sean independientes».
Una comisión técnica, formada por trabajadores sociales de todas las entidades firmantes del convenio, será la encargada de examinar cada caso y decidir el servicio que mejor viene a cada usuario. Sobre ella estará la comisión directiva, la que integran las personas que ayer pusieron rúbrica al acuerdo, que evaluará el funcionamiento.
La red no nace con presupuesto asignado, pero en 2010 en Gijón se dedicaron 3,3 millones de euros a la ayuda a los colectivos más desfavorecidos, de los que 1,1 corresponden a las transferencias que se realizan desde la Fundación. Para 2011, el compromiso es que la apuesta no baje. La asistencia ahora tiene red.