Gran parte de la cultura occidental es hija de la secularización religiosa.
El sistema de elección de Rubalcaba demuestra una vez mas que los grandes partidos no son democráticos. Son iglesias . La diferencia es que éstas lo reconocen y por tanto el que se apunta ya sabe a donde va. No hay engaño.
PSOE y PP, sin embargo, predican una cosa y hacen otra .
Los cardenales socialistas han hecho fumata blanca. A los afiliados se les pide unidad, fe ,aclamación del ungido y esperanza con la promesa de un futuro mejor (para el partido naturalmente).
Toda la liturgia socialista de los próximos meses irá en esa dirección. Nada de críticas ni heterodoxias. Que nadie se mueva: extra ecclesiam nulla salus.
Prácticas parecidas hace el PP. Y, hablando de Asturias, llegó la apocalipsis para ambos de la mano de Cascos.
Tomando altura la pregunta inevitable es: ¿puede un partido no democrático gobernar democráticamente un pais?
Reforma del sistema electoral ya.