ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

viernes, 4 de junio de 2010

La 'revolución política' de Reino Unido

IGNACIO SOTELO

EL PAÍS - Internacional - 04-06-2010
Las elecciones generales británicas del 6 de mayo señalan el inicio de una nueva etapa. La ruptura que se divisa parece de la misma envergadura que las que se produjeron en 1945 y 1979. La primera puso en marcha el Estado de bienestar, y en 1979, agotado el modelo por una inflación rampante y una vez triturado el poder de los sindicatos, la señora Thatcher restableció el dominio absoluto del mercado. Ello dio un buen impulso a la economía, que en 1997 permitió que el nuevo laborismo abriera una tercera vía entre el viejo laborismo estatalista y un ultraliberalismo antisocial, etapa que ha tenido éxitos -Tony Blair ganó las elecciones tres veces seguidas- y deficiencias que la crisis ha radicalizado, y que acaba de terminar.

Los distintos modelos aplicados desde 1945 no han evitado un continuo declive, y pocos restos quedan de aquel inmenso imperio de hace tan solo un siglo. La que a finales del siglo XIX era la primera economía del mundo ocupa hoy el sexto lugar.

Reino Unido, que con enormes sacrificios había ganado las dos guerras mundiales, sigue preguntándose por las razones de su continuo descenso, tanto si acompaña fielmente a Estados Unidos después de la debacle de Suez en 1956, como si, después de la trágica invasión de Irak y de la catástrofe que se divisa en Afganistán, trata de independizarse de la tutela norteamericana.

Los británicos no tienen otro remedio que volcarse en resolver sus problemas internos, renunciando a actuar fuera de sus fronteras, como todavía hizo Blair en Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Sierra Leona, así como en las intervenciones mucho más costosas en Irak y Afganistán.

El afán de ejercer de gran potencia ha sido otra de las causas del enorme endeudamiento. Con una deuda que no se diferencia tanto de la de Grecia, Reino Unido inicia una etapa en la que tal vez lo más duro sea acostumbrarse a no pretender aquello que esté fuera de su alcance. Después de haber sido tanto tiempo campeón de Liga, cuesta mucho tener que jugar en segunda.

Por vez primera en los últimos 36 años, el Parlamento británico no tiene una mayoría clara, pese a que el sistema electoral la propicie fuertemente. A una metrópoli imperial corresponden Gobiernos fuertes, capaces de actuar a enormes distancias con contundencia.

El premier ejercía un poder sin parangón, tanto por su extensión -alcanzaba a un cuarto del planeta- como por su intensidad -mayorías fuertes lo hacían de hecho incontrolable-. Reino Unido estaba muy lejos de ser una democracia y el proceso de llegar a serlo, que se inicia en 1918, ha pasado por distintas etapas, y la decisiva, al convertirse la política interna en el aspecto central de la política, es la que comienza con las últimas elecciones.

La coalición de conservadores y liberal-demócratas aspira a una verdadera revolución política que conlleve una mayor democratización. Esto implica un sistema electoral más proporcional que recoja las muy distintas opciones que surgen en sociedades tan fragmentadas como las actuales.

En las últimas elecciones los conservadores, con poco más de 10 millones de votos, han obtenido 305 escaños; los laboristas, con poco más de ocho, 258; y los liberal-demócratas, con más de seis, 57 escaños. Con más de siete millones de votos, unos 40 partidos se reparten 26 escaños. El sistema es muy injusto, pero encajaba en una tradición imperial muy británica en la que lo que importaba era disponer de Gobiernos fuertes con primeros ministros con poderes casi dictatoriales.

Un segundo elemento de esta revolución política es un nuevo sistema fiscal más equitativo que haga posible el mantenimiento del Estado social, sin el que no cabe que funcione una sociedad democrática. El concepto central del manifiesto electoral de los liberal-demócratas es juego limpio y transparente (fairness), que ha de aplicarse tanto en la política fiscal como en la política que atañe a la inmigración.

Un tercer elemento consiste en suprimir el centralismo absorbente por una descentralización progresiva, proceso ya iniciado con los Parlamentos escocés, galés y norirlandés y que los liberal-demócratas pretenden concluir en un Estado federal. Los imperios, cuando se desmoronan, arrastran consigo la dispersión, y el primer paso es la descentralización.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/revolucion/politica/Reino/Unido/elpepiint/20100604elpepiint_12/Tes/

UPyD-Gijón pide transparencia a la Consejería de Educación en relación a la oferta de Bachillerato nocturno en la ciudad

3 de junio de 2010

Es necesario que la Consejería de Educación haga un ejercicio de transparencia y dé explicaciones razonadas sobre la oferta de Bachillerato nocturno en Gijón y, también en consecuencia, sobre el anunciado cierre de la rama de Ciencias y Tecnología en el Bachillerato nocturno del IES Padre Feijoo en La Calzada. El Sr. Riopedre debe justificar su decisión y aportar a la ciudadanía gijonesa una evaluación de dichos estudios (matrícula, asistencia, número de titulados, costo por alumno, previsiones de futuro… ) que justifique el cierre de una enseñanza reglada muy arraigada en el barrio y que constituye una importante oportunidad de formación de calidad para la zona Oeste de Gijón tan castigada por el paro juvenil.

Según Armando Fernández Bartolomé, coordinador local de UPyD, “estamos ante un nuevo caso de opacidad por parte de la Consejería de Educación que practica una política de hechos consumados y ajena al diálogo; el consejero debe recibir a la comunidad educativa del IES Padre Feijoo, escuchar sus argumentos y dar una explicación, avalada por datos y cifras reales, a la sociedad gijonesa para que esta pueda valorar en sus justos términos, sin prejuicios ni oscuridades, la oportunidad o no de la decisión tomada”.

La mar al fondo

04.06.2010 - ANTONIO VIÑAMIEMBRO DE UPyD

Tras años denostada, brilló espléndida la Laboral. Ingleses, franceses, gentes de toda Europa y algún representante de la cuenca sur del Mediterráneo, se unieron en concilio para sacar adelante las Terceras Jornadas Marítimas Europeas. Las próximas, en Polonia.
Todos los sectores, del turismo a la seguridad, de la pesca y la marina mercante a la militar, de la industria a la ecología, tuvieron su representación. Las administraciones, el mundo de la educación y la investigación, el deporte, todos ellos coincidieron en un sentimiento común. Es necesario enfrontar el futuro con la mirada puesta en la mar.
La alcaldesa de Gijón, doña Paz, nos recordó, en un emotivo discurso, cuando los romanos en compañía de algunos cilúrnigos, decidieron asentarse en el Cerro de Santa Catalina y fundar un puerto cantábrico.
Lo que no recordó la alcaldesa es que Gijón, ciudad en otro tiempo de cinco astilleros, ve reducidos éstos en un momento en que Europa está decidida a potenciar el sector naval.
!Qué pérdida de saberes profesionales, de oportunidad de negocio, de puestos de trabajo, de empresas auxiliares!. En un Musel sobredimensionado, en el que se esperan grandes tráficos, ¿donde van a reparar los buques y construir la nueva flota que se necesitará con una Corea colapsada de pedidos?
El presidente del Principado, don Vicente, empezó su discurso dubitativo. Luego se repuso y largó uno aburrido y manido. Será que piensa que se han olvidado de invitar a la punta de lanza del sector naval de Asturias: los prácticos, la Escuela Superior de Marina Civil, la Náutico Pesquera, Sasemar y otros tantos que han tenido que acudir a nivel particular.
Las conclusiones de Euromares nos presentan un escenario halagüeño en el que es fundamental que se explote la energía de origen marino y la maricultura, que se cree una plataforma con una política marítima integrada dentro de la política marco europea. Hay que revisar la política pesquera para hacerla más ecológica y productiva (algo que es posible según nos demuestran los estudios realizados en el Mar Báltico). Implantar MSFO (Marine Safety Field Office) similar al 'US Coast Guard'. Desarrollar métodos de evaluación económica y programas de formación para el empleo que mejoren la cualificación de los trabajadores. Generar bases de datos sobre los océanos y elaborar mapas marinos europeos adecuados. Necesitamos aumentar las inversiones en infraestructuras y en investigación.
La ciencia precisa de un programa coherente de futuro y euromares es un buen vehículo para conseguirlo.
Este Tercer Congreso de Gijón, marca un hito en el devenir de los planteamientos de la política europea, no solo en lo que respecta al mundo marítimo y marino, sino también en el alumbramiento de una mentalidad que determine la relación de los europeos frente a la mar.
Las nuevas tecnologías nos prometen un conocimiento de ese mundo hasta ahora paralelo y de pronto convergente. Son los inicios de una labor prolongada, que basada en métodos científicos, compute datos que nos hagan considerar los océanos como parte importante de nuestro entorno.
Los mundos científicos, tecnológicos, comerciales y políticos, deben aunar esfuerzos.
María Damanaki, miembro de la Comisión Europea y responsable de asuntos marítimos y pesqueros, en un excelente discurso que tocó todas las áreas de importancia en consonancia con el sentir generalizado de estas jornadas marítimas, nos convenció de que esta vez se va en serio y algo está cambiando.
Jean-François Tellec, secretario del Mar de Francia, con gran claridad de ideas, admitió que Francia ha vivido de espaldas a la mar y asegura que van a cambiar las cosas, desglosando con precisión cuales van a ser las acciones que van a emprender.
El Capitán de Navío, José María Blanco, nos deleitó con su exposición de historia naval. También excelente su trabajo en el libro sobre prehistoria y antigüedad de la historia militar de España, libro de leer despacio, saboreándolo.
El proyecto Pegaso, las energías renovables, incluida la novedosa Osmotic Power, el cambio climático, la producción de biodiesel proveniente de las microalgas y un largo etcétera que sería imposible condensar, nos da idea de la importancia futura de nuestra nueva relación con la mar.

http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20100604/opinionarticulos/fondo-20100604.html