ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

domingo, 21 de noviembre de 2010

Inversiones a dieta

R. VALLE
La Empresa Municipal de Aguas (EMA), con una partida que supera los ocho millones de euros, tiene una más que destacada incidencia dentro del menguado presupuesto inversor municipal para el año que viene. Ayuntamiento, organismos autónomos y empresas municipales aúnan un total de 29,5 millones en su suma de inversiones y transferencias de capital para el año que viene. La misma suma dio un resultado de 71 millones en el ejercicio presupuestario del año 2009. La situación de crisis ya se notó en este 2010 con una capacidad inversora municipal de poco más de 53 millones de euros, que se logró estirar hasta 87 millones gracias a las aportaciones extraordinarias de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Vicente Álvarez Areces en sus, respectivamente, planes «E» y «A» contra la crisis. Para el año que viene no hay fondos extraordinarios ni milagros. Simplemente, poco dinero para invertir y un presupuesto a dieta de mantenimiento para afrontar un año electoral.

Así las cosas, la fuerza inversora del entramado municipal se traslada a las empresas municipales. Y eso que también bajan. La EMA salta de los 10,2 millones de este año a los 8,3 del año que viene. Un dinero que se irá, en sus partidas más importantes, a las anualidades correspondientes del desdoblamiento del interceptor del río Piles, las obras de abastecimiento y saneamiento en Güerces, el saneamiento de Veriña, la mejora de la toma de Cadasa con la estación de tratamiento de La Perdiz y la renovación de la red de agua en La Calzada y Nuevo Gijón.

El final de las obras de construcción de sus pisos en La Camocha es la razón de que la Empresa Municipal de la Vivienda tenga una reducida cuenta inversora de poco menos de medio millón de euros cuando este año contaba con 2,4 millones. También pierde dos millones de inversión la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano. Emulsa cubrirá su 2011 con 2,6 millones de euros que le dan para comprar maquinaria de limpieza urbana (400.000 euros) y de jardines (414.000 euros) y un plan de gestión de residuos (1,2 millones). Las inversiones en la Empresa Municipal de Transportes (Emtusa) se mantienen. El presupuesto de 1,5 millones de euros va casi en su integridad a comprar tres nuevos autobuses articulados.

¿Qué inversiones hay en el presupuesto estrictamente municipal? Las justas. Frente a los casi 35 millones del documento de 2010 ahora se contabilizan menos de 12 millones de euros en el anexo de inversiones del Ayuntamiento para el próximo año. Pocos son los epígrafes millonarios de esa partida. De hecho, casi sobran los dedos de una mano para contarlos. Los proyectos urbanizadores, que incluyen el remate de las actuales avenidas en proceso de remodelación, se llevan 1.087.400 euros y la primera fase de la segunda anualidad de la construcción del complejo asistencial de El Natahoyo -donde irán el Albergue Covadonga, Proyecto Hombre y Calor y Café- tiene una consignación de dos millones de euros. Otra pizquita millonaria se encuentra en el programa de acción social donde el Programa Innovador de Mejora de la Empleabilidad (PIME) tiene una consignación inversora de 2,4 millones de euros.

El siguiente escalafón económico incluye, por ejemplo, una reserva de medio millón de euros para rematar la remodelación de El Molinón, otro tanto para mantener las escuelas taller y 600.000 euros para poner en marcha el único proyecto novedoso en el papel, aunque no en la planificación: la escuela de bebés de Roces.

Mucho menos rimbombantes son las reservas económicas para proyectos con nombre y apellidos en los barrios como los jardines de La Arena, los puentes de Moreda, el centro de mayores de Contrueces, la cubierta del Colegio de Tremañes, el mobiliario de la piscina de La Camocha o el albergue de animales de Serín. A ello se une que el programa de distritos ha quedado reducido a 600.000 euros a repartir entre los seis consejos que gobierna esa ciudad. Ese programa nació al inicio de esta legislatura con una dotación de un millón de euros por consejo de distrito para apoyar la participación vecinal en la elaboración de los presupuestos y la autonomía de los vecinos a la hora de elegir el destino de esos dineros.

Y, como todo baja, también lo hace la dotación para los programas que subvencionan el arreglo de fachadas y la colocación de ascensores: cuatro millones.

Volvemos a «Inilandia»

Los ingresos de cuarenta de cada cien asturianos provienen de las arcas públicas, según un estudio de la patronal. La hucha está exhausta. Toca estancamiento para rato. En este escenario, esta dependencia resulta suicida: ¿de dónde va a salir el dinero?, ¿hasta cuándo podremos mantener una situación semejante? Para acabar con los desequilibrios necesitamos austeridad, reformas... pero, por encima de todo, más actividad que aumente el empleo y, por ende, la recaudación de las administraciones para entrar en un círculo virtuoso. Eso sólo será factible facilitando las cosas para que los habitantes de esta región se conviertan en emprendedores y puedan exhibir aquí la misma capacidad de iniciativa que demuestran lejos de su entorno.

A finales de septiembre el número de trabajadores públicos de Asturias, 74.443, superó al de empresarios y autónomos, 73.558. El Principado recorta su Presupuesto y pese a ello, sin que los sindicatos lo hubieran reivindicado, está dispuesto a hacer fijos a casi 3.000 contratados temporales, cargando de por vida con ese coste. Puede entenderse la descompensación laboral entre lo público y lo privado consustancial a las crisis por el retraimiento de los empresarios. Puede que aunque todas las autonomías estén engordando plantillas de manera irresponsable hasta esos nuevos funcionarios sean necesarios; pero aferrarse a la capacidad empleadora de la Administración para sortear la galerna es un engaño temerario.

Los recursos de cuatrocientos mil asturianos, entre trabajadores, jubilados, parados y subsidiados varios, dependen de la caja común, estatal o autonómica, según un análisis de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) desvelado el pasado domingo por LA NUEVA ESPAÑA. Esta abultada nómina sólo puede admitirse como una emergencia transitoria. Para no hipotecar más Asturias hay que revertir pronto la situación. Pronto resultará inabordable. En funcionarios, parados y subsidiados el Principado tiene porcentajes similares al resto del país. En pensionados se destaca con muchísima diferencia, consecuencia lógica de una población envejecida como ninguna otra y de un voluminoso sector industrial laminado sin traumas a base de prejubilaciones. Buena parte del nivel de vida de Asturias reposa en la renta de este colectivo, que ya equivale al 15% del PIB regional. Pagamos la última factura de la reconversión. El tiempo apremia. Las prejubilaciones masivas no son la alternativa ideal, lo estamos comprobando. Prolongarlas adormece el riesgo individual y convierte en improductivos a operarios en su madurez laboral.

Seamos realistas, no hay para todo. La era del ladrillo tal como la conocimos se acabó, y con ella el espejismo de un desarrollo a toda mecha y las recalificaciones como instrumento rápido e indoloro de acopiar fondos. En cuanto a disponibilidad dineraria se refiere, la cosa sólo puede ir a peor, con Cataluña y su porcentaje de inversión estatal garantizado llueva o truene, con las comunidades forales engrosando su financiación privilegiada, con una Andalucía, granero electoral, mimada con esmero y con pujas inmorales, como la de estos días, para aprobar el Presupuesto. El País Vasco es la región con menos paro de España. Por prestar sus votos nacionalistas para salvar a Zapatero recibirá sólo para promoción de empleo tanto dinero como el Principado en infraestructuras.

Depender del erario público siempre acaba resultando un mal negocio. Bien lo experimentó Asturias, a la que le costó un potosí sacudirse del efecto pernicioso de las empresas estatales, imprescindibles durante una época para el despegue de España y ruinosas más tarde por estar volcadas en sectores ineficientes. No podemos caer ahora en la trampa de convertirnos por una vía alternativa otra vez en «Inilandia», aquellos años en los que el bienestar de 60.000 familias de esta tierra se cocinaba en la sede madrileña del Instituto Nacional de Industria (INI).
Si las administraciones no normalizan pronto su recaudación, no hay Presupuesto social, ni subsidios de paro, ni pensiones, ni salarios básicos, ni inversiones que valgan. El aumento de ingresos y la disponibilidad de recursos, la sostenibilidad del sistema, en definitiva, sólo llegará con el crecimiento económico. La tasa de actividad de Asturias, el porcentaje de ciudadanos que están en edad de trabajar respecto a la población total, es la más baja de España. La tasa de empleo, el porcentaje de personas ocupadas sobre la población activa, es la menor del país, tras Extremadura. Ahí es donde hay que remangarse, no en perseguir momios.

Para crecer, para crear empleo, no necesitamos al Estado o a la comunidad autónoma como contratistas: necesitamos emprendedores. Cuantos más, mejor. Cualquier opción basada en el paternalismo, el proteccionismo y la subvención no los fomenta. Los empresarios tienen que recuperar un papel protagonista en la economía asturiana por su obra, no convertirse en cabezas de turco. Los expertos calculan que hay que promover 100.000 nuevos puestos de trabajo para que Asturias empiece a volar. A ver quién de una vez da un giro radical a la política económica y se atreve a prometerlos.

¿Qué Asturias queremos? Después de entregarlo todo para salvar bancos y haciendas, la columna vertebral, los gobiernos mundiales están virando. Dan mayor responsabilidad al individuo que a las instituciones, proponen menos ayudas y más mercado. Por ahí hay que avanzar.
La industrialización llegó en el siglo XIX de la mano de ilustres apellidos extranjeros que perviven en la memoria. Las empresas estatales, de todos los tamaños y colores, recogieron el testigo en el XX, primero por razones estratégicas, luego sociales. Con apenas una década transcurrida del XXI repetir el error y retornar a la casilla de salida de la que tanto luchó la región por alejarse es una forma tan estúpida como segura de fracasar. Los asturianos necesitan tomar de una vez las riendas de su destino económico.

Presupuestos Ayunatamiento de gijon 2011

Un mal año en un «excepcional» mandato, con 400 millones en planes inversores

La compleja situación económica y el carácter finalista de un presupuesto que debe culminar los proyectos pactados por IU y PSOE para estos cuatro años de gobierno común marcan unas cuentas municipales que hacen retroceder al Ayuntamiento hasta el año 2007. Entonces Gijón se gestionó con un presupuesto consolidado de 288 millones. Dos más que el próximo año. Atrás quedaron los tres ejercicios presupuestarios en los que el entramando municipal gijonés manejaba fondos por encima de los 300 millones de euros.

Pero ante este salto al pasado y el anuncio de un presupuesto austero y limitado en sus inversiones para el futuro, el edil de Hacienda Santiago Martínez Argüelles quiso resaltar que estas vacas flacas llegan después de «varios años de excepcionales inversiones». El edil cuantificó en 400 millones de euros el dinero que se habrá dedicado desde el Ayuntamiento a invertir en la ciudad entre 2007 y 2010. Inversiones que incluyen también las aportaciones de los fondos extraordinarios anticrisis.

Para el año que viene nada nuevo bajo el sol. Las partidas de carácter inversor se centran sobre todo en dar continuidad a proyectos en marcha y cumplir con acciones tradicionales como los planes de rehabilitación de fachadas y de accesibilidad, a la que se reservan cuatro millones de euros, o los planes de inserción laboral, que se llevan 2,5 millones. El plan de avenidas queda reducido a un millón de euros para acabar con lo iniciado. Quedan para mejor ocasión, por ejemplo, la reforma de Manuel Llaneza. A la hora de pensar en construcciones la única novedad es el arranque de la escuela de bebés de Roces, a la que se reserva una partida de 600.000 euros.

Unos dos millones de euros se van para seguir con la edificación de un complejo asistencial en El Natahoyo y medio millón de euros para rematar la reforma integral de El Molinón. La cubierta del patio del colegio de Tremañes tiene una reserva económica de 190.000 euros, otros 200.000 se van a la reforma del centro social del mismo barrio y 160.000 euros para la segunda fase del albergue canino. La segunda anualidad de las nuevas edificaciones Puebla d'Asturies tiene una partida nueva de 118.000 euros. El plan de inversiones por distritos queda reducido a una partida de 600.000 euros cuando empezó siendo de 6 millones.

El gobierno local anuncia un presupuesto para 2011 «austero y muy comprometido»

El aumento de 3,5 millones por el IBI urbano compensa una mínima parte de los casi 30 millones de rebaja en los ingresos provocada por la crisis

 Las cifras definitivas ya están sobre la mesa. El Ayuntamiento de Gijón asumirá el último año de mandato de Paz Fernández Felgueroso con un presupuesto de 200.319.500 euros que se estira hasta los 286.081.160 al sumar las cuentas de las empresas municipales y los organismos autónomos. Estas cuantías suponen un descenso del 10, 3 y el 9%, respectivamente, sobre los presupuestos municipal y consolidado que se están ejecutando en el actual ejercicio presupuestario. Este dinero es la referencia numérica de un «presupuesto austero, riguroso y muy realista y comprometido. Un presupuesto que defiende las políticas sociales, de empleo y vivienda que son nuestro emblema». Así lo definió Santiago Martínez Argüelles, edil socialista de Hacienda y candidato de su partido a la Alcaldía de Gijón, tras salir de una sesión extraordinaria de la Junta de Gobierno donde el borrador presupuestario logró el apoyo de los ediles del PSOE e IU. El proceso de aprobación de este presupuesto culminará en un Pleno previsto para el 17 de diciembre.

El punto de partida de los ajustes presupuestarios está en la compleja situación económica que afecta a los ingresos del Ayuntamiento. Los recortes previstos por el equipo económico municipal incluyen la pérdida de los seis millones para gasto corriente que este año llegaron a través del «plan E» además de una reducción de 5,3 millones en el impuesto de construcciones por la anulación del proyecto de la regasificadora y de 3 millones en la venta de patrimonio. Los pasivos financieros bajan 16,5 millones al limitar a seis millones el recurso a deuda para el año que viene. Los únicos incrementos se esperan de la recaudación del IBI urbano (3,5 millones más) y del fondo complementario de financiación (3,4 millones). La memoria de ingresos consolidados establece un descenso del 0,56% en los ingresos corrientes y del 50,78% en los ingresos de capital, que pasan de los 52,29 millones de este año a los 25,74 previstos para el año que viene. La deuda viva municipal a 31 de diciembre del año que viene estará en 169,4 millones: un 4,3% menos que el último día de este año.

Y aunque en el capítulo de gastos se impone un férreo control del gasto corriente la tijera va directa al anexo de inversiones. El presupuesto estrictamente municipal las limita a doce millones, que se elevan hasta los 29,5 sumando inversiones en empresas y transferencias en el presupuesto consolidado. Ese mismo apartado (que suma los capítulos 6 y 7 del presupuesto) tenía este año una dotación de 53 millones. Los gastos financieros crecen un 14,22% por los tipos de interés.