ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El PP acusa a Areces de invertir 103 euros por gijonés, frente a los 719 por asturiano

Pilar Fernández Pardo tiene más que clara su opinión sobre las razones y el trato que recibe Gijón en los Presupuestos autonómicos para el año que viene: los últimos que llevarán la firma de Vicente Álvarez Areces, el actual presidente regional y anterior alcalde gijonés. «Areces se despide castigando a la ciudad que era su plaza fuerte, Gijón, y lo hace porque prevé que Gijón cambiará de gobierno en favor del Partido Popular», sentenciaba ayer la líder local del Partido Popular en una comparecencia pública para analizar las cuentas regionales y en la que estuvo acompañada por la diputada regional Ana Barrientos.

A Pardo y a Barrientos no les salen buenos números para Gijón. Sobre todo cuando miran los 28,4 millones de euros que se pueden encontrar en el anexo de inversiones en proyectos vinculados directamente al municipio gijonés. «Eso supone sólo un 7% de toda la inversión de Asturias», indicaba Pardo antes de ofrecer un dato mucho más ilustrativo. «El Principado invierte 103 euros por cada gijonés cuando la media es de 719 euros: 616 euros menos que otros asturianos», aseveraba la concejala y diputada nacional. Esa misma cuenta la realizaron el año pasado con igual disgusto en el resultado final: 152 euros de inversión por gijonés frente a 671 euros de media por asturiano. Entonces, el gobierno del Principado achacó al PP que se había «olvidado» de otros 80 euros que estaban dentro de partidas generalistas.

Esa polémica tenía en mente ayer la diputada Ana Barrientos al recordar que «esto es lo que hay, no otra cosa», en referencia al anexo de inversiones. Como mucho las portavoces del PP elevan el compromiso regional con Gijón a unos 33 millones de euros sumando trasferencias e inversiones. «Pero entonces salimos peor porque es el 4,3% del total», remataba Pilar Fernández Pardo. El PP denuncia, además, que estas cuentas suponen un recorte del 40% sobre el presupuesto del año pasado, que ya venía rebajado con respecto al ejercicio anterior. Pardo y Barrientos aún no han tenido tiempo para hacer todas las comparativas, pero ya saben, por ejemplo, que Gijón recibe menos inversión que Avilés, que supera los 29 millones de euros comprometidos en ese documento.

Las criticas populares van tanto a la cantidad como a la calidad de los proyectos que el Principado asume en Gijón. Ninguna novedad y muchas ausencias. «Nada para vivienda de protección, nada para la estación de autobuses, nada para el tren-tran..., y partidas como la de la adecuación del solar de Peritos, que no pasa de ser un asiento contable porque nunca se ejecuta», enumeraba ayer la concejala. La mayor parte de los proyectos del Principado para el año 2011 son la anualidad correspondiente a viejas obras como el Palacio de Justicia de La Bohemia, la piscina de La Camocha o el nuevo Colegio Jovellanos en la zona centro. También están varias actuaciones vinculadas al «plan A», que se había consensuado en un acuerdo en enero de este año, pero que llevan un gran retraso en la ejecución de las obras.

La crisis económica tampoco les parece a Pardo y a Barrientos un argumento a tener en cuenta al analizar el escaso peso de Gijón en los Presupuestos Regionales. Y es que crisis hay para todos, pero, en datos ofrecidos por Ana Barrientos, la reducción general de la inversión en Asturias es del 12,7%, mientras en el caso de Gijón ese porcentaje es del 30%. «El ritmo de crecimiento de Gijón está muy por debajo de la media regional», explicó Barrientos, que culpó de esos números a la incapacidad de un gobierno que «es una máquina de malgastar dinero» y ha diseñado «unos presupuestos a la griega con ingresos inflados y unos gastos que no son fiables». Para Barrientos, esa realidad es aún más dolorosa ante la presión impositiva que sufren los asturianos de su gobierno y que, en opinión de la diputada regional del Partido Popular, se malgasta en mantener un entramado de fundaciones, puestos y organismos vinculados a los líderes socialistas. «Inasumible» fue la palabra utilizada por Barrientos para definir los Presupuestos de Asturias y su aportación a Gijón.
Depuración

El Principado garantiza una aportación de 3,6 millones de euros a la Empresa Municipal de Aguas para asumir la explotación de los sistemas de depuración locales. Es una de las partidas más importantes que llegan a Gijón fuera del anexo de inversiones.

Centro de Arte

A la Fundación que controla el Centro de Arte y Creación Industrial de la Laboral se reservan en esta ocasión 1.150.000 euros, frente a los poco más de 200.000 del presupuesto aún vigente.

Cine y jóvenes

El área de Cultura del Gobierno regional concreta su colaboración con el Festival de Cine de Gijón y los Encuentros de Juventud de Cabueñes, con una aportación de, respectivamente, 97.420 y 35.000 euros.

Museos etnográficos

A la Fundación Municipal de Cultura llegarán 57.938 euros para colaborar con la gestión de la red de museos etnográficos. Hay que tener en cuenta que el Muséu del Pueblu d'Asturies es la cabecera de la red de equipamientos etnográficos de toda Asturias.

Cámara de Comercio

El Principado de Asturias incluye en la documentación de sus presupuestos para el año que viene una partida de 62.000 euros destinada a la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón.

La educación española sigue por debajo de la media

UROPA PRESS El nivel de comprensión lectora de los alumnos españoles en el informe PISA 2009 se sitúa en los 481 puntos, veinte puntos más que en la última edición (2006), aunque sigue por debajo de la media de la OCDE (493 puntos). De esta manera, España vuelve a recuperar el nivel de 2003, pero no el de 2000, que fue el año de mejores resultados, con 493 puntos.

Esta es una de las principales conclusiones de los resultados de España en el Informe PISA 2009, que ha sido presentado este martes por el secretario de Estado de Educación y Formación Profesional, Mario Bedera. Esta edición, que mide las competencias de unos 27.000 alumnos de 15 años, de 910 centros, en Matemáticas, Ciencias y comprensión lectora, se ha vuelto a centrar en esta última, al igual que en el año 2000.

"PISA no califica los sistemas educativos de los países sino que estudia una parte cuantitativa en tres materias de estudio; tampoco es un ránking", ha señalado Bedera, para añadir que de los seis niveles que existen, España se sitúa en el tercero. "PISA no mide conocimientos, sino competencias básicas, es decir, la capacidad del alumnos para poner en práctica lo que han aprendido. Mide su rendimiento y las razones que explican los resultados del sistema español", ha apostillado.

Sobre las competencias en Ciencias y Matemáticas, los alumnos españoles han mejorado ligeramente los resultados en la segunda (483 puntos) y han mantenido los niveles alcanzados en el año 2006 en la primera, con 488 puntos. Sin embargo, todos estos datos siguen siendo inferiores al promedio de la OCDE, ya que en Matemáticas se sitúa en 496 puntos y en Ciencias en 501 puntos.

En cuanto a los niveles de rendimiento de los alumnos en comprensión lectora --acceder y obtener información, integrar e interpretar y reflexionar y valorar--, el 20 por ciento de los estudiantes españoles evaluados no alcanzan el mínimo, un dato similar al de Francia e Italia. Sin embargo, del 80 por ciento restante, muy pocos alcanzan niveles máximos. Así, mientras sólo el tres por ciento de los españoles llega al nivel 6, éste lo alcanza el ocho por ciento de la media de los países de la OCDE.

MADRID, CATALUÑA Y CASTILLA Y LEÓN

De las 14 comunidades autónomas que han ampliado su muestra para obtener datos propios --todas menos Extremadura, Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha--, las que mejores resultados han obtenido en comprensión lectora son Madrid, Cataluña, Castilla y León, Navarra, País Vasco y Aragón que se sitúan por encima de algunos de los países con buenos resultados en comprensión lectora y superiores, por tanto, a la media de España.

No obstante, el secretario de Estado ha indicado que esta diferencia entre comunidades es "mínima" (menos de cuatro puntos). "Si le restamos el índice sociocultural, las diferencias son despreciables", ha señalado Bedera, que ha puesto como ejemplo que dos tercios de los padres de los alumnos de esta edad en Madrid tiene estudios medios o superiores, comparado con los andaluces, que sólo un tercio cuenta con este nivel educativo.

"Prácticamente, las diferencias entre comunidades son nulas", ha aclarado, para añadir que éstas no existen entre los centros y sí entre los alumnos de los propios centros, que roza el 70 por ciento. En este sentido, el secretario de Estado ha indicado que este dato responde a la falta de autonomía de los centros escolares, así como a una deficiente implicación de las familias, alumnos o profesores. "Estos sin los items que tenemos que tocar y a los que dirigir nuestras políticas", ha subrayado.

MUCHOS REPETIDORES CON MALOS RESULTADOS

Otro de los datos relevantes de este informe es que España tiene un porcentaje de repetidores "muy superior" a la media de los países de nuestro entorno, ya que alcanza el 36 por ciento en la muestra, y que estos alumnos tienen bajo nivel a pesar de haber repetido curso. Los países con menos repetidores, como Finlandia este dato es del 5 por ciento.

"Tenemos un porcentaje alto que hay que mejorar", ha reconocido el secretario de Estado, que ha aprovechado para advertir de que este dato refleja que el sistema educativo español "no es un coladero", sino que es "muy duro y riguroso".

"Los resultados son muy negativos. Más de uno o dos niveles de diferencia respecto a los alumnos que no repiten. Este es un asunto que hay que replantear y mirar alrededor para ver lo que hacen en otros países; es un tema tabú en el que tememos que entrar", ha reconocido. En este sentido, Bedera ha destacado el caso de Finlandia, que "le da a cada alumno una atención personalizada". "Hay que afinar desde Primaria cómo integrar a los alumnos para que estos no repitan", ha recalcado.

La sorpresa de Castilla y León y la enorme brecha entre autonomías del Norte y del Sur

España no remonta. En relación con las primeras pruebas PISA (años 2000) el país tiene doce puntos menos en comprensión lectora, mantiene la puntuación en ciencias respecto a 2006 y baja un par de puntos en capacidad matemática respecto a 2003.

Hablamos de la media, y ésa la hunde media docena de comunidades. Dejando a un lado Ceuta y Melilla -con parámetros académicos no europeos- hay autonomías que se alejan peligrosamente. Andalucía es todo un clásico (52 puntos menos que Castilla y León en Matemáticas, y 32 menos que Asturias), pero junto a los andaluces los resultados en las Canarias asustan: ocupa el último lugar en el «ranking» autonómico en las tres competencias, seguida a poca distancia por la comunidad balear, una de las más ricas del país en términos de producto interior bruto (PIB).

Los resultados no engañan. Los que andan mal en competencia lectora también renquean en matemáticas y ciencias. Fallan los sistemas o la organización de esos sistemas, no fallan los alumnos ni los profesores. La mayor diferencia está en Cataluña, comunidad que tan sólo ocupa el noveno puesto en ciencias y que, sin embargo, ocupa el tercer puesto en lectura. Por cierto: son datos contradictorios con los arrojados por las pruebas de diagnóstico del Ministerio de Educación el pasado año. Las pruebas de competencia lectora de PISA 2009 se centraban en esta edición en los formatos digitales, lo que puede explicar en parte la contradicción.

La Rioja, la mejor comunidad en las pruebas de diagnóstico del Ministerio, ocupa en el Informe PISA un buen lugar, pero no de liderazgo. La gran sorpresa ha sido Castilla y León, con unos resultados excelentes. «Desde el punto de vista del Informe PISA tenemos que aprender cosas de otras comunidades», reconoció el consejero Sastre, «pero Asturias también puede dar alguna lección». En términos puramente matemáticos, si incluimos el puesto nacional en las tres competencias, Asturias ocuparía la octava plaza, tras Castilla y León, Navarra, La Rioja, Madrid, Aragón, Cataluña y el País Vasco, por este orden.

Tras Asturias, llegan Cantabria y Galicia. La brecha Norte/Sur se afianza, por tanto. Las tres últimas comunidades en el «ranking» son Baleares, Canarias y Andalucía, pero otras tres no participaron en las pruebas PISA: Castilla-La Mancha, Extremadura y la Comunidad Valenciana.

Asturias: leemos mejor, calculamos peor

El Principado se sitúa en niveles similares a la OCDE y algo superiores a la media española - La región gana 13 puntos en competencia lectora, pero pierde siete en ciencias

 EDUARDO GARCÍA Los alumnos asturianos mejoran en comprensión lectora, y no avanzan en competencias matemática y científica, según los datos del último Informe PISA que se dieron a conocer ayer. Asturias se sitúa por delante de la media española en las tres disciplinas, e incluso en la científica supera la media de la OCDE, el grueso de países entre los que se incluye la mayoría de los europeos.

El Informe 2009 pone en evidencia la eclosión de los países del Extremo Oriente, el parón estadístico de los europeos, los mediocres resultados de España, y el discreto puesto asturiano en el ranking nacional (novena comunidad en matemáticas, octava en competencia lectora y séptima en ciencias). «Asturias resiste la comparación con los sistemas educativos de los países miembros de la OCDE», señaló ayer el consejero de Educación, Herminio Sastre, al explicar los datos. «Los resultados indican que nuestro sistema tiene un cierto valor añadido, por encima de países con un PIB mayor que el nuestro». Para el responsable de la Consejería de Educación «no se trata tanto de recursos como de organización» y de trabajo de los docentes que en Asturias -dijo- «funcionan muy bien».

Las pruebas PISA fueron realizadas el pasado año con escolares de 15 años, es decir, a punto de abandonar la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Unos 25.000 en todo el país, y 1.536 en Asturias. Las pruebas afectaron en el Principado a 54 centros públicos y privados. Respecto a los «exámenes» de 2006 los escolares asturianos ganan 13 puntos en comprensión lectora pero pierden tres puntos en matemáticas y siete en ciencias.

Si al consejero Sastre los resultados le permitieron pasar un puente de la Constitución tranquilo, al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, no tanto. Un dato para ponerse a temblar: España tiene hoy en competencia lectora 12 puntos menos que tenía en el año 2000, cuando se celebraron las primeras pruebas PISA. Algo falla, y muy gordo.

Las pruebas incidieron el pasado año en la competencia lectora, donde España había hecho literalmente el ridículo en 2006. En esta materia Asturias se sitúa con datos casi iguales a la media de la OCDE. Los alumnos evaluados en el Principado fueron divididos en seis niveles (el 1 para los resultados más pobres y el 6 para los mejores). El 76,1% de esos alumnos entra en los grupos 2, 3 y 4; el 18,2% se queda en el nivel 1 y tan sólo el 5,7% alcanza los niveles 5 y 6. «Algo tenemos que hacer en este sentido» para aumentar el número de alumnos de excelencia, reconoció el consejero Sastre.

Asturias tiene un sistema que deja a pocos alumnos en la cuneta (fracaso escolar que es la mitad de la media española) pero que tampoco logra consolidar un sector de alumnado de altas prestaciones. En Asturias funciona el término medio: la dispersión de resultados en las pruebas es más pequeña en Asturias que en la media de la OCDE, y lo mismo sucede con los datos por colegios, que por otra parte no se harán públicos, aunque sí llegarán a cada centro.

Los porcentajes de alumnos en Asturias en niveles bajos o muy bajos de rendimiento son también más reducidos que en buena parte de las comunidades autónomas y que en países como Estados Unidos, Suecia, Francia, Italia y Austria, si analizamos los resultados en competencia científica.

El escaso porcentaje de los alumnos de alto nivel afecta a las otras dos competencias, además de a la lectora. Un ejemplo: los alumnos con niveles 5 y 6 en matemáticas, en Asturias, representan el 10%, pero en Finlandia llegan al 23%, y en Castilla y León, la comunidad que sale mejor librada en el Informe PISA 2009, se alcanza el 15%. Cinco puntos de diferencia con la comunidad vecina, y eso que sólo nos separa el Pajares.

Otro dato para reforzar la tesis de que el sistema educativo asturiano no es el mejor caldo de cultivo para la excelencia: el porcentaje de alumnos «nivel 6» en comprensión lectora en el Principado es 0 (igual que en España). 

 

 

Necesita mejorar (Analisis E. Secundaria PISA 2009)

JESÚS PALACIOS 08/12/2010 Una primera lectura de los resultados del Informe PISA lleva a la conclusión de que la educación española necesita mejorar. El rendimiento del alumnado de 15 años sube un escalón en comprensión lectora, pero solo para situarse donde estaba en 2003. Con muy ligeros avances, se mantienen posiciones en matemáticas y conocimiento científico. Comparados los datos con el promedio de la OCDE, la puntuación es de aprobado bajo. Los resultados no permiten una lectura catastrofista (España a la cola europea en educación, por ejemplo), pero tampoco triunfalista (gran avance respecto a la evaluación anterior). En lo único que estamos junto a los mejores es en equidad educativa, es decir, en la capacidad del sistema educativo para ayudar al alumnado sea cual sea su procedencia familiar. Un dato muy positivo, sin duda, pero insuficiente para estar satisfechos.
Dentro de España, hay tanto semejanzas como diferencias entre las comunidades (no todas han participado con muestra propia en el estudio). Una de las semejanzas que llaman la atención es el pobre rendimiento en la comprensión de textos no lineales (es decir, cuadros, diagramas, mapas, tablas...). La enseñanza de la lengua se ha centrado en los aspectos estructurales (teoría de la lengua), dejando muy en segundo plano los funcionales (uso del lenguaje para entender, para expresar ideas y reflexionar sobre ellas). En consecuencia, el alumnado español está mejor preparado, por ejemplo, para definir la diferencia entre polisemia y homonimia, que para comprender adecuadamente una tabla en la que se comparan las ventajas e inconvenientes de viajar en avión o en AVE, por ejemplo. Y menos mal que en las pruebas PISA no se evalúa la expresión de ideas por escrito, porque las elaboraciones de textos o redacciones apenas ocupan ya lugar relevante en nuestras aulas.
Algunas de las notables diferencias entre comunidades se explican por el retraso educativo de la población adulta. En concreto, los resultados de Baleares, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla presentan perfiles preocupantes que se deben, en parte, a la mayor desigualdad económica y educativa del pasado. Pero justamente la tarea de la educación es contribuir a modificar ese estado de cosas. Los retrasos solo se recuperan si se avanza más y más deprisa, si el esfuerzo es mayor, si el compromiso con la mejora es más decidido y eficaz.
Por lo demás, las diferencias de rendimiento dentro de un mismo centro son más notables que las que se dan entre unos centros y otros, o entre unas comunidades y otras, lo que significa que es mucho lo que se puede hacer dentro de cada centro educativo para mejorar sus resultados.
Los datos de PISA no deben ser utilizados para defenderse de ellos con argumentos diversos, sino que deben ser un acicate para mejorar la práctica educativa, los contenidos y los métodos de enseñanza. Si no lo hacemos así, seguiremos batallando entre el suspenso alto de un año y el aprobado bajo de otro. Y lo que queremos para nuestros chicos y chicas es mejor que eso. PISA hace el diagnóstico. Cada autoridad educativa y cada centro escolar tienen ahora que acertar con el tratamiento.
Jesús Palacios es catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Un país, dos escuelas (PISA 2009)

Las autonomías del norte superan con holgura el examen; el sur suspende - Los expertos lo atribuyen a factores socioeconómicos, culturales y de gestión 

 Los resultados de las comunidades en el informe PISA 2009 prácticamente dividen el mapa en dos partes iguales, distinguiendo norte y sur. Las del norte y aquellas cuyo nivel socioeconómico y cultural es más elevado, o sea, las mismas, salen más airosas. "No sorprende. La industrialización modificó el nivel económico, social y cultural en el norte", explica Miguel Recio, del Observatorio de la Fundación 1º de Mayo (CC OO). "En cambio, las tierras del sur han estado en manos de latifundistas que querían mano de obra barata, no gente formada. Y eso no se cambia en un par de generaciones, porque un indicador básico del éxito escolar es el nivel cultural de la familia".

 

Pero las diferencias entre los resultados de unos alumnos y otros no se explican solo por eso. El informe PISA pone de manifiesto la gran influencia que tiene la gestión del propio centro, los recursos humanos y materiales y las estrategias educativas que se emplean en cada colegio. Eso es lo que más influye en las diferencias de datos entre alumnos. Lo que ocurre es que en el sur el porcentaje de alumnos con dificultades puede ser mayor y, por tanto, la gestión de esta realidad se torna más compleja en la escuela. Y, como en un bucle, que haya más alumnos con dificultades en el sur puede remitir de nuevo a razones históricas. Tres comunidades han decidido no pasar esta evaluación: Castilla-La Mancha, Extremadura y la Valenciana.

ANDALUCÍA Necesita mejorar

Andalucía no acaba de saltar al pelotón de los avanzados; sus resultados mejoran un poco respecto a la anterior evaluación, pero no tanto como para cruzar la línea roja que divide el mapa. Ahora bien, dentro de ese bloque más flojo, es la segunda en comprensión lectora y científica. Tres años después, Andalucía avanza en lectura y retrocede en lo demás. "Hay que mejorar más y más rápido", reconocen en la Junta.

ARAGÓN Matemáticos notables

La comprensión lectora de los alumnos aragoneses también mejora respecto a 2006, y en la tabla aparecen los cuartos en resultados matemáticos y los sextos en competencia científica. En todo, Aragón está por encima de la media española.

ASTURIAS A la mitad de la tabla

Asturias también puede presumir de superar la media española, pero apenas sobrepasa en un punto la de la OCDE en competencia científica; en el resto de lo evaluado, lectura y matemáticas están por debajo.
BALEARES Dificultades educativas
Mediocres resultados presentan las islas Baleares en su primera evaluación para PISA de forma independiente: por debajo de la media española en todas las disciplinas consideradas. Esta comunidad suele tener dificultades educativas, tanto a los 15 años como en etapas posteriores: su menor índice de desempleo saca a los alumnos del instituto demasiado temprano.

CANARIAS A la cola

Canarias admite pocas comparaciones. Excepción hecha de Ceuta y Melilla y es la última comunidad de la tabla, los peores resultados, si bien es ciertos que hay tres comunidades que no han pasado su propia evaluación, Castilla-La Mancha, Extremadura y la Comunidad Valenciana.

CANTABRIA Aprueba sin dudas

Cantabria está entre las 10 mejores, pero en ningún caso evaluado supera el promedio de la OCDE. A la mitad de la tabla, Cantabria está ligeramente por encima de los resultados españoles en su conjunto.

CASTILLA Y LEÓN La primera

Una buena cantera de científicos y matemáticos, a juzgar por los resultados. Encabeza la lista en ambas disciplinas y, además, comparte con Madrid el primer puesto en comprensión lectora, donde ha experimentado una subida notable desde la anterior prueba. No es nuevo, esta comunidad suele tener buenas notas. Sus estupendas calificaciones la sitúan por encima de la media de la OCDE.

CATALUÑA A la cabeza

Cataluña ha pegado un estirón en comprensión lectora desde 2006 y se coloca la tercera en la lista. En el resto de las pruebas está por encima de la media española, pero ya cae varios puestos, lo que la sitúa solo cercana al promedio de la OCDE. "Es el triunfo de la cultura de la evaluación y el reconocimiento al trabajo de los docentes", dijo ayer el consejero de Educación catalán, Ernest Maragall.

GALICIA Sobresaliente en ciencia

Lo que más destaca en esta comunidad son sus resultados en competencia científica, 506 puntos, por encima de la OCDE. En el resto ocupa un lugar centrado en la tabla nacional. Han mejorado en lectura. Los responsables educativos se muestran satisfechos, pero sus declaraciones son mesuradas y en el sentido de seguir trabajando.

LA RIOJA Entre los mejores

Ocupa los primeros puestos en todas las competencias y destaca especialmente en las ciencias. Sus resultados se han elevado en comprensión lectora respecto a la evaluación precedente y puede jactarse de estar por encima de la OCDE en todas las disciplinas evaluadas.

MADRID Excelentes lectores

Esta comunidad va muy bien en comprensión lectora y también sus resultados matemáticos y científicos la sitúan en los primeros puestos de la tabla. Supera la media española y también la de la OCDE; y todo ello a pesar de que sus muchos repetidores lastran los resultados.

MURCIA Resultados escasos

Vuelta al sur, vuelta a los resultados más escasos. Los murcianos se acercan a la media española aunque no llegan a tocarla a pesar de que son los mejores entre los últimos puestos.

NAVARRA Los que suben la media

En los puestos más altos, la media navarra en todas las disciplinas está por encima de la que muestra la OCDE. Ha experimentado un salto en comprensión lectora respecto a 2006 y es la segunda en matemáticas y la tercera en ciencias.

PAÍS VASCO Hacia la excelencia

Sea por la industrialización y el nivel formativo de sus ciudadanos o por su sistema educativo, el País Vasco presenta unos resultados muy notables. Por encima de la media de la OCDE en lectura (siete puntos más que en 2006) y en matemáticas, y a la mitad de la tabla en ciencias. "Hay potencial de crecimiento hacia la excelencia", dicen los responsables.

CEUTA Y MELILLA Muy deficiente

Las dos ciudades autónomas, gestionadas por el Gobierno, se sitúan en el escalón más bajo. Alrededor de los 100 puntos debajo de la media de la OCDE en lectura y resultados muy mejorables en el resto de disciplinas.

El instituto marca la diferencia

Las diferencias en los resultados de unos alumnos y otros por comunidades pueden estar en torno a 20 o 30 puntos, pero si se comparan los resultados entre unos institutos y otros esas diferencias pueden alcanzar más de 100 puntos. Y cuando se miran los resultados de un alumno y otro en el mismo centro, la diferencia en sus notas puede ser de hasta 600 puntos.
Es lo que ocurre en el propio centro lo que más peso tiene sobre la nota, porque ahí están las verdaderas diferencias, según explican en el Ministerio de Educación a partir de los datos PISA. "No son tan significativos esos 20 puntos entre comunidades o entre un país y otro, lo más importante es lo que ocurre dentro de un centro", explica Enrique Roca, director del Instituto de Evaluación del ministerio.
La capacidad del centro para amortiguar las diferencias entre alumnos tiene más influencia en los resultados que el nivel socioeconómico y cultural, es decir, un instituto con recursos podría sobreponerse a la marca de casa que ya traen los alumnos por el perfil cultural de la familia. Pero siempre que se tengan recursos.
Si no los hay, el factor socioeconómico cobra peso. Y también que todos los alumnos sean una población homogénea, sin grandes diferencias entre ellos. Quizá esa es la razón de que, normalmente, los centros privados saquen mejor nota, entre 26 y 38 puntos más, según la disciplina de que se trate. Esas diferencias están más matizadas en la OCDE, con solo 10 puntos entre unos centros y otros.
La llegada masiva de inmigrantes a la escuela siempre ha supuesto una dificultad añadida para el éxito global, porque incrementa la heterogeneidad que han de afrontar los maestros.

La escuela se instala en la mediocridad PISA 2009)

El nivel educativo de los españoles de 15 años es menor al de la media de la OCDE - Los métodos caducos y la deficiente formación del docente se señalan como causa

El mayor examen a la educación mundial sitúa a España atascada por debajo de la media de la OCDE en lectura, ciencias y matemáticas. Solo sale airosa la mitad norte del país. El epicentro educativo se desplaza hacia Asia
La educación española está instalada en la mediocridad. Y si a muchos les puede parecer excesiva esta palabra, lo cierto es que pasan los años y no consigue alcanzar la calidad media de los países desarrollados, al menos, según la mide el informe PISA 2009 de la OCDE, que cuantifica lo que saben hacer los alumnos de 15 años de 65 países con sus conocimientos de lectura, matemáticas y ciencias. En todas ellas, el estudio presentado ayer, que muestra la emergencia de Asia también en educación, coloca a España por debajo de la media y dibuja un sistema que funciona mejor que otros en las peores circunstancias (con alumnos de contextos más desfavorecidos) pero falla claramente en excelencia.
Según los especialistas consultados, esta realidad no cambia, o lo hace poco, porque, a pesar de algunas modificaciones, no se han tocado suficientemente aspectos que lastran. Por ejemplo, la organización parcelada de las asignaturas y sus contenidos, la formación y la selección del profesorado para elegir a los mejores, la autonomía de los centros y capacidad pedagógica de la dirección escolar, o la elevada repetición de curso, resume el catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Granada Antonio Bolívar. El Ministerio de Educación y las autonomías trabajan para poner en marcha algunas de esas ideas, pero el catedrático de Sociología de la Complutense Julio Carabaña sostiene que no se mejora, simplemente, porque es muy complicado, como demuestra que no lo ha hecho casi ningún país en esta década. Sin embargo, aunque pocos, sí hay ejemplos de mejora. Portugal ha pasado de 470 puntos en lectura en 2000 a 489 en esta última, lo que sí le coloca plenamente en la media de la OCDE.
Por contra, los alumnos españoles han tenido en lectura (en lo que se centra esta vez el examen) 481 puntos de media, 12 por debajo de la de la OCDE. Y aunque en 2006 fueron 461 (Educación siempre ha mantenido que ese bajón se debió a alguna disfunción en aquellas pruebas), la comparación con el informe de 2000 -año en que el test también se centró en la lectura-, España baja 12 puntos, mientras que la media de la OCDE ha descendido desde entonces siete.
Los resultados en ciencias y matemáticas también permanecen en el mismo lugar. Los alumnos españoles mejoran en tres puntos los 480 alcanzados en 2006 -pero aún inferiores a los 485 de 2003- y en ciencias igualan la puntuación de hace tres años (488, frente a los 487 de hace seis). En matemáticas, la media de la OCDE es de 496 y, en ciencias, de 501.
Son, en definitiva, unos resultados muy parecidos a los que años anteriores se calificaron como mediocres, aunque tanto el ministerio como numerosos especialistas insisten en colocarlo entre el aprobado y el bien. El sistema español, recordó ayer el secretario de Estado de Educación, Mario Bedera, se ha enfrentado en la última década a la llegada masiva de inmigrantes: en 2000, un 2% de extranjeros; hoy son el 10%. Los estudiantes locales obtienen 488, los inmigrantes, 432.
Esas diferencias son mayores que las de media de la OCDE, de 44 puntos entre nativos y extranjeros. Así pues, si España es el segundo país en equidad -contada como la diferencia de resultados entre regiones y centros, solo por detrás de Finlandia, según recordó Bedera-, sí tendrá algo que mejorar en la atención a inmigrantes. Y en otros aspectos. El catedrático de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Extremadura Lorenzo Blanco y la profesora de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Santiago Maria Pilar Jiménez apuntan algunos: mejorar la formación de los profesores, cambiar unos contenidos que son del siglo pasado y potenciar la enseñanza práctica.
Lo que marca la diferencia es, según Bedera, lo que ocurra dentro de cada centro, la motivación del alumno, la calidad de la enseñanza que dé el profesor y el ambiente de trabajo, ya que las diferencias de resultados entre alumnos dependen en un 4% de la comunidad donde se viva y en un 20% del centro en el que se estudie (hasta un 41% de media en la OCDE). Es decir, que las mayores distancias, de un 70%, se dan dentro del mismo centro.
Mucho menos influye el gasto educativo si está en niveles aceptables; más importante es en qué se gasta. EE UU gasta más que Finlandia pero no le supera en resultados. PISA 2009 asegura que el gasto en mejorar los salarios de los docentes es más eficaz, por ejemplo, que el destinado a reducir el tamaño de las clases.
El que sí es un gran condicionante, según PISA, es el nivel socioeconómico y cultural de los alumnos y de los centros. La diferencia media entre los alumnos que tienen en casa menos de 10 libros y más de 500 es de 124 puntos en España y de 126 para toda la OCDE. Sin embargo, tampoco vale escudarse en el nivel cultural, recordó el director de PISA Andreas Schleicher, hay multitud de ejemplos en el informe que demuestran "que es posible superar las barreras económicas".
Y algo que no ayuda a hacerlo, según el ministerio, es el elevado número de repetidores. El examen PISA lo hacen alumnos de 15 años, estén o no en el curso que les corresponde, 4º de la ESO. En España, el 36% de ellos eran repetidores -uno de los porcentajes más altos de la OCDE; en Finlandia es del 5%- y estos tienen unas puntuaciones mucho más bajas en lectura. Bedera reconoció ayer que hay que repensar la repetición. Sin embargo, a Carabaña este le parece un argumento peregrino: "¿Cómo saben que si se les pasa de curso les irá mejor en la prueba?", se pregunta.
En cualquier caso, todo eso tiene que ver con la exigencia que, en creencia generalizada, es muy baja en España. Pero las cifras de PISA dicen otra cosa. El sistema educativo español suspende a más alumnos que la prueba de PISA: el 30% de los alumnos no saca el título de la etapa obligatoria, mientras que PISA solo suspende al 20%. Quizá el pobre resultado en esta prueba no radica en los alumnos que van peor, sino en la excelencia (solo un 3% frente al 8% de la OCDE).
De hecho, el sistema español funciona mejor que otros en las peores circunstancias, es decir, en entornos socioeconómicos bajos, mientras que lo hace peor en condiciones favorables: la media para alumnos con el nivel socioeconómico y cultural menor es de 423 (417 para la OCDE); y en el otro extremo, es de 539 en España frente a 569 en la OCDE.