ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

martes, 16 de noviembre de 2010

Candorosa transparencia

JAVIER MORÁN La alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, acaba de recibir con orgullo un premio por la transparencia del Ayuntamiento. De 110 consistorios evaluados en España por la ONG Transparencia Internacional, Gijón se ha alzado en el primer puesto junto con Bilbao, Ponferrada, El Puerto de Santa María, Sabadell y Sant Cugat del Vallés. Todos ellos lograron cien de los cien puntos posibles.

Hasta aquí, los oropeles. Ahora, la realidad. Como nos intriga el asunto, hemos hecho una prueba de comprobación y nos hemos quedado helados. El método utilizado para medir el índice de transparencia de los ayuntamientos (ITA) consiste en analizar 80 indicadores. Uno de ellos, el 44.º, es éste: «Se publican los informes de auditoría o los de los órganos de control externo (tribunales de Cuentas) del Ayuntamiento». Pues bien, acudimos entonces a la página del Ayuntamiento en internet y en ella hay un apartado en el que se presume de ofrecer dicha información. Pulsamos el enlace correspondiente y buscamos los informes del Tribunal de Cuentas, pero no hallamos ni rastro (sabemos que, por lo menos, existe uno no muy antiguo). Entonces, lo único que encontramos es otro enlace que nos lanza a la página principal del Tribunal de Cuentas, y en ella un buscador en el que se mete la palabra Gijón y no sale nada. Esto último no es culpa del buscador, sino de que la búsqueda hay que realizarla de modo refinado y a costa de paciencia.

Por tanto, es falso que el Ayuntamiento publique «los informes de auditoría o los de los órganos de control externo». En realidad, lo que la municipalidad está diciendo con el referido enlace es que «vaya usted a buscarlos a otra parte, y que Dios reparta suerte». Y otra observación: si el Ayuntamiento obtuvo cien sobre cien, está claro que al menos uno de los puntos ha sido un regalo. A partir de aquí podríamos hacer dos cosas: seguir realizando comprobaciones (y continuar sufriendo) o dejar que la Alcaldesa disfrute candorosamente del galardón. El aprecio que le tenemos nos aconseja esto último.

Los resultados de los colegios privados superan a los públicos

La Evaluación de Diagnóstico Asturias 2009 -el primer examen que permite pulsar el estado de las aulas asturianas de 2º de ESO, al que fueron sometidos el año pasado todos los estudiantes de ese curso- no deja lugar a dudas: los resultados obtenidos por los alumnos de los colegios privados asturianos son sensiblemente superiores a las notas que obtienen los estudiantes matriculados en centros públicos y concertados.
Esa es una de las principales conclusiones del documento elaborado por la Consejería de Educación y Ciencia del Principado a la luz del análisis de las pruebas realizadas a 7.982 alumnos de 149 centros y de los cuestionarios que debieron responder sus familias: «Los centros de titularidad privada y sostenidos con fondos privados presentan promedios de puntuaciones entre 560 y 600 puntos, mientras que los promedios de los centros concertados se ubican entre 515 y 530 puntos y los de los centros públicos están sobre 490».
Y esa superioridad de los alumnos de los colegios privados se repite en las cuatro competencias evaluadas: Castellano, Comunicación e Interacción con el Mundo Físico, Inglés y Matemáticas. Estas dos últimas, las dos en las que observa la mayor diferencia de resultados con los públicos.
El desfase se explica en parte porque «las condiciones de la población que escolariza la pública pueden considerarse desfavorables en relación a las otras dos redes».
Es un hecho, por ejemplo, que la pública escolariza a muchos más alumnos de otras nacionalidades. Y, según el informe firmado por el consejero Herminio Sastre, «el alumnado de nacionalidad española obtiene unos resultados significativamente superiores al alumnado extranjero».
Pero es que, además, en el caso de los estudiantes con más dificultades que no consiguen pasar de curso, el documento constata el fracaso de «la medida de repetición», que «no cumple el objetivo para la que está diseñada: lograr los objetivos del curso en el que se permanece un año más». Y, así, «un porcentaje importante del grupo de repetidores continúa sin lograr los objetivos del curso» a pesar de haber repetido.
En el otro extremo del fracaso escolar, el documento también indaga en las claves del éxito. Con conclusiones tan sorprendentes como que «no se puede afirmar que a más tiempo dedicado a las tareas escolares, mejor resultado».
De hecho, sostiene la consejería, «se observa que el rendimiento mejora hasta cierto límite» y que, «una vez rebasado, no se producen ganancias, o incluso en algunos casos el resultado en la prueba disminuye ligeramente». Así, dicen, el límite de tiempo que debe dedicarse a hacer deberes y tareas son dos horas. Porque, por encima de ese periodo, «el esfuerzo deja de ser eficiente».
También queda demostrado que aquellos estudiantes «que perciben el apoyo familiar presentan un resultado estadísticamente superior a los que no lo perciben». Y algo que puede parecer contradictorio: «El alumnado que no asiste a clase particular tiene algo más de 35 puntos más que el alumnado que sí lo hace».
Mejor los grandes
Respecto a cómo afecta el centro escolar en el rendimiento, «los mejores resultados se presentan en los centros ubicados en las poblaciones más grandes (150.000 o más habitantes), seguidos de los ubicados en las poblaciones de tamaño intermedio (entre 15.000 y 150.000)».
Y a mayor número de estudiantes, mejores notas. Así, aunque el tamaño medio de los centros participantes en el estudio es de 486 estudiantes -con una edad media del profesorado de 46 años-, «los mejores resultados se logran en los que tienen matriculados entre 400 y 900 estudiantes», y no en los más pequeños.
Asegura además el informe que dos de cada cinco alumnos se plantean cursar estudios superiores (tres de cada cinco padres que quieren que los concluyan), que el 15% «presenta indecisión vocacional» y que los centros escolares con mejores resultados cumplen cuatro requisitos: la comunidad educativa se identifica con el centro y tiene un sentimiento de pertenencia, las expectativas académicas del alumnado y de sus familias son altas, tienen una oferta educativa de calidad y mantienen una «provechosa relación con las familias». 
 

Cuatro de cada diez profesores aseguran que hay intimidación y acoso entre alumnos