UPyD tiene un sueño: hacerse un hueco en los ayuntamientos y en el Parlamento asturiano. Sus responsables tienen un año para recorrer un camino que les llevará a las elecciones de 2011. En la mochila, «entusiasmo» para compensar la falta de dinero, como cualquier partido que empieza. Su aval, aseguran, no es otro que usar el «sentido común» en la política como pide la gente. La organización ya ha elegido a los cabezas de lista en las tres principales ciudades de Asturias y pospone hasta final del verano la nominación del cartel autonómico. Javier Reig (Avilés), Armando Fernández (Gijón) y Manuel López de Lerma (Oviedo) saltan a la arena política con ambición y con el crédito obtenido tras los resultados de los comicios europeos.
«En Avilés nos hemos quedado a 300 votos de conseguir un concejal», advierte Reig, que destaca el incremento del 96% de apoyos que se ha producido entre las generales y la europeas de 2009. «La gente está aburrida de lo mismo y nosotros somos aire fresco», argumenta el coordinador de Gijón, Armando Fernández, que esgrime el 5,2% de votos obtenido en los comicios del pasado año. Igual de ilusionante resultará para Manuel López de Lerma afrontar el reto de entrar en el Ayuntamiento de Oviedo. Ni la atracción que suscita la figura de Gabino de Lorenzo asusta a UPyD. «Vamos a aportar a la política municipal todo lo contrario de lo que significa el alcalde y su partido: racionalidad en la gestión», asegura.
El hecho de no estar atados a una ideología u otra es una baza a su favor que, convienen, «debemos aprovechar». «Nos interesa más defender una regeneración democrática donde puedan tener cabida todas las ideas», señala Reig.
«Es la forma que tenemos de ver la política», añade López de Lerma, que pone en valor unos principios «con los que está de acuerdo toda la gente». Confían en que su partido sea capaz de cambiar la opinión que los ciudadanos tienen tanto de los dirigentes como de la política. «Intentaremos -señala el coordinador de Gijón- presentarnos como un partido instrumental a través del cual la gente pueda ver en nosotros una herramienta para canalizar sus problemas».
«La gente, al final, nos vota porque representamos el sentido común», añade Javier Reig. En su opinión, los mecanismos de actuación que sigue UPyD, «transparentes» y «abiertos a todos los ciudadanos», muestran que otra forma de hacer política «es posible». No es el único argumento del que puede presumir la organización. «Defendemos las mismas propuestas -explica López de Lerma- en Asturias y en Murcia, al contrario de lo que hacen el resto de los partidos que, en su opinión, «lanzan discursos contradictorios depende de dónde lo digan».
Esos principios sobre los que se ha ido edificando el proyecto de UPyD les ha permitido, recuerda Reig, ganar en afiliación, simpatía y popularidad con el paso de los meses. Sin embargo, todos reconocen que es precisamente el grado de conocimiento el principal problema al que deben hacer frente antes de un proceso electoral.
«Muchas personas no saben cuáles son nuestras propuestas», lamenta el coordinador de Avilés. Su compañero de Gijón coincide en esta preocupación y advierte de los peligros del voto «poco reflexivo». «La información -apostilla- debe llegar a la gente para acceder a nuevas ideas». Sólo así se acercarán al objetivo. «Queremos convertirnos en un factor de equilibrio en el escenario político», señala el coordinador de Oviedo.
Trasladar sus propuestas a la opinión pública les requiere un esfuerzo mucho mayor que a sus competidores. Los medios económicos de los que dispone UPyD no aguantan comparación posible, reconocen, y destacan los grandes logros obtenidos en los comicios europeos de 2009 después de una campaña donde su presupuesto no superaba los 1.600 euros.
El primer paso es consolidarse en el escenario político y desde dentro intentar cambiar mecanismos que califican de injustos, como la ley electoral o las circunscripciones. «El sistema bipartidista está bastante blindado», lamenta Fernández, que, al igual que sus compañeros, no se asusta ante los obstáculos a los que tiene que hacer frente su organización. «Bajaremos a pie de calle y hablaremos con los ciudadanos para conocer sus problemas, sus preocupaciones», contrapone López de Lerma, que considera que los votantes «agradecen» esta forma de actuar.
«Cuando llegamos a la gente -suscribe Reig- nos valoran más a nosotros y a nuestras propuestas». Alejados de la política de «hooligans» que, según afirman, representa a los partidos mayoritarios y de los «personalismos», quieren hacerse un hueco en el panorama político asturiano al igual que Rosa Díez, la cabeza visible de la formación, lo ha conseguido en el Congreso de los Diputados.
«Está claro que es un activo muy importante, pero nuestra idea de partido es que aparezcan muchas más personas», asegura el coordinador de Gijón, que deja claro que la fortaleza de UPyD «está en el mensaje que portamos».
Así lo han entendido los ciudadanos que les han otorgado su confianza en los últimos comicios. Un apoyo que confían en que siga creciendo. «Todo lo que ocurre alrededor es un dislate y esa es la razón de nuestra ascensión», reflexiona López de Lerma.
No obstante, reconocen que no les vale con ser los triunfadores morales en unos comicios. Por ese motivo, reclaman que el «voto crítico» que, en su opinión, UPyD representa gane enteros en el escenario político asturiano. «Es una cuestión de cultura democrática», apostilla Armando Fernández, que, al igual que sus compañeros, recuerda que las listas en su partido son abiertas a todos aquellos que quieran participar sin limitaciones para elegir a los candidatos. Un procedimiento que, destacan, nada tiene que ver con los mecanismos internos que siguen los grandes partidos.
«Creemos en una política donde tengan cabida todas las ideas»
«Trataremos de canalizar los problemas de los ciudadanos»
«El objetivo es que UPyD se convierta en un factor de equilibrio en el escenario político»
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