ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

domingo, 13 de marzo de 2011

UPyDGijón basa su programa electoral en la regeneración democrática

Avelino Alonso, director del Ateneo de La Calzada, va de número cuatro de la lista de Fernández Bartolomé

J. M. CEINOS
Unión Progreso y Democracia (UPyD) de Gijón aprobó ayer, en una asamblea de afiliados que se celebró en el centro municipal de El Llano, el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Bajo el lema electoral, aún no fijado, de «Haz posible lo que es necesario», UPyD basa su programa en dos ejes, como explicó el cabeza de lista, Armando Fernández Bartolomé: «La superación del localismo, ya que Gijón tiene sentido dentro del área metropolitana de Asturias, y acabar con la endogamia política».

El programa de UPyD apuesta también por la «regeneración democrática del Ayuntamiento, con la elección directa del alcalde y listas desbloqueadas», así como por «la revisión de las fundaciones municipales de Cultura y de Servicios Sociales, que están ya con un modelo caduco que hay que revisar», subrayó Fernández Bartolomé. En cuanto al área de urbanismo, en el programa de UPyD se apuesta por «la paralización y revisión de los planes parciales de Cabueñes, de Granda y de Castiello» y el partido, asimismo, está en contra de la ubicación de la «Semana negra» en el campus.

En el apartado de economía y empleo, los dos ejes básicos son «mejorar la eficiencia de la Administración Local para ahorrar gastos y acabar con la política de subvenciones y fomentar el espíritu emprendedor».

UPyD ya tiene cerrados los primeros cinco puestos de su lista. Detrás de Armando Fernández Bartolomé van Jorge Uría, Paloma Virgala, Avelino Alonso (director del Ateneo de La Calzada) y Mercedes Fernández Abín.

La Semana Negra mejor aprovechada

Cuando en 2008 el concejal de Festejos concedió oficialidad a la noticia adelantada por EL COMERCIO sobre la iniciativa municipal de acondicionar 100.000 metros cuadrados en Castiello, al borde del campus universitario, para la Semana Negra, afirmó que era una solución definitiva. «Una ubicación para los próximos 20 años», dijo José Manuel Sariego.
Ese criterio no se atreven a compartirlo desde la propia organización, que piensa que, al ritmo que crece la ciudad, 20 años puede ser un margen demasiado amplio para no tener que trasladarse. De hecho, en este sentido han afirmado que en este momento, después de las obras acometidas en el entorno de El Molinón, «ya no sería posible que volviésemos allí. Nos habría quedado pequeño».
Y es que la ubicación cercana al campus será, a partir del 22 de julio, la novena sede de la Semana Negra desde que aquel verano de 1988 comenzara una andadura que entonces se antojaba incierta. Se fue a El Musel, a la misma explanada que posteriormente ocupara en su primera visita El Circo del Sol. Tuvo 30.000 visitantes, lo que hizo pensar que con una ubicación más céntrica mejoraría los resultados.
Así que al año siguiente decidieron levantarla en la calle de Rodríguez Sampedro, ocupando, justamente, los espigones central y curvo de los muelles de Fomento. Los resultados fueron igualmente buenos y la Semana Grande siguió creciendo. En esta ocasión, hablamos de 1990, a lo largo. Se extendía desde los espigones a lo largo de todo el paseo del Muelle, hasta la Punta Lequerica.
Pero tampoco fue suficiente. La afluencia de público seguía creciendo, la expectación también y la demanda de ocupación comenzaba a desbordar. La opción siguiente fueron los terrenos que había dejado vacíos entonces los Astilleros Cantábrico, en el lugar donde hoy se levantan las viviendas de Poniente con forma de barcos. Allí aguantó tres años. Hasta que en 1994 las circunstancias volvieron a obligar a un traslado. Esta vez al Parque Inglés, hoy llamado de los Hermanos Castro. Por entonces no estaba asfaltado y su propia concepción de parque dificultaba mucho la adecuación de espacios, por lo que no quedaba otra opción que crecer a lo largo del río Piles, hacia la Feria de Muestras.
A partir de ese momento, estamos en 1995, se intentó de todo para ganar espacio y seguir creciendo. Se expandió hasta el aparcamiento posterior al Palacio de Deportes y a ambos lados del río, hasta que finalmente ocupó los 80.000 metros cuadrados que le ofreció el Ayuntamiento desde el puente del Piles hasta los aparcamientos de El Molinón. En total, 13 años. Pero llegó la demanda de los vecinos de La Gacela y el fallo judicial que obligaba al Ayuntamiento a ubicar la Semana Negra fuera de allí. Era 2007.
A partir de ese momento, soluciones de emergencia. La primera, la playa de Poniente. Pero, a pesar de que es la localización que más le gusta a Ángel Terán, posiblemente porque reunió a un millón de visitantes, fue la más pequeña y sólo duró un año. Después, dos años seguidos en El Arbeyal, con más terreno, pero constreñidos. Ahora queda por estrenar la opción hecha a imagen y semejanza de la Semana Negra. Será la novena.


Salvo que la Justicia, o las urnas, acaben desviando a tiempo la dirección, todos los caminos confluyen en las inmediaciones del campus universitario para levantar la vigesimocuarta edición de la Semana Negra. Tres años hubieron de transcurrir desde que el Ayuntamiento anunciara uno de los destinos a dar a los terrenos, en principio de más de 100.000 metros cuadrados, que corrían a la espalda de la Escuela Politécnica de Ingeniería y que se extendían hasta Justo del Castillo y Albert Einstein para cerrarse sobre la fachada oeste de la Escuela de Marina Civil y penetrar así en el campus. Y polémica con la Universidad al margen, el terreno es el mejor que nunca ha tenido la Semana Negra.
Y no porque los organizadores dispongan de más superficie, que no disponen, sino porque pueden hacer mejor uso de ella. Porque los más de 100.000 metros cuadrados que en el planeamiento inicial figuraban para diseñar ese espacio que el Ayuntamiento denomina «multiusos», han quedado reducidos en esta operación urbanística, a punto de finalizar, a unos 60.000. Más que suficientes, a decir de los organizadores, pero reducidos, en cualquier caso, sobre el planeamiento inicial.
No obstante, los organizadores prefieren más esos «entre 50.000 y 60.000 metros cuadrados» de que gozan en la nueva sede, que los 80.000 de que disponían en El Molinón, a pesar de que el entorno del emblemático campo de fútbol gijonés ha sido desde siempre el gran añorado no sólo por el equipo de Paco Ignacio Taibo, sino por el propio Ayuntamiento. No en vano, los 13 años en que la Semana Negra se expandió entre la avenida del general Perón y el aparcamiento del estadio del Sporting fueron los más exitosos del certamen, tanto por la afluencia popular como por su distribución.
«En El Molinón disponíamos de 80.000 metros cuadrados, pero solo teóricamente, porque no podíamos hacer uso de su totalidad, debido a las instalaciones ya existentes, que te obligaban a diseñar en función de esa disponibilidad. En alguna ocasión, incluso, llegamos a dejar una farola en el interior de una carpa porque no teníamos más margen de maniobra», recuerda Ángel Terán, diseñador de la Semana Negra en buena parte de sus ediciones. Pero, en cualquier caso, la parcela de Castiello sí mejora sensiblemente las dimensiones de las últimas sedes playeras de Poniente y El Arbeyal, localizaciones de emergencia hasta que finalizara la urbanización de la actual y que mermaron mucho las posibilidades de las convocatorias. Tres años limitados ente 40.000 y 45.000 metros cuadrados útiles para acoger a cientos de miles de visitantes.
De ahí, probablemente, el entusiasmo, aún controlado, de las distintas voces que conforman el exitoso coro negro que desde hace 24 años mantiene su cita veraniega en Gijón, a la hora de evaluar los cerca de 60.000 metros cuadrados de 2011. Porque, en todo caso, «lo mejor es que es un terreno limpio, diáfano, que nos permite desarrollar el plano como mejor convenga». Un plano, por otra parte, que no estará disponible hasta el próximo mes. Aunque, en realidad, existir, ya existe uno dibujado hace dos años, cuando todo apuntaba a que la parcela que aún hoy está por acabar de urbanizar, iba a estar disponible para la edición de 2009 y en una superficie aún mayor. Pero las previsiones de entonces no son las de ahora y no es traspasable el plano de 2009.
De lo que sí están seguros, no obstante, los organizadores es de que la adaptación al espacio disponible se hará manteniendo iguales las proporciones dedicadas desde hace años a los tres ejes sobre los que gira la Semana Negra: los libros, los bares y las atracciones. «Fiesta, literatura y cultura popular constituyen todo un cóctel y, como tal, se pueden ir variando las proporciones sin que se pierda la singularidad», comentan fuentes de la organización.
Un ferial más reducido
Las posibles variaciones sobre un mismo resultado vienen a cuento del cambio de fechas. Las fuertes discrepancias del Ayuntamiento con la Universidad de Oviedo por celebrar la Semana Negra en medio de dos de sus escuelas, ha obligado a retrasar a finales de julio, una vez acabados los exámenes finales, la celebración del acontecimiento veraniego que tradicionalmente se celebra en los primeros días de mes. «La cita con los escritores y con los establecimientos de comida y de bebida no tendrían por qué sufrir el cambio de fechas, de hecho, no contamos con ningún problema al respecto. La que no está tan clara es la respuesta de los feriantes», explican desde la organización.
¿Y por qué? Pues porque el estudio de mercado realizado durante las 23 ediciones anteriores de la Semana Negra indica que en la segunda semana de julio la competencia con convocatorias de otras regiones estaba limitada básicamente a la celebración de los sanfermines en Pamplona. «Pero el hecho de que este año la celebremos entre el 22 y el 31 de julio nos hace coincidir con la celebración de Santiago Apostol, un referente de muchas localidades y comunidades autónomas. ¿Quién nos dice que la noria, por ejemplo, no prefiere la feria de Santiago a la Semana Negra?», se preguntan fuentes del certamen festivo-cultural.
De mermar la presencia de feriantes, la primera en celebrarlo será, sin duda, la Universidad de Oviedo, que siempre ha escenificado su oposición a la imagen poco seria que aporta a un campus la silueta de la noria sobre los tejados de los edificios universitarios. En cualquier caso, los organizadores tienen planificado instalar la parte más festiva de la Semana Negra en la parte delantera, cerca de la entrada por la avenida de Albert Einstein, para alejarla del recinto universitario, cuya accesibilidad preocupa al Rectorado por los destrozos que los «semaneros», como los llama Paco Ignacio Taibo, puedan ocasionar.
El Ayuntamiento ha pedido un voto de confianza a la Universidad para demostrarle que evitará cualquier desmán. No lo ha concedido y ha optado por el requerimiento previo al juzgado. Pero la respuesta no llegará a tiempo este año.

El Ayuntamiento asigna a los centros de la Universidad el 80% del millón de euros que aporta a la institución

El mantenimiento del campus se lleva el 20 por ciento de los 1.096.600 euros que se destinan este año a la Universidad gijonesa desde el presupuesto del Ayuntamiento de la ciudad. El 80 por ciento restante de la aportación municipal se vincula a una docena de transferencias a centros e instituciones universitarias. En concreto, se trata de 842.000 euros que se van, entre otros destinos, a las escuelas universitarias de Trabajo Social y Relaciones Laborales, a la UNED y al desarrollo de cursos de verano de la Universidad de Oviedo. Las dos escuelas universitarias gijonesas se llevan un pico de 484.000 euros de todo este presupuesto. Para la Universidad Nacional de Educación a Distancia hay una partida de 120.000 euros, a la que se deben sumar otros 8.000 euros para su programación de cursos de verano.

A través del programa «Gijón, ciudad universitaria», que desde hace años se puede encontrar en el informe presupuestario del Ayuntamiento dentro del área de Educación y Cultura, el gobierno local apoya también al Instituto Universitario de Tecnología (IUTA) y se compromete con el desarrollo de un seminario de Gestión Pública Local y de los másteres en Contabilidad y en Dirección y Planificación de Turismo. Además, hay una partida de 12.700 euros para un proyecto de recuperación de la memoria histórica y se dota con 70.000 euros el convenio de colaboración entre las universidades de Oviedo y La Habana, ciudad hermanada con Gijón.

Este millón de euros que salen de las arcas de la plaza Mayor en dirección al campus son el aval que siempre utiliza el gobierno de Paz Fernández Felgueroso para demostrar su apuesta por la Universidad. Sobre todo en los últimos meses, al incrementarse la tensión entre ambas instituciones por la decisión municipal de llevar la «Semana negra» a un espacio colindante con el campus. El Rectorado se ha opuesto desde un primer momento a esta vecindad. Ahora mismo, desde el equipo de Vicente Gotor se plantea recurrir de nuevo a los tribunales para intentar paralizar la celebración de la edición de este verano.

Tampoco ha estado exenta de polémica la permuta pactada entre Ayuntamiento y Universidad en favor de ceder al primero la propiedad del edificio de la vieja escuela Jovellanos, en la calle de Tomás y Valiente, a cambio de la construcción de un edificio de servicios científico-técnicos en el área del campus. Este inmueble de nueva planta se está construyendo con los fondos del «plan E», y el edificio del centro urbano ha sido entregado en concesión a la Fundación Escuela de Negocios. Miembros de la comunidad universitaria han criticado esa gestión del patrimonio inmobiliario de la Universidad.

Urbanismo y movilidad centran el programa de UPyD en Gijón

El partido pide la revisión de los planes de Granda, Castiello y Cabueñes porque supondrían un «destrozo irreversible»

Urbanismo, movilidad, seguridad ciudadana, calidad del aire, servicios sociales... Son algunas de las líneas básicas que compondrán el programa electoral de Unión Progreso y Democracia, aprobado ayer con el respaldo de sus afiliados en la asamblea celebrada en el Centro Municipal de El Llano. Eso, y la «superación del localismo», el impulso de todo el «territorio central de Asturias, con Gijón como motor». El candidato de UPyD, Armando Fernández, explicaba al término de la cita esos puntos que defenderá él mismo como cabeza de una lista en la que irá acompañado por Jorge Uría, Paloma Vírgala Tejeiro, Avelino Alonso y Mercedes Fernández.
El candidato a la Alcaldía aboga por la revisión de los plantes parciales de Cabueñes, Castiello y Granda, porque supondrían a su juicio un «destrozo irreversible e innecesario». En general, UPyD considera que las 21.000 nuevas viviendas que dibuja el plan urbanístico del municipio no son necesarias. Por eso, la formación apostará por la «rehabilitación de viviendas y la políticas de alquileres», para dar salida a los pisos existentes «dentro de la Ronda Sur». Además, creen necesaria la «integración plena de lo rural en la ciudad», especialmente en lo que respecta a su «valor económico».
En cuanto a la movilidad, Fernández asegura que habrá «propuestas muy novedosas» para «recuperar para los peatones ámbitos muy importantes» y mejorar la «calidad de vida en una ciudad muy contaminada». UPyD apuesta también por las «medidas de regeneración democrática, la elección directa del alcalde y las listas desbloqueadas». La formación presentará esta semana el decálogo en el que resumirán sus prioridades para las elecciones de mayo.