23.04.2010 - MERCEDES FERNÁNDEZ ABÍNMIEMBRO DE UPYD
Para los griegos, un estado libre era aquel en el que la soberanía la tenía la ley y no el gobernante. Fórmula que se convertiría con el paso del tiempo en el fundamento de todos los sistemas políticos de occidente y herederos de su democracia, uno de los principios en los que ésta se asentaba era 'la Isonomia' o sea la igualdad ante la ley, principio que sigue estando vigente en la nuestra por más que algunos quieran olvidarlo con espectáculos un tanto bochornosos e inaceptables.
Porque, se puede hacer un acto de solidaridad hacia cualquier persona, se puede criticar una sentencia desde el punto de vista jurídico con todo el respeto a los jueces que la imparten, pero lo que no se puede es, y mucho menos los representantes políticos, sembrar la duda sobre el Tribunal Supremo y sobre el poder judicial, porque son precisamente los jueces los que garantizan que estamos en un Estado de Derecho.
Lo que estamos viendo estos días con respecto al juicio al juez Baltasar Garzón (juez o no, está sujeto al imperio de la ley que debe ser igual para todos), que no se engañe nadie, no es en defensa de su persona, sino más bien una estrategia mediática, una de tantas a las que nos tiene acostumbrados este Gobierno, una escusa más para agitar las masas, para mantener una España crispada, polarizando la sociedad.
Por un lado, están los buenos y, por otro, los malos, causantes de todos los males que se atreven a discrepar, torturadores y franquistas, como si ser de izquierdas o de derechas llevara aparejado un plus de bondad o de maldad y toda esta estrategia de tensión no es más que un intento desesperado por ocultar a los ciudadanos los verdaderos problemas que tiene este país, por seguir manteniendo el poder y una vez más lo hacen faltando a la verdad, haciéndonos creer que el juicio a Garzón es ideológico y no procesal y olvidándose de que la política no está por encima de la justicia.
Y así, mientras nos tienen entretenidos, o eso creen, el señor José Luis Rodríguez Zapatero puede seguir con su política de improvisaciones, ahora toca el modelo austríaco, como en aquella coplilla que escribió Iriarte: «Salga bien o salga mal se me ha ocurrido esto por casualidad».
¡Triste espectáculo!
http://www.elcomerciodigital.com/prensa/20100423/opinionarticulos/isonomia-igualdad-ante-20100423.html
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