ARMANDO FERNÁNDEZ BARTOLOMÉ
COORDINADOR LOCAL DE UPYD DE GIJÓN Y PROFESOR
Los últimos días recogía la prensa que cincuenta
asociaciones optaban a ocupar un local en el edificio recién construido
en El Natahoyo, previsto para servir de sede al Albergue Covadonga,
Calor y Café y Proyecto Hombre, y al que solamente iría esta última
entidad si se cumple -como daba a entender la noticia- lo que Foro
Asturias prometió en el programa con que concurrió a las elecciones
municipales. Nadie del equipo de la alcaldesa ha desmentido esta
noticia.
Aunque UPyD se posicionó en su día a favor de la creación
del centro social de El Natahoyo tal y como lo había diseñado la
anterior Corporación Municipal, no seremos nosotros quienes critiquemos a
un partido por cumplir sus compromisos electorales. Sin embargo, sí
queremos debatir públicamente sobre la decisión de no trasladar el
Albergue Covadonga y Calor y Café a El Natahoyo porque plantea algunos
interrogantes lo suficientemente serios como para exigir que sean
respondidos con claridad, ya que afectan al interés general de los
gijoneses.
El primero es sobre el proceso seguido para tomar la
decisión, que no ha sido precisamente un ejemplo de transparencia, ya
que desde el Ayuntamiento tan pronto se reiteraba que el Albergue no
iría a El Natahoyo como se anunciaba que no se tomaría una decisión
firme hasta reunirse con las entidades y los colectivos vecinales
afectados, con la intención de encontrar posturas de consenso. La
decisión final, si es que está tomada, no parece responder a ningún
acuerdo, puesto que refleja exclusivamente la postura de uno de los
colectivos: la Plataforma Villa de Ataulio, que desde el primer momento
se opuso a concentrar en El Natahoyo a las tres entidades, admitiendo
solamente la presencia de Proyecto Hombre. ¿Es esta la nueva forma de
hacer política que nos prometió Foro?¿No consiste ésta en llegar a
acuerdos o por lo menos en dialogar para intentar lograrlos? ¿Es
coherente con la situación de minoría en que se encuentra en el
Consistorio?
En segundo lugar, cabe preguntarse si en otras cuestiones
polémicas el equipo de gobierno municipal va a actuar con los mismos
criterios. Si un equipamiento necesario para la ciudad, llámese albergue
de transeúntes, depuradora, centro de menores, etcétera, se encontrase
con la oposición de un grupo de vecinos, ¿va a renunciar el Ayuntamiento
al mismo? En democracia elegimos a nuestros representantes para que
tomen decisiones en aras del bien común, lo que supone que pueda quedar
alguien descontento. Quien renuncie a pagar ese precio por decidir,
mejor no se dedica a la política.
En tercer lugar, es evidente que si en esta decisión ha
habido una parte perjudicada, esa ha sido el Albergue Covadonga. Por
mucho que se elogie su labor y algunos políticos se saquen fotos en sus
vetustas instalaciones durante las campañas electorales, al final se ha
dado la razón a quienes lo consideraban «molesto, nocivo, insalubre y
peligroso». Y pueden tener la certeza que, donde quiera que se instale
en el futuro, le podrá surgir una oposición vecinal con posibilidades de
tener éxito, al menos con el actual Consistorio. Ni el Albergue, ni sus
usuarios, ni quienes altruísticamente lo fundaron y lo sustentan se
merecían este trato, porque Gijón está en deuda con esta institución.
¿Es consciente de ello la señora Moriyón?
Una última consideración, no por ello menos importante,
es el precio que todos los gijoneses tendremos que pagar por la que para
nosotros fue «una ocurrencia electoral» de Foro Asturias, que, además,
ni siquiera ha sido el partido más votado en las pasadas elecciones de
mayo. La parte del edificio de El Natahoyo destinada al Albergue está
terminada y equipada. Si se va a destinar a usos tan diferentes como
servir de sede a cincuenta asociaciones, habrá que modificar buena parte
de lo construido, lo que supondrá un coste elevado. A ello habría que
sumar las obras de acondicionamiento y mejora del actual Albergue,
imprescindibles según sus responsables para mantener su actividad.
Cuando desde el gobierno municipal se critican, con razón, los
despilfarros de quienes les precedieron, ¿no es un despilfarro lo que se
va a hacer con el edificio de El Natahoyo? ¿Por qué se permitió que
continuaran las obras tal y como estaban programadas si el edificio iba a
tener otros usos? ¿Se va a iniciar ahora la segunda fase del edificio
construyendo la sede de Calor y Café para que tampoco la ocupe? La
necesaria transparencia que todos pedimos a nuestros representantes
públicos exige que el gobierno municipal conteste a estas preguntas y se
explique ya.
http://plataformasintecho.wordpress.com/
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