Artículo publicado por el Diario El Comercio. 3/2/2017
La Consejería de Sanidad acaba de anunciar que abrirá en Cabueñes la segunda unidad de cirugía bariátrica de Asturias y que el nuevo servicio echará a andar dentro de dos años, una vez que finalice la primera fase de ampliación del hospital. Este anuncio está ligado al incremento de la obesidad y a la creciente demanda de operaciones de reducción de estómago para los casos más graves . Desgraciadamente también ha puesto de actualidad esta problemática la reciente muerte de una joven praviana, que llevaba esperando cinco años para ser operada en el HUCA, como ha informado El Comercio. Desde Ciudadanos valoramos positivamente este anuncio del Sespa, que esperemos no sea propaganda política para salir del paso, y el complementario de que se enviarán pacientes a Santander para aliviar las listas de espera. Ahora bien, lo que todo esto pone al descubierto son importantes fallos de planificación de nuestro sistema sanitario.
Ya en 2001 la OMS reconoció la obesidad como una patología compleja y alertaba de que iba en camino de alcanzar proporciones pandémicas .
El citado organismo recomendaba su prevención desde la infancia y modificar la praxis clínica para mejorar su difícil tratamiento. Efectivamente, según la Sociedad Americana de Pediatría al menos tres de cada cuatro adolescentes obesos se convierten en adultos obesos, lo que les predispone a patologías físicas graves. Además es fuente de serios problemas psicológicos: las burlas y el ridículo, así como el sentirse excluido, generan daños emocionales porque precisamente en la adolescencia , época de cambios y acusada inseguridad, se está creando una nueva identidad que busca la aprobación de los iguales. Está demostrado que los jóvenes con obesidad son más propensos a tener una imagen corporal negativa y baja autoestima, lo que los hace retraerse socialmente y puede inclinarles más hacia la comida como fuente de consuelo. Un círculo vicioso del que no es fácil salir sin ayuda profesional y que puede conducir a la depresión, retroalimentándose ambas patologías.
También hay unanimidad científica en que el tratamiento de la obesidad infantil y adolescente, ha de plantearse desde un abordaje multidisciplinar e integral en el que nutricionistas, médicos de familia, pediatras ,endocrinólogos y psicólogos han de estar implicados de forma coordinada. Este tratamiento ha de ser dirigido también, y de una forma conjunta, hacia el medio en el cual desarrolla su actividad: la familia y el colegio o instituto, integrando tres aspectos: reeducación nutricional del niño y de su familia (dieta continuada, sana y equilibrada), soporte psicológico e incremento de la actividad física.
Hasta la fecha estas intervenciones combinadas son las que se han mostrado más efectivas, especialmente si los padres y las madres están involucrados en el tratamiento pero, desgraciadamente, esta atención integral dista mucho de ser habitual lo que constituye una fuente importante de inequidad. De hecho a mayor pobreza (cultural y/o económica) más alto resulta el índice obesidad.
El Pleno de la Cámara Asturiana, en reunión celebrada el día 10 de junio de 2016 adoptó un acuerdo, a propuesta de Ciudadanos, para que el Sespa informara de manera pormenorizada acerca de las políticas públicas que se han realizado en los últimos años relacionadas con la obesidad, especialmente en el ámbito infantil y juvenil. Seguimos esperando por el informe y la rendición de cuentas. Un clásico del gobierno socialista: oídos sordos a las peticiones de la cámara, ausencia de transparencia a nivel de datos y nula evaluación de las políticas públicas realizadas. Seguiremos insistiendo.
Para Ciudadanos la prevención, y también en el caso de la obesidad, debe ser uno de los ejes fundamentales del sistema sanitario asturiano con su oportuna traducción presupuestaria. Su impulso, a través de la atención primaria y de la educación para la salud, debe ser una prioridad tanto por razones médicas como de sostenibilidad del sistema La crisis económica actual debe ser un aliciente para que aumentemos nuestra atención e inversiones en prevención y promoción de la salud, por interés personal y propio (queremos vivir más y mejor) y por interés común (buscamos una mayor estabilidad económica de nuestro sistema sanitario).Queda mucho por hacer. Salud.
Armando Fdez. Bartolomé
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