Sabemos que una parte importante de los problemas de salud que padece la sociedad actual son imputables al modo de vivir de las personas. Diversas enfermedades crónicas, las enfermedades cardiovasculares, diversos tipos de cáncer, el sida, las enfermedades de transmisión sexual o el estrés, tienen una relación directa con hábitos como los alimentarios, el tabaquismo, el alcoholismo y otros tipos de drogadicción, la falta de actividad física, la falta de habilidades personales para enfrentarse a situaciones vitales conflictivas o de presión social, etc.
Muchas de estas conductas se adquieren en la infancia o en la adolescencia, implantándose de tal forma que tratar de cambiarlas posteriormente resulta difícil.
De ahí la importancia de ofrecer desde el primer momento la oportunidad de capacitar y educar a las personas, de manera que se favorezcan y desarrollen actitudes y conductas saludables y se dificulten las que son nocivas.
La adquisición de pautas de hábitos saludables ayuda al individuo a optar por estilos de vida, donde su salud sea un elemento valorado y, por tanto, a evitar factores de riesgos que afecten de manera negativa a una calidad de vida adecuada.
Queremos recordar que los de la Promoción de la Salud y la EpS en la escuela, no son conceptos nuevos. Desde finales del siglo XIX tenemos ejemplos y modelos claros de la inquietud de los educadores en este campo, claro que aplicados a los problemas mas relevantes de aquel momento. En esta etapa predominaba por ejemplo un modelo salubrista, preocupado sobre todo por las condiciones higiénicas personales y del medio escolar, y por el desarrollo de servicios de salud escolar. Ejemplo....La Gota de leche de Gijón.
A partir de los años ochenta, predomina una concepción ecológica de salud que se preocupa por el desarrollo desde la infancia de comportamientos y estilos de vida saludables y por el desarrollo de entornos saludables, de ambientes generadores de salud, refiriéndose tanto al ambiente social como al físico; esto es, el individuo, la sociedad de pertenencia y el entorno físico interactuando de manera indisociable.
A partir de los años ochenta, predomina una concepción ecológica de salud que se preocupa por el desarrollo desde la infancia de comportamientos y estilos de vida saludables y por el desarrollo de entornos saludables, de ambientes generadores de salud, refiriéndose tanto al ambiente social como al físico; esto es, el individuo, la sociedad de pertenencia y el entorno físico interactuando de manera indisociable.
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