En nuestro país, y también en Asturias, la reprobación política es poco más que un desahogo, una oportunidad, un fuego artificial. Si una moción de censura se gana o una de confianza se pierde, el protagonista tiene que irse. En las reprobaciones no. En la historia del parlamentarismo una moción de reprobación de , por ejemplo un ministro , era un anuncio de la pérdida de confianza de la Cámara y normalmente provocaba la dimisión y caída del Gobierno. Ahora no….es mas….. su uso reiterado…..y en Asturias esta ya es la tercera en esta legislatura puede hasta reforzar a un gobierno. En nuestra opinión este INUTIL fervor reprobatorio debería emplearse , desde la oposición, en promover iniciativas políticamente más útiles.
Reprobación de Podemos: sobre oposiciones y el SAC.
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