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lunes, 22 de febrero de 2010

Servicios Sociales busca «una solución» para atender a los indigentes que enferman

¿Qué ocurre cuando una persona sin hogar necesita ser hospitalizada? Si bien la asistencia médica, universal en España, es inmediata, los problemas llegan después de que el paciente recibe el alta hospitalaria. Porque, la vida en la calle o, en el mejor de los casos, en la habitación de uno de los dos albergues de la ciudad -Covadonga y Cocina Económica- es incompatible con los cuidados que requiere un postoperatorio o con la medicación imprescindible tras haber superado un pico de una dolencia.
En Gijón, como en el resto de Asturias, no existe un dispositivo, ya sea público o privado, que ofrezca un servicio de atención al indigente que sufre una enfermedad puntual, por lo que la Fundación Municipal de Servicios Sociales y las diferentes ONGs sobre las que recae la atención a la personas sin recursos buscan una fórmula que salve ese déficit.
Así lo aseguró a EL COMERCIO la presidenta del ente municipal, la concejala Esperanza Fernández, quien señaló que «estamos buscando una solución a este problema que no podemos eludir, aunque hay que dejar claro que supera las competencias del Ayuntamiento». Recuerda la edil que «se trata de lograr la siempre citada asistencia sociosanitaria, que si bien la parte social está garantizada, con la sanitaria tenemos más problemas».
Con ella coinciden los responsables de los principales centros de atención directa a las personas sin hogar. Tanto Álvaro Díaz, presidente del Patronato Albergue Covadonga -que cuenta con 50 plazas y por el que pasaron 971 personas en 2009-, como sor Marisela, directora de la Cocina Económica -que ofrece albergue para 28 hombres, piso tutelado, comedor social y talleres-, entienden que «la atención sanitaria a las personas sin recursos tiene muchas lagunas y a nosotros nos es difícil responder».
Piso de acogida
Aunque reconocen que Esperanza Fernández tienen razón cuando explica que, «después de una intervención quirúrgica, por ejemplo, el paciente recibe el alta, pero si éste se va a la calle, allí no se aplicará los cuidados que necesita», desde los albergues indican que «ese control de la medicación nos resulta muy difícil, porque primero tienen que querer ellos medicarse y, segundo, aquí están por un tiempo determinado».
De hecho, en la Cocina Económica ese control médico lo realizan «a través del comedor, ya que procuramos, con los que son usuarios habituales, estar pendientes de su salud y, si sabemos que necesitan tomar medicinas, recordárselo a la hora de comer».
La opción que se baraja como la más adecuada es contar con un piso de acogida, como continuidad a la estancia hospitalaria, modalidad que convence al presidente del Albergue Covadonga «porque las viviendas tuteladas son el paso más firme para la reinserción social de las personas que están en riesgo de exclusión».
Este tipo de viviendas son, de hecho, la fórmula más utilizada por las ONGs, las ya citadas, además de Cáritas, Siloé, Nacai, Mar de Niebla, Albéniz, Adsis y las Adoratrices, que cuentan con hasta 15 pisos distribuidos por toda la ciudad, en los que se da cobijo a personas sin recursos, con problemas de toxicomanías, que sufren patologías de salud mental o ex reclusos. Y esa nueva oferta es la que ha aumentado el presupuesto que el Consistorio dedica a estas instituciones, «un presupuesto que no hemos congelado», asegura la concejala, y que roza el millón de euros anuales.

http://www.elcomerciodigital.com/v/20100222/gijon/servicios-sociales-busca-solucion-20100222.html

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