El programa electoral del PSOE de 2007 no mencionaba los radares. Ni los fijos, ni los móviles. Ni el foto rojo. Pero unos y otro se han convertido en las principales 'estrellas' de la concejalía de Begoña Huergo en estos tres años. Un área que, para empezar, cambió de nombre en esta Corporación, mudando el Tráfico por la Movilidad, acompañada siempre, en cualquier caso, de la Seguridad Ciudadana, cuestión que también ha sido objetivo de polémica y debate durante estos años.
Se marcaban los socialistas el objetivo de dar prioridad al peatón en las calles, de pacificar el tráfico, de ganar espacio para las bicis, de potenciar las plazas de aparcamiento para las motos... En aquel momento ya estaban en marcha las zonas 30, las balizas luminosas y los pasos de peatones elevados. Se trataba de ir a más. De los radares se había empezado a hablar en la ciudad en 2005 y el programa electoral sólo mencionaba la intención de continuar con los controles preventivos de alcohol y velocidad. Pero el mayor control llegó en 2008 con los radares fijos. Son tres pero hacen las funciones de ocho, ya que los tres instrumentos rotan por las ocho cabinas instaladas en siete entradas de la ciudad. Tras su instalación, los gijoneses echaron el freno y la velocidad media con la que acceden a Gijón es menor. Pero también es cierto que se ponen miles de multas. El año pasado, 13.133 (en realidad, suponen sólo el 0,31% de los más de cuatro millones de vehículos controlados).
Recientemente, el PP ha criticado el aumento de los ingresos municipales por sanciones de tráfico. En 2009 estaba previsto que se ingresaran 3,8 millones por este concepto y finalmente fueron 5,9. El equipo de gobierno justifica el incremento en que 2009 fue el primer ejercicio completo en que los radares estaban funcionando.
Sea como fuere, lo cierto es que a esos ocho instrumentos se han sumado otros dos radares. Uno de ellos, móvil, depende también del Ayuntamiento. El otro estará controlado por la Dirección General de Tráfico, y será instalado unos metros antes de la nueva rotonda que da acceso desde la 'Y' a la avenida de Portugal y que se ha convertido en la segunda 'estrella' del mandato.
Comprometida por el área de Urbanismo e indispensable para poder cortar Sanz Crespo y arrancar el plan de vías, la glorieta ha dado más de un quebradero de cabeza. Las críticas y los incidentes han sido continuos, aunque nunca se haya considerado un punto negro. Finalmente, el Ayuntamiento ha solicitado a Fomento que mejore la señalización. Y en ello están.
Es de esperar que muchas de estas cuestiones se vean reforzadas en el nuevo plan de movilidad que elaborará Gijón, en colaboración con la DGT, un proyecto surgido en el marco de la FEMP y que tampoco estaba en el programa electoral. Y que procurará evitar, en la medida de lo posible, los atropellos, sucesos que siempre ocasionan un encendido debate en la ciudad sobre las medidas de seguridad vial.
Bandas juveniles
Sí incluía aquel proyecto el objetivo de «reforzar la cooperación entre todos los instrumentos que tienen como finalidad la seguridad de la ciudadanía», algo que sí se ha llevado a cabo, pero sólo tras un suceso lamentable. En octubre de 2008, Christian Rogelio Díaz murió apuñalado en los Jardines de la Reina. Su muerte abrió un agrio debate sobre la existencia o no de bandas juveniles en la ciudad y la colaboración de las fuerzas policiales. A raíz de aquel suceso, Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía acordaron tener reuniones semanales de evaluación, patrullar juntos en algunas zonas y reforzar determinados servicios. Desde entonces, los dos cuerpos informan conjuntamente de los balances de cada fin de semana, en los que no faltan nunca actas de incautación de drogas, por ejemplo.
Mientras, el área sigue a la espera de incorporar los nuevos bomberos y policías locales comprometidos. Por el momento, se están desarrollando los procesos de selección
http://www.elcomerciodigital.com/v/20100603/gijon/circular-entre-radares-rotondas-20100603.html
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