12.07.2010 - MANUEL IÑARRARESPONSABLE DE DEPORTES Y TURISMO DE UPYD DE GIJÓN
Nadie pone en duda de que el turismo en nuestra región debe ser elemento dinamizador y parte esencial del nuevo desarrollo económico, a pesar de que la Dirección General de Turismo parece empecinada en lo contrario. Sólo hay que ver su actuación en asuntos como los ya famosos vuelos baratos, el turismo de aventura o las autocaravanas, un colectivo al que me voy a referir y con el que nuestra región comparte, junto a Cantabria, el dudoso honor de ser el único lugar de toda Europa donde este fenómeno es perseguido y multado. Como introducción, sirva la normativa que la DGT tiene al respecto: «Mientras un vehículo cualquiera esté correctamente estacionado, sin sobrepasar las marcas viales de delimitación de la zona de estacionamiento, ni limitación temporal del mismo, si la hubiere, no es relevante el hecho de que sus ocupantes se encuentren en el interior del mismo y la autocaravana no es una excepción». Sabido esto y desconociendo qué intereses se protegen, en Asturias los amantes de este tipo de vehículos que reúne a cerca de 800 usuarios (50.000 en toda España) sufren una persecución que lo único que está provocando es que en los diversos foros de turismo y autocaravanistas, a la vez que se alaba la belleza de nuestra tierra, avisan del riesgo que se corre a ser multado si se pernocta en el Principado, pues nuestra comunidad cuenta con la ley autonómica más restrictiva del Estado, lo que nos convierte en lugar de paso. Para muestra, un botón: una familia puede dormir en Ribadeo con su autocaravana en un parking o lugar habilitado, mientras que en Vegadeo puede recibir desde una multa hasta la inmovilización del vehículo. Lo que para nuestros gobernantes es un problema, para los gobiernos de Galicia y País Vasco ha sido uno de los principales reclamos para promocionar las excelencias de sus comunidades con la intención de atraer este tipo de turismo. En Asturias, sin embargo, todo se resume a las dos áreas específicas situadas en Cangas de Onís y El Entrego, aunque bien es cierto que nuestros responsables tienen una nueva oportunidad para dejar de poner puertas al mar. En Gijón, la apertura de las autopistas marítimas con el norte de Europa abre una oportunidad y un potencial que no se debe desaprovechar. En apenas veinte horas se podrá estar en Francia, cerca de París, o Irlanda, ahorrando dos o tres días de viaje por carretera a un precio muy competitivo. No parece, por tanto, difícil la posibilidad de recuperar el proyecto realizado en su momento por técnicos municipales: la construcción de una plataforma para carga y descarga de agua en el área del Arbeyal, dada su estratégica situación. Si a esto unimos los campings y zonas de estacionamiento, supondría una oferta que, con una inversión mínima por parte del Ayuntamiento, atraería a muchos turistas, lo que sería un gran beneficio a todos los niveles.
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