Faltaba el pronunciamiento del Principado en el debate sobre el futuro del suelo de Naval Gijón. Y ayer lo hizo el consejero de Industria. Graciano Torre entró en la polémica y el cruce de declaraciones de los últimos días y lo hizo para justificar el deseo de Pymar, como propietaria de parte del suelo afectado, de conseguir una recalificación y, por lo tanto, ganancias por la venta del terreno como edificable para uso residencial. Así lo ha solicitado Pymar en la alegación presentada al Plan General de Ordenación, que mantiene los usos industriales de esa parcela.
Torre defendió esa postura y la de la Autoridad Portuaria, que también se ha expresado en esa misma línea en sus alegaciones, aunque no han llegado a explicitar el deseo de la recalificación, sino de que la parcela «mantenga unos usos, características e intensidad semejantes a las de su entorno». El consejero aseguró ayer que tanto la Autoridad Portuaria como Pymar han perdido «bastante dinero». Por ello, considera que «sus administradores, incluso por obligación legal, tienen que procurar la mejor manera de resarcirse lo más posible de estas pérdidas».
No obstante, quiso Graciano Torre matizar y completar estas palabras, para dejar claras varias cuestiones y, sobre todo, que no es Pymar la que debe tomar la decisión última sobre el uso del suelo. Es decir, que por más que él entienda la postura de los administradores, «¿eso significa que la ciudad de Gijón o que el Gobierno de Asturias apueste por que eso sea edificable ahora mismo? Pues seguramente que no. Pero hay que separar la obligación que tiene el administrador de una sociedad de velar por los intereses de su sociedad. No hay que sacar las cosas de quicio».
También la alcaldesa habló ayer de la cuestión. Más bien fue preguntada por la cuestión. Porque Paz Fernández Felgueroso pretendía no pronunciarse. «Se harán en su día las declaraciones», repitió en varias ocasiones, sumándose a la línea ya expresada por algunos concejales de su grupo, a las que la primera edil remitió ayer. Se refería a las palabras de Santiago Martínez Argüelles y de José María Pérez, además de a las de Pedro Sanjurjo.
Todos ellos han mantenido el interés municipal por convertir el suelo de Naval Gijón en un parque tecnológico. Pero Felgueroso ni siquiera repitió ayer esas palabras. «No vamos a salir a responder a cada alegación, no vamos a entrar al trapo de cada una de estas cuestiones», insistió. Es decir, la idea es no pronunciarse sobre ninguna cuestión concreta, aunque sea de la importancia de Naval Gijón, hasta que la Concejalía de Urbanismo haya elaborado el informe de contestación de las más de 1.400 alegaciones presentadas, y éste sea elevado al Pleno municipal. Ni una palabra más quiso pronunciar la primera edil sobre esta cuestión.
Y eso, a pesar de que el Partido Popular ha hecho públicas ya en varias ocasiones las críticas contra el equipo de gobierno por no pronunciarse sobre estas alegaciones. Y, especialmente, por no haber explicado si Pymar estaba en lo cierto al asegurar que el tratamiento urbanístico de esa parcela podía dar lugar a dudas y provocar una anulación del Plan General.
«Cuestión sentimental»
El último en sumarse a las reivindicaciones para la recalificación del suelo de Naval Gijón fue el coordinador local de UPyD, Armando Fernández Bartolomé, quien reclamó un uso residencial o al menos mixto para estos terrenos. «El crecimiento natural de la ciudad es por la franja costera, por lo que es completamente ilógico que ese suelo no sea residencial», criticó, al mismo tiempo que abogó por una «racionalidad» en las futuras edificaciones.
Para Fernández Bartolomé, se trata de «un debate artificial en el que existe una cuestión sentimental y promesas por parte del PSOE e IU con Naval Gijón».
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