La celebración del “Día Mundial de la Salud Mental”, cada 10 de octubre, es una iniciativa que pretende visibilizar la difícil situación de las personas con problemas de esta índole . El objetivo del lema de este año es denunciar las desigualdades que, en el ejercicio de sus derechos, sufren estos pacientes. Además, el lema pretende concienciar sobre el hecho de que la salud mental afecta a todo el mundo y que, por ello, todos debemos cuidarla.
No nos cansamos de repetir que la salud mental es un problema sanitario y social muy importante en Asturias y que la actual estructura de la sanidad pública no está preparada para responder satisfactoriamente a esta problemática y , más aún ,desde la aparición de la Pandemia del COVID-19. Por eso urgimos al Gobierno del Principado a que presente el Plan de Salud Mental 2021-25 ,con su correspondiente memoria económica, para abordar decididamente las carencias del sistema sanitario público asturiano en este ámbito.
Las desigualdades, en el ejercicio de sus derechos, tienen su más cruel reflejo en la disponibilidad de empleo. La discapacidad a causa de una enfermedad mental tiene una tasa de empleo de sólo un 16,9 por ciento según el informe del INE «El empleo de las personas con discapacidad (EPD)» correspondiente al año 2019. Además, según estudios recientes, las empresas españolas están a la cola de la gestión de la salud mental en el entorno laboral. Y esto es muy grave porque el empleo impone una estructura cotidiana del tiempo, implica experiencias compartidas y contactos con personas ajenas al núcleo familiar, vincula al individuo con metas y propósitos que rebasan el propio yo, proporciona un estatus social y clarifica la identidad personal. Puesto que no sólo se trabaja solo para ganarse la vida, sino también para el desarrollo personal, el desempleo resulta muy destructivo desde la vertiente psicológica, incluso cuando se tenga una fuente de ingresos económicos.
Por tanto, es crucial que los empleadores (incluidas las Administraciones Públicas) faciliten que las personas con problemas de salud mental ejerciten su derecho a acceder y mantener un empleo, eliminando para ello cualquier tipo de barrera y realizando las adaptaciones necesarias. Por otro lado, es fundamental generar entornos laborales donde se prevengan los trastornos mentales y se comprenda, con naturalidad, a las personas con problemas de esta índole.
Ahora, más que nunca, es necesaria en Asturias una política de salud mental (socio-sanitaria) de largo alcance, territorialmente equitativa, con los medios humanos y materiales necesarios , que prime la personalización y la dedicación del tiempo asistencial adecuado y con un objetivo último irrenunciable : empoderar a los pacientes para que, en la medida de lo posible, tomen las riendas de su propia vida. Las personas afectadas por trastornos mentales precisan independencia , trabajar, amar, convivir, normalizar porque, como bien expresó V. Woolf, ”no se puede hallar la paz evitando la vida” .
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