Pilar Méndez Fernández acaba de ser reelegida como coordinadora de Cáritas en el arciprestazgo de Gijón, cargo que compatibiliza con la labor docente en el Colegio Corazón de María. Voluntaria desde hace 18 años, sus inicios en Cáritas están vinculados al proyecto Prodimar (con sede en la parroquia San Juan Bautista de Tremañes), que incluye cursos de integración para mujeres en situación de exclusión. La nueva coordinadora observa con preocupación la realidad del incremento de las peticiones de ayuda por efecto de la actual coyuntura económica.
-¿Cómo están viviendo la crisis?
-Con mucha expectación porque el gran aluvión está por venir en los próximos meses. Lo que está pasando es que mucha gente que antes vivía en la normalidad ahora va a caer en la exclusión y de la exclusión a la marginalidad hay un paso estrecho.
-¿Cual es el perfil del nuevo demandante de ayuda?
-Son mucha gente que antes vivía normalmente, han perdido su empleo y ahora no tienen para pagar la renta, recibos de luz o alimentos y luego está el cargo de los hijos pero el mayor problema es el cargo de la renta y las deudas. Y en las parroquias el 90% de la gente que nos está llegando ya son inmigrantes. Antes con la construcción y el servicio doméstico encontraban chollos para ir tirando pero ahora es más complicado.
-¿Cómo están viviendo esta etapa las personas mayores?
-Con cierta estrechez pero un poco mejor que el resto porque están acostumbrados a apretarse el cinturón. Su problema es que les llegan los hijos y los nietos y no tienen más que la pensión que tenían. Eso les está generando otra frustración porque no pueden ayudarles como querían.
-¿La solidaridad de la gente es inferior a los tiempos de bonanza?
-La gente le tiene miedo a la crisis pero no hay una merma de la solidaridad. La gente normalizada se está echando un poco para atrás pero no es una cuestión de ser más o menos desprendidos sino que temen no poder afrontar sus gastos. La gente de Gijón es muy solidaria pero a veces hay que recordarles que estamos aquí.
-¿En qué zonas de la ciudad se concentra el mayor número de peticiones de ayuda?
-Normalmente la zona Oeste: La Calzada, Cerillero, Natahoyo, Tremañes, Pumarín Alto, y últimamente todo el centro, donde existen viviendas viejas alquiladas con muchos inmigrantes hacinados. En la zona de Roces, con todo el parque de viviendas que tienen es bastante llamativo el aumento que hay, de hecho allí se formará próximamente un grupo de Cáritas parroquial. En la zona rural hay mucha autoayuda. Tienen otros medios pero están igualmente un poco apretadillos.
-¿Esta campaña de Navidad será especialmente difícil?
-Lo malo no es que aumenten las peticiones de ayuda sino las cifras de los llamados pobres vergonzantes: lo pasarán mal pero no los veremos por Cáritas, hay gente que le cuesta acudir.
-¿Cómo está respondiendo la Administración?
-Si hay recortes no lo hacen a mala fe. Hay mucha más demanda y el mismo personal: no dan a basto. Habrá que esperar a comienzos de año a ver cómo queda la cosa con los recortes en el salario social y la ayuda familiar. Pero podemos decir que hoy nadie tiene porqué pasar hambre en Gijón: quienes lo necesiten tienen donde acudir para poder comer, cenar y dormir pero a veces hay quien no quiere entrar en una norma de ducharse y mantener una cierta higiene y prefieren el cartón.
-¿Hay picaresca en torno a las ayudas sociales?
-Sí, mucha. Ha habido que establecer una red entre parroquias para evitar que determinadas personas reciban la misma ayuda dos o tres veces.
-¿Cómo va el proyecto de La Santina en Huerces?
-Ha habido que esperar a la aprobación del catálogo urbanístico y fue necesario justificar a la entidad que se había comprometido a subvencionar el proyecto, La Caixa, ese retraso. No estará listo para empezar a vivir allí antes de dos años pero todos tenemos la ilusión puesta en ese proyecto.
«El mayor problema de las familias es el pago de la renta y las deudas»
«Con los recursos que tenemos en el arciprestazgo de Gijón nadie tiene por qué pasar hambre»
http://www.lne.es/gijon/2009/11/18/gijoneses-son-solidarios-hay-miedo-crisis/835523.html
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