Asturias perdió 30.000 empleos en el último año de recesión y 20.000 de ellos estaban ocupados por personas menores de 35 años. Datos como esos, recogidos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), vienen a certificar que los jóvenes forman el colectivo más damnificado por la destrucción de actividad económica y trabajo, y que la región, con una tasa de paro general (14,4%) más contenida que otras comunidades, está sin embargo entre los territorios de España con más desempleo juvenil.
«Aunque los jóvenes han tenido siempre dificultades para acceder al mercado de trabajo en nuestro país, su situación se ha deteriorado particularmente en los dos últimos años como consecuencia de la crisis», reconoce el Gobierno en el documento para la reforma laboral que el pasado viernes entregó a los agentes sociales. Allí se destaca que la tasa de paro entre los españoles de 16 a 25 años es superior en más de 20 puntos a la media del país. El diagnóstico sirve para Asturias, donde la tasa de desempleo entre quienes tienen entre 20 y 24 años ronda ya el 37%, ha subido 15 puntos en un año y es la cuarta más alta de España.
La letra menuda de la EPA señala que la pérdida de empleo se ha cebado desde finales de 2008 con los trabajadores que tienen edades comprendidas entre los 20 y los 34 años. A la altura del último trimestre de 2008, había 146.000 asturianos trabajando con esas edades; ahora son 126.000. En buena medida, ese resultado se explica por el fortísimo recorte de empleo eventual en los servicios y la construcción.
Esta crisis y el modelo de crecimiento económico de la última década han terminado por generar un perfil de paro juvenil singularmente preocupante, a decir de los expertos. La tesis es la siguiente: durante los años de auge económico, una parte de los jóvenes españoles abandonó prematuramente los estudios, atraída por las oportunidades de trabajo y los salarios que ofrecía, sobre todo, la construcción. El crac del boom inmobiliario a partir de 2008 ha mandado al paro a muchos de esos jóvenes, que a menudo carecen de formación adecuada para tener oportunidades consistentes de recolocación en otros sectores.
El Gobierno ha llevado el problema del desempleo juvenil a la mesa donde se negociará la reforma laboral. El documento presentado por el presidente Zapatero considera «ineludible articular un programa específico de empleo para jóvenes, en concertación con las comunidades autónomas». El Ejecutivo se plantea que las administraciones regionales cofinancien un programa dirigido a individuos entre los 16 y los 24 años que carezcan de cualquier título educativo o profesional. Se trataría, añade el Gobierno, de iniciativas de formación, orientación profesional y atención especializada diseñadas para procurar la cualificación e inserción laboral de este colectivo.
El documento para la reforma del mercado de trabajo, inconcreto en la mayoría de sus propuestas, no entra en más detalles sobre un plan de empleo juvenil que estaba entre las demandas principales de los sindicatos con vistas a la negociación que comenzará de manera efectiva esta semana. El Gobierno sí deja caer con más precisión otra medida orientada a los jóvenes: «Se favorecerá una mayor utilización de los contratos para la formación por las empresas y los trabajadores».
Los contratos formativos están pensados para que el trabajador adquiera la cualificación necesaria para el desempeño de un oficio y tienen ciertas peculiaridades, como su limitada duración (dos años máximo) y la obligación de la empresa de facilitar formación también teórica al contratado. La propuesta de reforma laboral plantea, para favorecer estos contratos, eximir a las empresas que tienen menos de 50 trabajadores de la obligación de impartir y costear esa formación teórica. Y se propone asimismo mejorar la protección social de los contratados, otorgándoles el derecho a cobrar la prestación de paro, del que ahora carecen.
http://www.lne.es/economia/2010/02/08/paro-ceba-jovenes-asturianos/870291.html
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