JOSÉ MARÍA FLORES SUÁREZ Historiador de la industria, coautor del tomo XI de la «Historia de Gijón»
J. MORÁN
José María Flores Suárez, licenciado en Historia y especialista en aspectos industriales, es el coautor del tomo XI de la «Historia de Gijón», dedicado a la economía de la ciudad durante el siglo XX. Junto a Paz García Quirós, también historiadora de la industria gijonesa, José María Flores analiza cómo las comunicaciones, las finanzas y el crecimiento urbano hicieron de Gijón la capital económica de Asturias. El próximo domingo se distribuirá este tomo undécimo, y penúltimo, de la «Historia de Gijón» al precio de 5,95 euros.
-¿Qué ofrece este volumen?
-La economía gijonesa del siglo XX está basada en la industria, y fundamentalmente la industria de transformados metálicos dependiente de la siderurgia y expuesta a los ciclos económicos europeos y mundiales, unos alcistas y otros depresivos. Recorremos esa evolución en la obra y creo que es una síntesis muy accesible a una visión general de la vida económica de Gijón, que en realidad es la vida misma de la ciudad. Cualquier gijonés o cualquier lector asturiano puede dar este vistazo y encontrará muchas referencia a comercios de toda la vida, o a industrias y factorías que fueron instituciones en la vida de Gijón, como Laviada u otros nombre imbricados con la ciudad.
-¿De dónde venía Gijón en materia económica?
-La economía gijonesa del siglo XX esta íntimamente entrelazada con la herencia anterior que se remonta a la etapa central del siglo XIX, cuando se inaugura el Ferrocarril de Langreo, un hecho trascendental para la economía gijonesa, reforzado más tarde con el enlace ferroviario de 1884, con la Meseta. Esto supone el despegue de Gijón como la capital industrial de Asturias y alrededor de las facilidades de transporte se generan una serie de industrias, unas nuevas y otras que refuerzan o modernizan las tradicionales. Así sucede, por ejemplo, con el sector pesquero, que da lugar a un sector conservero de cierto auge. Todo esto se reforzó con la crisis de 1998 de Cuba, que favoreció la traída de capitales indianos, los cuales, reinvertidos en la industria gijonesa convirtieron a principios del siglo XX a la ciudad en la capital económica e industrial de Asturias.
-¿Y las comunicaciones marítimas?
-Estuvieron a expensas de la rémora que supuso el debate entre la creación de un puerto nuevo en El Musel o la ampliación del muelle local. Esto último lo defendía la burguesía propietaria que tenía una serie de intereses en el puerto local y quería mantenerlos. Este debate muy absurdo retrasó 20 años la creación de El Musel, con lo que supuso de retraso general para el desarrollo de la ciudad.
-¿Hubo más fallos en Gijón?
-La historia económica de Gijón está entrelazada con lo que está sucediendo en el resto de España, que acumulaba retraso en el desarrollo industrial y económico. Gijón es esclava de ese retraso, y no tanto por un retraso propio y específico de la ciudad, sino por el retraso más amplio del ámbito español.
-La economía gijonesa ¿tendría que haberse relacionado más con Inglaterra?
-La influencia inglesa en Asturias o España se vio soslayada por la francesa en un momento dado. España empieza a mirar hacia Francia y todo llegaba traído de Francia, por ejemplo el modelo francés de comunicaciones, con el sistema radial. Hoy, a toro pasado puede ser fácil decir que se tendría que haber hecho de otro modo, pero hay que situarse en aquella circunstancia. Puede aplicarse esto a lo que sucede en el presente: dentro de unos años se podrá decir por qué en esta crisis no se tomó esta medida o esta otra, pero cuando te enfrentas a una situación nueva se toman las decisiones en función de los datos que posees, no de los que vas a poseer dentro de un tiempo.
-¿Que perjudicó a la economía gijonesa?
-Además de la gran crisis económica de los años ochenta, Gijón se vio perjudicada por una etapa de crisis política en España, la transición, en la que se aprovecharon conflictos laborales para desviarlos al ámbito político y se endurecieron conflictos. Esta es una opinión personal, pero obtenida después de estudiar el período: la crisis se agravó todavía más para sacar un rendimiento político, para buscar cierta agitación política, y se utilizaron los conflictos laborales, económicos en última instancia, como excusa.
-¿Ha salido Gijón airosamente de la reconversión?
-Salió, pero si fue airosamente habría que preguntarlo a las familias que lo sufrieron, a las personas que sufrieron la reconversión real en propia carne. Salió porque hay un proceso: el tiempo pasa y las personas buscan soluciones a título individual. Indudablemente, como ciudad industrial, desde luego que no, aunque conserva cosas porque el que tuvo retuvo. Cuando Paz Quirós y yo publicamos «La ciudad del vapor», sobre la historia industrial gijonesa, era el año 1999 y todavía había en aquel momento una serie de incógnitas como el futuro de Tabacalera o de La Herminia; incógnitas que ya se despejaron negativamente. Esto puede servir de respuesta.
-¿Futuro en el sector terciario y los servicios?
-Es lo que se está produciendo y yo entiendo que debe ser el futuro, quizás con más ímpetu y más decisión.
http://www.lne.es/gijon/2010/04/09/historia-industrial-gijon--capital-economica-asturias/897915.html
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