M. S.
La oposición de la parroquia de Cenero al vertedero previsto por Asturiana de Zinc (AZSA) «será frontal». Así lo acordaron los vecinos el pasado lunes, en una asamblea que se prolongó hasta la noche. El encuentro, convocado por la asociación «Los 16», contó con la presencia de un técnico de residuos del Principado de Asturias. Sus explicaciones no lograron convencer a los asistentes.
El residuo que AZSA pretende echar en el vertedero ya existente en La Enmesnada, barrio de Carbaínos, se conoce con el nombre de «jarosita». Ese material trae consigo «un montón de componentes pesados, como plomo o zinc», apunta el presidente de la Asociación de Vecinos «Los 16», de Cenero, Albino González. «Nos dicen que los residuos se tratarán con cemento y cal viva para neutralizar esos materiales pesados. Los convertirían en lo que llaman "jarofix"», prosigue.
En Canadá, país pionero en este sistema de tratamiento de residuos peligrosos, ni siquiera es obligatorio impermeabilizar el terreno, algo que en Cenero sí se haría. «Pero ni con ésas. Los vecinos están convencidos de que lo que se echa en la tierra, ahí se queda», señala Albino González, haciéndose eco del recelo que siente la parroquia ante los futuros efectos que pudieran derivarse de los vertidos de AZSA.
El gobierno regional, sin embargo, asegura que se extremarán las precauciones y que no hay motivo para el alarmismo. De hecho, ya está en tramitación el expediente que aprueba el vertido de residuos procedentes de la planta que Asturiana de Zinc tiene en Castrillón. La documentación se encuentra en fase de información pública desde el pasado 15 de septiembre. El período de alegaciones comprende 30 días hábiles.
Los vecinos de Cenero ya han tenido acceso a ese expediente, expuesto en la Consejería de Medio Ambiente, y «ahora lo estamos estudiando de cara a tomar medidas administrativas». Según se desprende de la última asamblea, la parroquia hará todo lo que esté en su mano para frenar la decisión de convertir La Enmesnada en un vertedero de AZSA. Actualmente, en esa zona de Carbaínos se echan piedras y tierras inertes, lo que no acarrea un peligro medioambiental para la parroquia. Parte de ese material se está utilizando ahora como relleno de la obra de ampliación de El Musel, al igual que la escombrera de Mina La Camocha.
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