Unión, Progreso y Democracia (UPyD) se presenta a las elecciones como otra forma de hacer política. Esa es su bandera. La que ayer enarboló Rosa Díez, su máxima representante a nivel nacional, durante el mítin que ofreció en el Palacio de Congresos de Gijón: «La denocracia necesita regenerarse y no todos los políticos somos iguales».
Mientras unos echan mano del insulto, «nosotros defendemos aquello en lo que creemos», incidió Díez. «Y, porque no renunciamos a nuestras ideas, ya somos ganadores», apostilló. De cara a los comicios del domingo, «las vibraciones en Asturias son extraordinarias. Desde Sevilla a Gijón, la gente necesita que las cosas cambien. El agua subterránea saldrá a borbotones».
Los candidatos de UPyD aseguran haber palpado ese desencanto a pie de calle. «Somos el único partido que no contrató ni una sola persona para organizar la campaña. Ha sido un trabajo voluntario y desinteresado», precisó Ignacio Prendes, que aspira a la presidencia del Principado. «Los demás prometen quitar las listas de espera, un salario joven y hasta el pleno empleo durante seis meses. Es vergonzoso. No se puede engañar a la gente», criticó.
Ante más de 300 simpatizantes, los líderes de UPyD recordaron sus inicios en 2007, como «un movimiento cívico» que no quiso someterse a la disciplina de partido. «Es lo mismo que hace el movimiento del 15-M; nosotros en las instituciones y ellos en la calle», señaló Rosa Díez, en alusión a la iniciativa que ha llevado a miles de personas a concentrarse en la Puerta del Sol para poner en evidencia a los políticos. «Si no molestan el orden público, pediría un minuto de tregua para ellos. Son gente plural, con reivindicaciones democráticas», defendió, arropada también por el candiato de Gijón, Armando Fernández.
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