Dice Gracián en su Oráculo manual que «Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen.... Son muchos más los engañados que los advertidos: prevalece el engaño y júzganse las cosas por fuera. Hay cosas que son muy otras de lo que parecen.» El debate sobre la oficialidad del asturiano ( con sus verdades, mitos y leyendas) servirá para encubrir la triste realidad económica de Asturias. La liturgia no es nueva..... ya la vivimos con el "nacionalismo carbonario" omnipresente en la iconosfera cultural y mediática asturiana, y que excluía a muchos ciudadanos que nunca entendieron por qué criticar actuaciones concretas de los sindicatos mineros, como por ejemplo, el exceso de asfalto y hormigón en el uso de los fondos mineros o el fracaso en la reindustrialización de las cuencas, era atacar a Asturias y los intereses de los asturianos. Seguro que aquí pasara algo parecido. Dogmas y anatemas.
Lo que necesita Asturias ya, en asturiano o en castellano, es dar estatuto de urgencia a una profunda reforma política, económica y administrativa que corte el empobrecimiento y envejecimiento de la región en constante decadencia desde hace 40 años . Asturias necesita un plan, una estrategia orientada decididamente hacia el dinamismo económico como gran prioridad regional y a otorgar un mayor protagonismo a la empresa porque el crecimiento, la competitividad y el empleo, son la única base de un futuro de progreso y con mayor bienestar social. Por cumplir nuestros sueños de jubilados no podemos robarles los suyos a nuestros hijos y nietos.
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