MIGUEL BERNARDO Contar cómo pasó y los tiempos revueltos que se vivieron en la historia reciente con que se escribió la construcción del nuevo CP Jovellanos bien podría dar para una de esas series culebreras donde las alegrías, tristezas, amores, desencuentros, decepciones y hasta malas artes son el hilo conductor. Aunque el proyecto no sea una realidad finiquitada, prefiero hablar en pasado porque la buena marcha de las obras y la cercanía de un año electoral municipal y regional parecen garantía suficiente para que, esta vez sí, los plazos se cumplan y el alumnado, mi hija entre ellos, comiencen el nuevo curso en la parte que el proyecto denomina «aulario», a la espera de que el siguiente año, también electoral -esta vez a Cortes- lo remate.
El nuevo centro contará con un capacidad potencial de aproximadamente 600 alumnos distribuidos en 9 aulas de Infantil y 18 aulas de Primaria o lo que viene a equivaler a 3 unidades para cada nivel educativo, denominándose esto en el argot educativo «colegio de línea 3».
En la actualidad cuenta con aproximadamente la mitad de alumnos de esa cantidad siendo su composición un «tutti frutti» de niveles del 1 al 3. Parece lógico esperar, aunque esto en nuestra sociedad no sea garantía de que así suceda, que unas estrenadas instalaciones, un comedor escolar y un buen equipo pedagógico sean buenas razones para que se duplique el número de escolares; sin embargo, mi experiencia me dice que políticas educativas como las actuales, y si la natalidad no remonta, abocan a este centro a la infrautilización. Algún ejemplo tenemos en Ceares.
Cuando los profesionales de la foto en campaña preelectoral vengan a inaugurar el centro, se les llenará la boca de su apuesta decisiva por la enseñanza pública y nos venderán que el «ladrillo inaugural» es ejemplo de su impulso incuestionable por la enseñanza pública (aclaro que cuando hablo de lo público me refiero a lo de titularidad pública). Sin duda, un centro nuevo ayuda, pero ¿para qué sirve si no se acompaña de planificaciones educativas que lo fortalezcan? Ejemplo de lo anterior ya empezamos a sufrirlo antes de que el pistoletazo del nuevo centro educativo haya sonado. La Consejería de Educación ha comunicado al centro su propuesta de que para próximo curso el único nivel donde hay tres aulas, infantil de 3 años, pase a tener dos unidades. ¿Es coherente una iniciativa de este tipo a pocos meses de poner en marcha un aulario de línea 3? Si esto lo complementamos con que a un colegio religioso concertado del centro de nuestra ciudad, del mismo ámbito de influencia que el CP Jovellanos, se le asigna una unidad más de Infantil, la cosa ya cuadra y las políticas educativas también.
http://www.lne.es/gijon/2010/04/27/basta-nuevo-colegio/906611.html
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