MANUEL DE LA CRUZ Y MIGUEL RECIO
EL PAÍS - Economía - 28-04-2010
España está, en algunos resultados educativos (por ejemplo, en la tasa de Abandono Educativo Temprano o AET), bastante alejada de los objetivos que marca la UE para sus Estados miembros, mientras que en otros (niveles de escolarización a los cuatro años o tasa de titulados superiores) no sólo alcanza los objetivos actuales de la UE sino incluso los que marca para 2020. Presentan AET los jóvenes de 18 a 24 años que no tienen un título de secundaria postobligatoria y no están estudiando. La importancia de este indicador radica en que quienes lo integran llegan al mundo laboral sin una mínima cualificación, con escasas expectativas profesionales a nivel personal y, además, socialmente son un freno en la evolución hacia la sociedad del conocimiento.
En España, durante el decenio 2000-2009, la tasa de AET se ha incrementado en 1,6 puntos porcentuales en lugar de reducirse, llegando a alcanzar el 31,2% en 2009, un valor muy alejado del 15% objetivo de la UE; aunque este dato hay que matizarlo: la tasa de AET se redujo durante el decenio tanto para la población española como para la población extranjera aunque, debido a la mayor tasa de este último colectivo, así como a su creciente peso sobre la población total en España, el efecto para el conjunto haya sido de subida.
Los jóvenes de 18 a 24 años que abandonan se pueden clasificar en dos grupos:
a) Los que no tienen ni siquiera el título de Graduado en Secundaria (ESO) que, según datos de la EPA, se pueden cifrar en el 12% (aunque los que no titulan cada año son un porcentaje superior; de estos, los que no abandonan repiten y una parte obtienen el título en una segunda oportunidad); y b) Los que teniendo el título de ESO han optado por no continuar estudiando o han abandonado antes de obtener un título de postobligatoria, que representan el restante 19,2%; a éstos habría que facilitarles que siguieran estudiando (mediante becas, plazas de FP, etcétera).
La repetición es la medida educativa más destacada en nuestro sistema educativo. Un 16% de quienes se incorporan a la ESO ya han repetido en Primaria; a lo largo de la ESO repiten un promedio del 19% en cualquiera de los cursos (con un tope de dos veces en la etapa). Pero la repetición:
-Es una medida cara; su coste, sólo para la ESO, alcanza los 2.100 millones de euros anuales (compárese con los 590 millones que ofrece el MEC para el Pacto Educativo); es, cada curso, el trabajo de 35.000 profesores en 14.500 grupos de alumnos,
-Es una medida que impide que accedan a otras medidas educativas (programas de diversificación curricular, de alto éxito) los alumnos que ya acaban 2º con 16 años y se van del sistema: hay un 12% de alumnos de 16 años desescolarizado,
-Es una medida que carga en exceso la responsabilidad del fracaso en el alumno (y su familia) y reduce el papel del profesorado a un mero notario del nivel alcanzado por el alumno: si no llega, pues repite;
-La población que presenta AET está conformada, fundamentalmente, por personas que han sido repetidores alguna vez; y todos aquellos que lo han sido dos veces se encuentran en este grupo;
-Es una medida ineficiente: se usa cuando los problemas son difícilmente resolubles, sin estar al final de una escala graduada de medidas, más baratas y menos traumáticas; no asegura un porcentaje de promoción por encima del de los no repetidores; está a la base de nuestro estancamiento y fracaso en el AET.
-Madrid (con muchos repetidores) es la comunidad en la que más ha crecido, en este decenio, la tasa de abandono educativo temprano (también para el colectivo de los alumnos españoles).
¿Hay alternativas a esta medida de la repetición? El uso de la repetición, que es minoritaria en la UE e inexistente en alguno de los países que presentan mejores resultados educativos, está muy asentado entre el profesorado español. El necesario cambio debe venir de la formación del profesorado en la aplicación de otras muchas medidas a la escala de los problemas detectados y desde su primera constatación: desde la educación primaria o, incluso, desde la infantil y no al final del curso; de una mayor autonomía -y control social- de la aplicación de estas medidas; de un mayor compromiso de toda la comunidad educativa -también los padres, los alumnos y de la Administración- con estas nuevas medidas. Dinero en la repetición hay mucho, demasiado. Se trata de usarlo en medidas más eficaces. Empezando por medidas de apoyo y refuerzo en Primaria que eviten que ningún alumno se quede rezagado ni tenga secuelas en 1º y 2º de la ESO; los programas de diversificación en la ESO, PROA, refuerzos, apoyos, etcétera, también van en esa dirección. En la Memoria para el Pacto, para estas medidas alternativas (en Primaria y ESO) se proponen 188 millones: la mitad del coste de la actual repetición en Primaria. Hay que avanzar.
http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20100428elpepieco_15&type=Tes
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