El Ayuntamiento frena sus programas urbanísticos en favor de una estrategia política de apoyo directo a las familias con ayudas sociales y a la vivienda
R. VALLE
Afianzar los programas sociales y de vivienda y sostener el esfuerzo en los programas de empleo. Ésas son las prioridades políticas del presupuesto pactado por PSOE e IU para el Gijón del año que viene y, también, las razones del frenazo en la capacidad del Ayuntamiento como constructora y promotora inmobiliaria. Dos ejemplos bastan para analizar el impacto de la reducción de recursos municipales en el área de Urbanismo: el plan de fachadas y el plan de avenidas.
El veterano programa de subvenciones a las comunidades de vecinos para el arreglo de las fachadas de sus edificios -junto al plan de ayudas para la instalación de ascensores o rampas que favorezcan la accesibilidad en los inmuebles- tiene para el año que viene una partida estipulada de 4 millones de euros. Dos millones menos que en el actual ejercicio presupuestario y cuatro millones menos que en el año 2009. Este tipo de programas nacieron con la intención de facilitar una modernización del parque inmobiliario de la ciudad, pero suponen también un revulsivo para el sector de la construcción al favorecer obras que pueden ser asumidas por pequeñas y medianas empresas de construcción ubicadas en la ciudad. Una de las singularidades del plan de fachadas, además, está en la actuación prevista en el Muro para cambiar la imagen del paseo marítimo de San Lorenzo.
Menor veteranía tiene el plan de avenidas, que surgió como uno de los compromisos de este mandato de Paz Fernández Felgueroso, pero sufre con igual intensidad el recorte económico en las cuentas municipales del año que viene. El plan de inversiones municipal de 2011 sólo reserva medio millón de euros para rematar las obras ya en marcha. La cifra se duplica si se tienen en cuentan otras actuaciones urbanizadoras en la ciudad. Unas cifras que están muy lejos de los 5,32 millones presupuestados bajo el epígrafe de plan de avenidas en 2009 o los 7,29 millones que el presupuesto consolidado de este año sumaba en el área de urbanismo y mantenimiento urbano y rural. Esa rebaja supone que quedará sin ejecutar la anunciada remodelación de la avenida de Manuel Llaneza.
Más que de nuevas calles y fachadas modernas, los últimos presupuestos de Paz Fernández Felgueroso buscan presumir del cuidado de los hogares. El Ayuntamiento quiere limitar, o por lo menos ésa es la intención, el impacto de la crisis y el paro en las familias con ayudas directas a través de acciones de la Fundación Municipal de Servicios Sociales y la Empresa Municipal de la Vivienda. Casi 1.500 becas de comedor y 4.500 asistidos en el programa de teleasistencia son sólo algunos de los números del área presupuestaria de vivienda y bienestar social, que tiene una reserva de 3,5 millones en su partida de ayudas a domicilio para superar los 2.000 beneficiarios. En cuanto a las ayudas directas a la vivienda se espera llegar a casi 4.000 beneficiarios a través de un presupuesto de 3,6 millones de euros que se reparte en los programas de ayuda al alquiler, a la formalización de contratos o a estudiantes para compartir vivienda.
Este apoyo a los más necesitados salta las fronteras de Gijón. Pese a los recortes a todos los niveles, el presupuesto general sólo le baja 60.000 euros al presupuesto que anualmente maneja la concejalía de Cooperación Internacional. Esa área que controla Jesús Montes Estrada tendrá 1,7 millones de euros para gastar el año que viene.
Afianzar los programas sociales y de vivienda y sostener el esfuerzo en los programas de empleo. Ésas son las prioridades políticas del presupuesto pactado por PSOE e IU para el Gijón del año que viene y, también, las razones del frenazo en la capacidad del Ayuntamiento como constructora y promotora inmobiliaria. Dos ejemplos bastan para analizar el impacto de la reducción de recursos municipales en el área de Urbanismo: el plan de fachadas y el plan de avenidas.
El veterano programa de subvenciones a las comunidades de vecinos para el arreglo de las fachadas de sus edificios -junto al plan de ayudas para la instalación de ascensores o rampas que favorezcan la accesibilidad en los inmuebles- tiene para el año que viene una partida estipulada de 4 millones de euros. Dos millones menos que en el actual ejercicio presupuestario y cuatro millones menos que en el año 2009. Este tipo de programas nacieron con la intención de facilitar una modernización del parque inmobiliario de la ciudad, pero suponen también un revulsivo para el sector de la construcción al favorecer obras que pueden ser asumidas por pequeñas y medianas empresas de construcción ubicadas en la ciudad. Una de las singularidades del plan de fachadas, además, está en la actuación prevista en el Muro para cambiar la imagen del paseo marítimo de San Lorenzo.
Menor veteranía tiene el plan de avenidas, que surgió como uno de los compromisos de este mandato de Paz Fernández Felgueroso, pero sufre con igual intensidad el recorte económico en las cuentas municipales del año que viene. El plan de inversiones municipal de 2011 sólo reserva medio millón de euros para rematar las obras ya en marcha. La cifra se duplica si se tienen en cuentan otras actuaciones urbanizadoras en la ciudad. Unas cifras que están muy lejos de los 5,32 millones presupuestados bajo el epígrafe de plan de avenidas en 2009 o los 7,29 millones que el presupuesto consolidado de este año sumaba en el área de urbanismo y mantenimiento urbano y rural. Esa rebaja supone que quedará sin ejecutar la anunciada remodelación de la avenida de Manuel Llaneza.
Más que de nuevas calles y fachadas modernas, los últimos presupuestos de Paz Fernández Felgueroso buscan presumir del cuidado de los hogares. El Ayuntamiento quiere limitar, o por lo menos ésa es la intención, el impacto de la crisis y el paro en las familias con ayudas directas a través de acciones de la Fundación Municipal de Servicios Sociales y la Empresa Municipal de la Vivienda. Casi 1.500 becas de comedor y 4.500 asistidos en el programa de teleasistencia son sólo algunos de los números del área presupuestaria de vivienda y bienestar social, que tiene una reserva de 3,5 millones en su partida de ayudas a domicilio para superar los 2.000 beneficiarios. En cuanto a las ayudas directas a la vivienda se espera llegar a casi 4.000 beneficiarios a través de un presupuesto de 3,6 millones de euros que se reparte en los programas de ayuda al alquiler, a la formalización de contratos o a estudiantes para compartir vivienda.
Este apoyo a los más necesitados salta las fronteras de Gijón. Pese a los recortes a todos los niveles, el presupuesto general sólo le baja 60.000 euros al presupuesto que anualmente maneja la concejalía de Cooperación Internacional. Esa área que controla Jesús Montes Estrada tendrá 1,7 millones de euros para gastar el año que viene.
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