La terminal granelera de El Musel (EBHISA) no espera un aumento significativo de sus tráficos en 2011, debido a la incertidumbre que rodea las importaciones de carbón térmico, según informaron ayer a EL COMERCIO fuentes de la citada empresa. La EBHI movió el pasado año 10.636.000 toneladas (5.796.000 de mineral de hierro y 4.840.000 de carbón) al descargar un total de 116 barcos. La caída del carbón térmico no sólo reduce el tráfico de El Musel, sino también el peso de la terminal granelera en el contexto portuario, aunque su actividad sigue siendo ampliamente mayoritaria. El pasado año, la terminal granelera que opera en el muelle de Marcelino León movió el 68% de la mercancía que pasó por El Musel, mientras el mismo porcentaje fue del 77,7% en 2005, año récord de tráfico en el puerto gijonés. O sea, casi diez puntos menos en un quinquenio.
Las fuentes referidas indicaron que las previsiones son ahora menos concretas que hace unos años y están sometidas a lo largo del ejercicio a cambios que pueden llegar a ser significativos. Sin embargo, todo apunta a que el principal cliente de la terminal, Arcelor Mittal, mantendrá sus importaciones de materia prima en niveles similares a los de 2010 y que la llegada de carbón térmico se estancará.
No obstante, lo que ocurra definitivamente con el decreto que obliga a las térmicas a comprar altos porcentajes de carbón nacional puede cambiar las cosas. Las empresas eléctricas recurrieron el decreto, que quedó en suspenso, al menos en la práctica, a la espera de resolución judicial.
La obligación que el Gobierno pretende imponer para proteger el carbón nacional limita las importaciones en porcentaje variable según la capacidad y otros factores de cada térmica, pero la gran mayoría del consumo, entre el 70% y el 85%, debe ser carbón nacional.
Transbordos
EBHISA no se plantea, al menos por el momento, realizar inversiones con vistas a efectuar transbordos. Una de las ideas de la Autoridad Portuaria de Gijón, que tiene mayoría accionarial en la EBHI, para aumentar el tráfico granelero es que El Musel actúe como puerto distribuidor, es decir, que reciba grandes barcos aprovechando sus calados importantes, y transborde la mercancía a barcos más pequeños para atender las necesidades de otros puertos. Un operador ubicado en Aboño realiza ya importaciones de carbón, en barcos de unas 70.000 toneladas, que criba y selecciona para redistribuirlo luego con barcos más pequeños.
EBHISA ha desestibado alguno de los barcos de entrada, pero actualmente no dispone de cargador, que otrora tuvo y fue vendido al puerto de Tarragona por su nulo uso, de forma que son estibadoras privadas las que cargan los barcos distribuidores.
Las fuentes consultadas por este periódico indicaron que el volumen de transbordos no justifica la inversión necesaria para optar a esos tráficos. La mera opción, por otra parte, podría causar no poca polémica, por la competencia que una empresa mixta, pero de mayoría pública, como es la EBHI, ocasionaría a la iniciativa privada.
La vigente normativa aboca a la privatización de la EBHI, pero parece ser que no están previstos pasos en ese sentido.
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