«Tenemos un profesorado genial, buenísimo. Y unos equipos directivos superprofesionales,
superentregados. Están tan implicados en el sistema que, pese a la crisis, creo que vamos a salir adelante». Así de optimista se muestra el número dos de la Consejería de Educación del Principado, José Antonio Fernández Espina (Turón, 1956), en la recta final para la inauguración del curso escolar. «Estos quince días son tremendos. Estos días son los de cerrar los detallinos que te quedan: que te falte un profesor, que el aula esté a tiempo, el transporte de no sé dónde... Es una locura, pero muy divertida también», explica el director general de Personal Docente y Planificación Educativa, que se declara «maestro de cabecera».
-¿Teme la reacción social al nuevo mapa de centros?
-Es un tema muy sensible para la sociedad y requiere negociación con la Federación de Concejos, las asociaciones de madres y padres, los sindicatos docentes, las familias, los ayuntamientos... No porque signifique que de 400 centros vayamos a pasar a 200, pero sí está claro que tenemos zonas con concentración de colegios que ahora mismo no tienen alumnado y que no tiene sentido mantener. Se trata de ajustar la oferta y la demanda que tenemos.
-¿En qué se basan?
-El año pasado hicimos un estudio sobre Infantil y Primaria y se ven desfases. Adelantar qué pasaría sería crear alarma social, pero tenemos claustros de profesores, incluso familias, que nos dicen: «¿Esto cómo lo mantenéis así? Esto habría que reorganizarlo». No es posible que zonas como las Cuencas tengan tres o cuatro institutos juntos que están medio vacíos. Por eso, desde los propios centros ven necesaria esa reordenación del mapa.
-¿Cambiará el modelo de escolarización en el Principado?
-Lo que queremos es fijar distritos o zonas en Asturias, de tal manera que, dentro de esa zona, el alumnado conozca su itinerario desde que ingresa en el 0 a 3 hasta que termina sus estudios de enseñanza obligatoria: a qué colegio va a pasar y a qué instituto va a ir. Con la escolarización tenemos que hacer algo, pero mientras que Ana González sea consejera, no va a haber un distrito único. Estamos muy contentos con el sistema de escolarización que tenemos, pero queremos hacer algunos ajustes. Porque ahora mismo, en Asturias, las únicas zonas educativas que hay están en las ciudades centrales, que tienen delimitadas zonas de influencia. Quizá haya que revisar esas áreas, que en algunos lugares se han quedado obsoletas. Por ejemplo, el área rural de Gijón no está dentro de ninguna zona de influencia. Esas cosinas hay que corregirlas.
-Denuncian recortes de la plantilla de las escuelas de 0 a 3.
-Detectamos que, entre los datos que nos pasan y el seguimiento que hacemos mes a mes, hay un desfase del alumnado que asiste. Hemos hecho los cálculos y nos sale lo que nos sale. Rectificamos las plantillas tras las alegaciones municipales. Algunos han seguido diciéndonos algo, pero ahora la cosa está tranquila, cubierta. No solo se cumplen los convenios, sino que las plantillas están por encima. El ajuste supone que tenemos 25 técnicas menos.
-Y más medias jornadas, como en el caso de los interinos.
-Nos preocupa muchísimo y cada año se incrementa el número. Más, cuando el año pasado no hemos podido convocar oposiciones. Es algo contra lo que estamos luchando. De hecho, la consejera le ha mandado una carta a Montoro pidiendo que la tasa de reposición del 10% no sea para toda la Administración. Que Educación tenga una distinta. Y que nos permita convocar oposiciones no en función de la gente que se jubila, 400 el año pasado, sino en función del profesorado interino que tenemos, que parece más lógico.
-¿Por qué no las convocaron el curso pasado en Primaria?
-Con esa tasa, era una cifra irrisoria. El curso pasado podíamos convocar 70 plazas. Esa convocatoria al Principado le cuesta un millón de euros, por constitución de tribunales y porque se presenta mucha gente. Precisamos una convocatoria muy jugosa porque reducir interinos es una necesidad urgente.
-¿Qué pasa con el transporte?
-Había una norma estatal que fijaba en dos kilómetros la distancia mínima para tener derecho al transporte escolar. Nosotros hemos bajado a un kilómetro y medio, pero también hemos revisado las rutas y hemos visto que alumnos que vivían a 400 metros del centro estaban usando el transporte escolar de forma gratuita. Y es responsabilidad de la familia llevar al centro al alumno si no cumple los requisitos para tener ese servicio.
-Los libreros están enfadados.
-Se han detectado casos de familias que dedican las ayudas a otra cosa y el alumno sigue yendo sin libros. Pero la protesta de los libreros no es tanto por las ayudas, sino porque nos dicen que hay centros que venden libros. Judicialmente, no está claro que no puedan hacerlo.