ELOGIO DE LA POLÍTICA

FESTINA LENTE

martes, 19 de mayo de 2009

Carnavalada electoral

26.02.09 -
ARMANDO F. BARTOLOMÉ COORDINADOR DE UP Y D EN GIJÓN

ES evidente que los españoles nos jugamos mucho en los comicios autonómicos del próximo 1 de marzo porque el nacionalismo condiciona peligrosamente las política española y, especialmente, a los gobiernos del PSOE. Sin embargo, la campaña electoral está pasando inadvertida. Los medios han semicongelado el debate sobre las políticas en ambas comunidades y nos entretienen con mascaradas de espías y corruptos, ex ministros cazadores furtivos, jueces ansiosos y demás fantochadas que, o bien deberían estar bajo secreto de sumario (por cierto, con filtraciones escandalosas sin que nadie actúe), o bien en lugar discreto (porque dan vergüenza), pero nunca en primera página, marcando agenda y ocultando con fines electoralistas el verdadero debate político: ¿cuáles son los límites del estado autonómico? ¿Por qué hay comunidades privilegiadas? ¿A dónde nos lleva la reforma constitucional encubierta y bilateral iniciada con el Estatuto catalán? ¿Cómo será el reparto del dinero de todos en el nuevo modelo de financiación?
Lo cierto es que ahora, con dineros públicos escasos, no conviene que se hable del nacionalismo, de su avaricia sin límites, del cupo/pufo vasco, de las ruinosas y propagandísticas ETB y TVG, de los planes de estudio falsificadores de la Historia, de la impuesta 'normalización' lingüística, de lo caro que nos sale a todos su apoyo al gobierno de Zapatero, Touriño (o Montilla) y, en definitiva, de la igualdad y libertad de todos los ciudadanos españoles. Los líderes políticos en estas comunidades han sido incapaces, aunque fuera en castellano, de celebrar un solo debate público sobre sus propuestas y, lo que es peor, no dejan que hablen en sus televisiones y radios los que sí queremos opinar. Un gran ejemplo democrático que demuestra que el problema no son las lenguas, sino quienes las hablan.
Así todo, hay que gritar a los cuatro vientos (en castellano, gallego o euskera) que el nacionalismo político, se autoproclame de derechas o de izquierdas, filomarxista o demócrata-cristiano, cual pseudoreligión sustitutoria, provea de coartadas sentimentales, mitos y leyendas lo que no es más que egoísmo identitario institucionalizado. El nacionalismo ha ido avanzando imparablemente marcando territorios, colocando amigos (uno de los nuestros), burocratizando y discriminando.
L a fabricación del romanticismo victimista ha ido paralela al asalto de las instituciones y poltronas ante la pasividad de unos partidos supuestamente nacionales (PSOE, PP e IU) que, dejando en el armario el internacionalismo socialista y proletario o el humanismo universalista cristiano, según el caso, y para obtener y/o mantenerse en el poder han pactado con el diablo, han pactado el futuro del Estado español con partidos que se declaran expresamente antiespañoles; han mantenido discursos y prácticas diferentes en según qué sitios y, lo que es imperdonable, han sido incapaces de pactar entre ellos para poner freno a unas demandas nacionalistas, en el caso vasco con el determinante mafioso de ETA, que están dejando al Estado (el de todos) anémico y en los huesos. Han pactado el futuro del Estado español, el único que garantiza nuestros derechos y libertades, con sus enemigos declarados, y cuando buscamos la unión política con Europa (y quizás con el mundo entero aliando civilizaciones), practicamos políticas disgregadoras e injustas dentro de España. Un disparate anacrónico. Lo dicho: los ciudadanos españoles nos jugamos mucho en estas elecciones.

http://www.elcomerciodigital.com/oviedo/20090226/opinionarticulos/carnavalada-electoral-20090226.html

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