Oviedo, Eduardo GARCÍA
«Mantener nuestros nueve delegados, que representan casi el 25% del profesorado de la red pública», es el objetivo con el que Gumersindo Rodríguez, presidente de ANPE Asturias y profesor de Educación Física del IES Doctor Fleming de Oviedo, encara las elecciones del 2 de diciembre.
Rodríguez reivindica la independencia de la organización por la que se presenta como candidato. «Somos un sindicato exclusivamente profesional. No hacemos el caldo gordo a la Administración ni a ningún partido político», subraya. Así que se permite criticar abiertamente al Principado. «Ha cometido errores de bulto, para empezar negando la representatividad de los sindicatos». Para él resulta «inconcebible que la mesa sectorial de Educación estuviera parada tres años. Se rompió esa inacción gracias a que ANPE acudió a los tribunales». Además, «atribuir las competencias de personal educativo a Administraciones Públicas fue algo terrible. La política de personal tiene que volver a Educación».
ANPE es uno de los sindicatos que firmó el acuerdo de evaluación e incentivos, «y lo seguimos defendiendo con uñas y dientes. Lo único que lamentamos son las dilaciones interesadas. Hay mil y pico profesores que quieren cobrar el incentivo, que cumplen los requisitos y no cobran porque la Administración asturiana no ha hecho los deberes».
Ahora, al encarar las elecciones sindicales, para ANPE es irrenunciable «recuperar las condiciones de trabajo y el poder adquisitivo, y romper de una vez la inestabilidad laboral. Hay un 18% de interinos entre el profesorado de la red pública, cuando el compromiso con el Ministerio en 2005 era reducir esa tasa de interinidad al 8%».
ANPE, explica su presidente, quiere que los docentes con más de treinta años de servicio y 60 años, como mínimo de edad, tengan acceso a la jubilación.
Los profesores, dice, se sienten discriminados. «Ni siquiera nos equiparamos en el horario con los demás funcionarios regionales. Ellos tienen 35 horas semanales, nosotros 37 y media. Y encima un papeleo que nos lleva inundando desde la puesta en marcha del sistema "logsiano". Horas y horas de burocracia, y cuanta más burocracia, menos educación». «Se les obliga a trabajar más y en peores condiciones y encima se les baja el sueldo», agrega.
«Mantener nuestros nueve delegados, que representan casi el 25% del profesorado de la red pública», es el objetivo con el que Gumersindo Rodríguez, presidente de ANPE Asturias y profesor de Educación Física del IES Doctor Fleming de Oviedo, encara las elecciones del 2 de diciembre.
Rodríguez reivindica la independencia de la organización por la que se presenta como candidato. «Somos un sindicato exclusivamente profesional. No hacemos el caldo gordo a la Administración ni a ningún partido político», subraya. Así que se permite criticar abiertamente al Principado. «Ha cometido errores de bulto, para empezar negando la representatividad de los sindicatos». Para él resulta «inconcebible que la mesa sectorial de Educación estuviera parada tres años. Se rompió esa inacción gracias a que ANPE acudió a los tribunales». Además, «atribuir las competencias de personal educativo a Administraciones Públicas fue algo terrible. La política de personal tiene que volver a Educación».
ANPE es uno de los sindicatos que firmó el acuerdo de evaluación e incentivos, «y lo seguimos defendiendo con uñas y dientes. Lo único que lamentamos son las dilaciones interesadas. Hay mil y pico profesores que quieren cobrar el incentivo, que cumplen los requisitos y no cobran porque la Administración asturiana no ha hecho los deberes».
Ahora, al encarar las elecciones sindicales, para ANPE es irrenunciable «recuperar las condiciones de trabajo y el poder adquisitivo, y romper de una vez la inestabilidad laboral. Hay un 18% de interinos entre el profesorado de la red pública, cuando el compromiso con el Ministerio en 2005 era reducir esa tasa de interinidad al 8%».
ANPE, explica su presidente, quiere que los docentes con más de treinta años de servicio y 60 años, como mínimo de edad, tengan acceso a la jubilación.
Los profesores, dice, se sienten discriminados. «Ni siquiera nos equiparamos en el horario con los demás funcionarios regionales. Ellos tienen 35 horas semanales, nosotros 37 y media. Y encima un papeleo que nos lleva inundando desde la puesta en marcha del sistema "logsiano". Horas y horas de burocracia, y cuanta más burocracia, menos educación». «Se les obliga a trabajar más y en peores condiciones y encima se les baja el sueldo», agrega.